¿Son altos los costes laborales en España? El 'think tank' de la CEOE cree que sí y el de las Cajas de Ahorros que no
El think tank de la patronal, el Instituto de Estudios Económicos, y el de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) hicieron dos reflexiones el mismo día sobre el nivel de los costes laborales en España en direcciones contrapuestas. Los costes laborales son cruciales en el análisis del mercado laboral porque miden el precio de tener un trabajador y sus seguros y prestaciones. Coincidencia, o no, el Instituto Nacional de Estadística publicó también el mismo día una nota con el último dato de 2015 de este termómetro de lo que cuesta contratar y mantener a un trabajador. En total, un batiburrillo de cifras para hablar de si es elevado o no el salario bruto en el que se incluyen también las cuotas de la Seguridad Social.
Por partes, la nota de la CEOE y la de Funcas analizaban los datos de 2014 y los ponían en contraposición a los del resto de países de la UE. Para Funcas “los costes laborales españoles se sitúan por debajo de la media de la zona del euro”, y en su publicación (en inglés), Focus on Spanish Society desgrana como estos costes por tener un empleado regulado no alcanzan a los de los países vecinos. En la zona del euro, el coste total por hora trabajada se queda en 29,2 euros de media, mientras que en Espala se queda en 21,3 euros.
“No parece, por tanto, que la magnitud de los costes laborales o su diferencia respecto a la media europea puedan justificar nuestra alta tasa de paro. Ahora bien, la valoración de los costes laborales no puede desvincularse de la cuestión sobre la productividad del empleo. Si los costes laborales existentes son o no son apropiados para los puestos que ofrece el mercado de trabajo español es una pregunta a la que no pueden dar respuesta las estadísticas europeas referidas”, concluye el informe.
Pero el gabinete de la CEOE tiene una idea totalmente opuesta y asevera: “España está entre los diez países de la UE con los costes laborales no salariales más elevados”. A simple vista nada cuadra, pero hay que bajar al matiz y descubrir una vez más cómo con el cambio de óptica en una estadística todo es posible. En primer lugar, el IEE no toma como fuente las estadísticas de Eurostat sino las de la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania, el INE germano. Además, la comparación con los otros países se hace tomando como referencia la UE, donde se incluyen países como República Checa, Polonia o Hungría. Y tercero, el indicador que se toma no es el coste laboral bruto sino “el coste laboral no salarial”, es decir, se mide todo menos, precisamente, el salario.
Con estas tres salvedades (la última la más relevante) el IEE asegura que en la UE el coste laboral no salarial es de 31 euros sobre 100 de salario bruto. Es decir, que por cada 100 euros que se pagan de salario bruto 31 no fueron percepción salarial (en principio serían cotizaciones sociales y otros impuestos). En España estos costes laborales no salariales supondrían 36 euros de cada 100.
En este ránking del IEE, por debajo de España (es decir, menos costes no salariales) dentro de la zona del euro se encontrarían Holanda, Grecia, Finlandia, Alemania, Portugal, Irlanda, Chipre, Luxemburgo Eslovenia y Malta. En este último país insular por cada 100 euros de salario solo se pagan 9 en cotizaciones.
Además, el INE publicó ayer el indicador adelantado (una estimación flash que se envía a Bruselas) de estos costes pero refiriéndose al primer trimestre ya de 2015. El INE asegura que en un año los costes laborales han subdo un 1%, pero al ser un dato provisional no desagrega si a causa de los salarios o de otros componentes. Los sectores de actividad que hacen repuntar el índice son las Administraciones Públicas, las finanzas y la educación. El índice encadena moderados crecimientos desde 2013, después de haber tenido fuertes alzas al inicio de la crisis al estar incluido como coste laboral el coste del despido.
Cabe recordar que el índice solo mide el coste laboral de los que tienen trabajo y han sido los de mayor calidad los que se han mantenido en el tiempo.