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Así funcionará el banco malo

El ministro de Economía, Luis De Guindos. EFE

Belén Carreño

El diseño del banco malo tiene muchas incógnitas que se pueden resolver con muchas sorpresas. La estructura de la nueva entidad será complicada y el Gobierno da por sentado que no estará a pleno funcionamiento en la fecha prevista, el 1 de diciembre. Por eso, en las discusiones iniciales sobre su creación la consultora que gestionará el banco malo, Alvarez&Marsal, defiende que sean los mismos bancos a los que se les compran los activos tóxicos, los que los sigan administrando durante un tiempo indefinido.

Eso significa que el banco malo, con la ayuda de capital público, compraría a BFA-Bankia, CatalunyaBanc, NCG Banco y Banco de Valencia activos tóxicos por un precio de alrededor de 50.000 millones de euros, y luego les encargaría que continuaran gestionándolos.

La consultora habla de “acuerdos de servicios temporales” para calificar esta singular situación, en la que los bancos nacionalizados habrían sacado de sus balances la basura crediticia con ayuda del erario público, pero seguirían teniendo la llave para su venta o liquidación. Aunque en las negociaciones se hace hincapié en que esta gestión sería bajo “estricta” vigilancia del banco malo, no deja de ser paradójico que se les conceda la potestad de gestionar estos recursos que en su día administraron con una muy escasa prudencia. Además, las discusiones dejan la puerta abierta a que estos servicios sean incluso remunerados a las entidades por parte del banco malo.

Otra de las peculiaridades del banco malo es su necesidad de que no sea considerado sector público para lo que necesita que al menos un 51% del capital sea privado. Parte de este capital lo aportarán las propias entidades nacionalizadas, que entrarán en el banco malo emitiendo deuda subordinada avalada por el Estado. Al ser un aval, la deuda solo hará mella en las cuentas públicas en caso de impago. Así, en una primera fase, BFA-Bankia, CatalunyaBanc, NCG Banco y Banco de Valencia, cederían sus activos tóxicos al banco malo, desligándose completamente de ellos en sus balances, a cambio de emitir deuda con la que entrarían a formar parte del capital de la entidad.

El Gobierno quiere además que la participación privada alcance gracias a otros inversores hasta un 60% del banco malo, de forma que tuviera un importante colchón en caso de pérdidas. Fuentes del mercado aseguran que se está presionando a la gran banca española (Santander, BBVA…) para que entre en el capital de estas entidades. La participación de inversores extranjeros será más complicada ya que solo accederán a entrar en la sociedad si los precios con los que se adquieren los activos son a precio de saldo, de forma que aseguren la rentabilidad.

En una segunda fase, la gestora espera revender estos activos a inversores internacionales para que en quince años, el tiempo estimado de vida de este vehículo financiero, todos los activos tóxicos hayan salido también del balance del banco malo. Aunque las cifras aún no están perfiladas, el capital inicial sobre el que se comenzaría a construir el banco malo (y sobre el que luego se endeudarían los participantes) será muy exiguo, en el entorno de los 3.000 o 4.000 millones de euros. En principio, la línea de rescate financiera aprobada por Bruselas para la banca española, y que puede llegar hasta los 100.000 millones de euros, contempla que hasta 25.000 puedan destinarse a nutrir el banco malo.

¿Qué es un banco malo?

En un vehículo financiero que se crea para sacar los activos que dañan la solvencia de determinadas entidades financieras. Estos activos son, por lo general, créditos que no se van a pagar. El banco malo no es en realidad un banco, ya que no tiene ficha bancaria, sino una sociedad que gestiona estos activos.

¿Quién lo gestionará?

El diseño y la gestión se han encargado a la consultora estadounidense Alvarez&Marsal especializada en procesos de liquidación.

¿Cómo será su estructura?

El capital público no podrá superar el 50% del banco malo. Además, se crearán en realidad dos sociedades. Una gestora, que administrará los activos, y otra tenedora, que será la propietaria de estos recursos tóxicos.

¿Cuándo comenzará su funcionamiento?

La fecha prevista es el próximo 1 de diciembre pero se da por descontado que es imposible que la estructura completa esté lista para esa fecha. Por eso, el diseño del banco contempla que se firmen acuerdos con los bancos nacionalizados para que sigan gestionando estos activos aunque ya no les pertenezcan.

¿Qué tipo de activos comprará?

En España englobará los créditos concedidos a la promoción inmobiliaria, los inmuebles adjudicados a la banca por impago de esos créditos y las participaciones en empresas inmobiliarias. El Gobierno quiere que el valor mínimo de estos activos sea 250.000 euros.

¿Pasará mi hipoteca a este banco?

No. Los activos que se compran son de la línea de negocio mayorista de estas entidades, no de los créditos hipotecarios concedidos por la banca.

¿A qué bancos afecta?

En un primer momento, el banco solo contempla comprar los activos tóxicos de BFA-Bankia, CatalunyaBanc, NovaCaixaGalicia Banco y Banco de Valencia, los bancos nacionalizados considerados Grupo 1 por la troika. Con el tiempo, se verá si es necesario que también se transfieran a esta entidad los activos de los bancos del Grupo 2 (aquellos bancos que tienen necesidades de recapitalización pero que pueden conseguir financiación por ellos mismos).

¿Con qué dinero se compran estos activos?

El capital inicial con el que funcionará el banco malo será público pero la idea es que sea muy exiguo y que la sociedad gestora se “apalanque”, es decir, que se endeude, para conseguir el dinero necesario para hacerse con todos los activos. En principio, el preacuerdo de rescate financiero concedido por Bruselas, y que alcanza hasta los 100.000 millones de euros, contempla que hasta 25.000 millones se puedan destinar a la creación de este banco malo. En cualquier caso, el grueso de la financiación se pretende conseguir por inversores privados. Los propios bancos nacionalizados están obligados a participar, pero también se espera que otro tipo de entidades entren en la sociedad a la espera de rentabilidades futuras.

¿A cuánto se van a pagar los activos tóxicos?

Esta es la pregunta clave. En las discusiones actuales, se contempla que los activos tóxicos se transfieran al banco por un 45% menos del valor en libros en el que los cuatro bancos nacionalizados habían cifrados sus carteras a finales de 2011. El banco malo irlandés que inspira al español pagó con un 58% de descuento los activos para su creación.

¿Lo va a pagar el contribuyente?

Con casi toda seguridad, sí. Muchos de estos activos terminarán siendo impagados y sus pérdidas repercutirán en el banco malo. Con todo, la estructura está diseñada para que estas pérdidas estén muy minimizadas. Solo en caso de un escenario económico muy adverso, el erario público se vería más afectado.

¿Cuánto tiempo va a durar?

El Gobierno ya ha aprobado que la duración del vehículo sea de quince años. En una primera fase será muy difícil deshacerse de los activos tóxicos pero el Ejecutivo espera que a partir de 2016, cuando se estabilice el mercado inmobiliario, se pueda dar salida a estos productos en el mercado internacional.

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