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El neoliberalismo ha muerto; larga vida al neoliberalismo

Debate durante las Jornadas del foro de economía progresista

María Trapiello

¿Es el neoliberalismo un modelo económico agotado? Esta es la pregunta que han debatido en las jornadas del Foro de Economía Progresista que durante dos días han tratado las causas, soluciones y expectativas de la reciente crisis con el prisma de una mirada desde la heterodoxia económica. Con más de una veintena de ponentes y casi un centenar de asistentes las jornadas, se analizó la situación económica desde un punto de vista muy diferente a lo que calificaron como “pensamiento dominante” o “cultura dominante”.

Sin embargo, para la mayoría de asistentes la respuesta a la pregunta que daba pie a las jornadas se contestaba en negativo. El sentir de la sala es que la recesión en lugar de aniquiliar ha reforzado el modelo neoliberal que goza de mejor salud que nunca. Las medidas de austeridad que se han tomando para salir de la crisis y el tratamiento al sector financiero y la banca, apuntalaban esta afirmación sobre la salud del modelo que comenzó a propagarse con fuerza a finales de los años setenta.

Durante los dos días se habló con profusión de las raíces del neoliberalismo con algunos ponentes de lujo como Dany Rodrick, profesor invitado de la prestigiosa Harvard y autor del libro The Globalization Paradox, (La paradoja de la Globalización) que se teletransportó virtualmente hasta la sala de Lavapiés donde tuvieron lugar las jornadas en dos videoconferencias.

Los ponentes de la mesa de Rodrick concordaron en que el problema de la globalización es que ha ido demasiado rápido, “Desde la creación de la Organización Mundial del Comercio en 1995, la OCDE y la UE, se cambió la forma pensar de la gente”, afirmó Rodrick desde su despacho en Massachusetts. Para este experto, columnista habitual de este diario, la globalización ha traído beneficios a países como China, Brasil o India pero entiende que es “urgente y necesario encontrar un balance entre el comercio y la economía, y esto quiere decir que no todos los países deberían adoptar el ejemplo de aquellos en desarrollo”.

El populismo y los cambios políticos también centraron el debate. José Antonio Sanahuja, profesor de la Universidad Complutense e investigador, pone en duda el éxito de la globalización, a la vez que advierte sobre el cambio de tendencia social que estamos viviendo, con un aumento del nacionalismo y restricción como consecuencia del ascenso del populismo de derechas en países desarrollados (Trump, Putin...) “A ver si nos va a volver a pasar como en los años 30, y lleguen al poder partidos de extrema derecha ante la desorganización de la izquierda”, apuntilló el economista.

La insostenibilidad del neoliberalismo

Los ponentes coincidieron en que los problemas medioambientales ponen de manifiesto la necesidad de cambio en la sociedad neoliberal. El calentamiento global, el agotamiento progresivo en materiales básicos de las sociedades industriales (como el petróleo) y la destrucción de los ecosistemas, son los tres problemas clave que ponen de manifiesto el choque de las sociedades globalizadas e industriales con los límites físicos del planeta, según Jorge Riechman, coordinador del grupo de investigación Trandisciplinar.

“Es vital que en economía nos hagamos cargo de la noción de metabolismo y aprovechamiento de las cuentas no solo en términos monetarios, sino también en términos naturales”, aseguró el experto.

Según se explicó en las jornadas, la huella ecológica, un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana de los recursos existentes, relacionada con la capacidad ecológica de la Tierra de generar sus recursos, se encuentra en 1,5 planetas actualmente. Es decir, que para producir la demanda humana total serían necesarios un planeta Tierra y medio. Ya parece obvia la imposibilidad de dicho cálculo, y aun lo es más con las previsiones para el 2050, donde Fernando Prats, Director del Foro de Transiciones, estima que dicha huella ascenderá hasta los 2,8 planetas. “Tenemos que cambiar radicalmente el sistema de democracia, para hacer frente al problema que presentan los ecosistemas y las crisis de migración humanas”, comenta.

Oscar Carpintero, profesor de la Universidad de Valladolid, aportó la perspectiva española, país al que ve como un “dragón europeo en el uso de los recursos”, y apunta, entre otros, uno de los problemas básicos que vendrá de aquí a 50 años: “El cambio climático ya no es cosa del futuro; de aquí a final de siglo, habrá aumentado la temperatura del planeta en unos cuatro grados, que aunque puedan no suponer un gran cambio, imposibilitará muchos cultivos, y dificultará la alimentación del ser humano”.

En la primera jornada, también se discutió sobre otra situación insostenible: la de la deuda. Juan Torres, Juan Labora y Nacho Álvarez (de Podemos) analizaron las consecuencias de la “financiarización de la economía” donde para las empresas ya es más rentable dedicarse a la actividad financiera que a la industrial

Sobre la mesa de debate sobrevoló el fantasma de una nueva recesión, aún más grave que esta que acaba de pasar, dada la mala situación de la banca europea y el elevado nivel de deuda. Los participantes apelaron a la acción política como motor de cambio económico como única salida para el cambio de modelo actual.

Las jornadas se cerraron con una mesa final de Carolina Bescansa, Yayo Herrero y Cristina Narbona.

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