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Qué son los neobancos y cómo operan en España

Los clientes bancarios cada vez realizan más operaciones desde el móvil.

Marta Garijo

Hacer transferencias, domiciliar recibos o contratar un fondo de inversión sin pisar una oficina. Un 40% de los usuarios de los bancos ya utiliza la banca digital, según un estudio de BBVA Research. Las entidades tradicionales pisan el acelerador para desarrollar nuevos servicios online mientras nacen nuevos bancos únicamente digitales, algunos solo operativos desde el móvil. Los neobancos comienzan a convertirse en una alternativa para las finanzas personales con una estructura mucho más barata y ágil que la banca tradicional con la que pretenden rivalizar.

Reino Unido es el epicentro de esta nueva actividad bancaria digital. En gran medida porque su normativa agiliza los trámites para lograr una licencia bancaria para estas nuevas firmas. Atom y Starling ya han logrado licencia bancaria empezando a competir con la banca tradicional en ese país. Otros como Monzo están en proceso de recibirla y por ahora tienen lo que se denomina como una licencia bancaria restringida que les impone algunas limitaciones a la hora de operar.

Uno de los nuevos bancos online que sí funciona en España es el alemán N26, que opera en 17 países de la Zona del Euro, entre ellos España. La entidad, que logró su licencia bancaria en julio del año pasado, anunció hace unas semanas que habían alcanzado los 500.000 clientes en Europa, aunque no desglosan sus cifras por países.

“Me hice la cuenta en N26 porque quería un banco que me sirviera en toda Europa independientemente del país en el que fuera la cuenta, y por ahora es el único que me daba esa posibilidad”, cuenta Luis, un cliente de este banco. “Por un lado porque como todo es online, si tengo un problema la comunicación es a través de canales online y eso me facilita mucho. Por otro, porque me permite retirar efectivo en toda Europa sin comisiones”, añade.

Entre la cartera de servicios que ofrece esta entidad se encuentra una cuenta gratuita con tarjeta de débito Mastercard. “Los pagos en cualquier moneda extranjera no conllevan comisión, como ocurre con la mayoría de las entidades”, explican fuentes de N26 a eldiario.es.

Luis apunta que lo que no le gusta del banco es que al principio cuando abrió la cuenta, en diciembre de 2015, las operaciones de retirada de efectivo eran gratuitas y la cuenta no tenía comisiones. Pero que hace unos meses le comunicaron que para que no le cobraran tenía que realizar un mínimo de operaciones al mes y limitaron las retiradas de efectivo gratuitas.

El banco permite cinco retiradas gratuitas en cualquier país de la Zona del Euro. A partir de la sexta, cobran una comisión de dos euros. Este límite se estableció después de que se produjera el abuso por parte de algunos usuarios en las retiradas de efectivo, que conllevó que la entidad cerrara algunas cuentas, según fuentes del banco. “Fueron solo unas cancelaciones selectivas debido al exceso de retirada de efectivo y no se vieron afectados usuarios españoles”, explican fuentes del banco.

Cómo funcionan estos bancos

Este cobro de comisiones tiene que ver con cómo funcionan estos bancos. Tradicionalmente, el negocio se basaba en tomar dinero barato y prestar caro. De esa diferencia era de dónde sacaban el margen. El problema ha llegado con los tipos mínimos que mantiene el BCE y que complica su modelo de negocio tradicional. Aquí son necesarios otra forma de ingresos, como pueden ser las comisiones o el cobro por determinado servicios.

Salvador Casquero, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles, explica que en el caso de estos neobancos hay diferentes tipos de modelo de negocio y que dependen de la entidad. Muchos de estos nuevos bancos ofrecen servicios básicos como cuentas y tarjetas de créditos, pero para el resto de productos financieros como hipotecas, otro tipo de préstamos o productos de inversión se dedican a comercializar los de otras entidades. Lo que en el sector se conoce con el anglicismo de marketplace. En este caso, los ingresos provienen de cobrar una comisión como intermediario a la firma que ofrece el servicio.

“Si tienes un producto bancario que lo justifique puedes cobrar una comisión por estos servicios que te dan valor añadido. No es cobrar por mantenimiento, ni por tener una cuenta”, dice Casquero al hablar los neobancos que cobran por sus servicios. En este sentido, señala que para algunos de estas nuevas empresas es más sencillo implementar nuevas tecnologías como el blockchain (tecnología de cadena de bloques que se utiliza en la creación de criptomonedas y que aplicada a la banca sirve, por ejemplo, para mejorar las transferencias) o los roboadvisor  (asesor financiero digital basado en algoritmos que opera con una mínima intervención humana) que para los grandes bancos que tienen que “integrarlas en estructuras del siglo pasado”.

Un punto en el que coincidía Anne Boden, consejera delegada del banco digital británico Starling. “Los grandes bancos quieren ideas y utilizan a las fintech para desarrollar innovación. Todas estas cosas son posibles, pero el gran desafío de la gran banca no es la innovación, es cómo implementarla sin que los costes sean demasiado altos”, explicaba Anne Boden, consejera delegada del banco británico online Starling, en una entrevista con eldiario.es en el marco de la Monney Conf en junio. “Hay cosas que son posibles en fintech que no son posibles en la banca tradicional porque lo que cuesta 30.000 en fintech te costaría 30 millones en un banco tradicional”, añadía.

Los bancos tradicionales también están viendo el potencial de estas nuevas fórmulas del negocio. Por ejemplo, BBVA ha entrado en el accionariado de Atom Bank. En un primer momento en noviembre de 2015, la entidad que preside Francisco González invirtió 45 millones de euros (lo que suponía casi un 30% de la participación en el banco). En marzo de este año, incrementaron su inversión para seguir manteniéndose como el principal accionista de Atom.

Otras de las vías que está tomando la banca tradicional es la creación de marcas propias puramente digitales. Este es el caso de Caixabank al lanzar Imaginbank en enero de 2016. Imaginbank es un banco solo móvil, cuya operativa se hace solo a través de la app del móvil con la vista puesta en el público millennial.

Este tipo de plataformas estaría en relación con lo que Casquero denomina challenger banks, que sería estos nuevos bancos online pero sin tener una licencia bancaria propia sino operando con otra. En este sentido, Casquero está preparando el lanzamiento de 2gether bank. Una plataforma tecnológica que operará con la licencia bancaria de otro banco, aunque todavía no dice de cuál, y funcionará en un primer momento como una plataforma donde se ofrezcan productos de terceros.

Más allá de la tecnología, el reto de los neobancos está en ganarse la confianza de los usuarios. “La tecnología, el proceso y los servicios no son el problema. El reto es conseguir que el público entienda que los neobancos están sujetos a la misma (o equivalente) regulación que los bancos tradicionales y, por tanto es tan seguro, si no más, para los clientes utilizar estos servicios que los de su entidad tradicional”,  afirma Guillermo Vicandi, de la Asociación Española de Fintech e Insurtech.

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