Los recortes en sanidad pueden salir caros a largo plazo, según el FMI
España no tiene un problema de gasto público en sanidad. En los informes del FMI este factor no aparece como uno de los que generan alarma internacional y en el publicado hoy de nuevo se incide en la misma salverdad. Las cuentas públicas españolas alarman por su agujero fiscal, por la deuda pública o por su bajo crecimiento. Pero el gasto en pensiones y en sanidad es uno de los pocos en los que España no sale peor parada en la comparación con las economías desarrolladas.
En su análisis sobre los recortes en sanidad, el FMI concluye que su impacto en el largo plazo “no es claro”. Para los hombres de negro, estos ahorros en el corto plazo pueden “terminar subiendo el coste de la sanidad pública en el laro plazo debido al deterioro en la salud de la población al haber recortado en políticas de prevención”.
Según el análisis del Fondo, España es uno de los pocos páises que ha adoptado recortes en prácticamente todos los vectores posibles por los que tajar el gasto en sanidad. Así, ha recoratdo en el presupuesto nacional, en gasto farmacéutico, en recortar precio de los medicamentos (vía copago) y en recortar sueldos y personal en el sector.
En el largo plazo, el FMI cree que España no mejorará el gasto público en sanidad ni siquiera cuando remonte la economía. Así, cree que de media el gasto público en sanidad subira alrededor de un punto y medio del PIB entre 2013 y 2030 pero España solo lo hará en 0,75 puntos porcentuales.
En este grupo de países en los que a duras penas regresará el gasto en sanidad y lo hará menos que la media están los más golpeados por la crisis: Irlanda, Grecia Portugal e Islandia.