Impuestos verdes, impuestos a los ricos, menos fraude en empresas... estas son las reformas fiscales de los partidos
Los impuestos son una de las armas electorales más potentes y el elemento central que fija la política económica de un Gobierno. Las reformas fiscales son pilares en los programas económicos de los grandes partidos, que intentan vender mensajes sencillos como el de que subirán o bajarán impuestos, aunque en muchos casos los resultados de sus políticas serán mucho más complejos. Todos aseguran que con su reforma cuadrarán las cuentas para financiar las políticas públicas, aunque PSOE, Podemos y Unidad Popular ya han reconocido que no pasarán el examen de Bruselas para cuadrar el déficit, ya que en sus propuestas para 2016 no caben más recortes. Estas son sus líneas generales de reforma fiscal, aunque el resultado para cada contribuyente dependerá de su desarrollo y aplicación práctica.
Impuestos al trabajo (IRPF)
Los impuestos que gravan a las nóminas son la principal fuente de financiación de las arcas públicas. Suponen casi un 40% de los ingresos del Estado. En el espíritu de los grandes partidos está cambiar esta proporción y aumentar los ingresos de las empresas.
El PP ha lanzado varios anuncios electorales sobre rebajas de IRPF que su programa no incluye. El principal, que no lo paguen los mayores de 65 años que sigan trabajando o los jóvenes que encuentren su primer empleo. El efecto es muy diferente: a los jóvenes casi no les afecta, ya que hay que ingresar más de 22.000 euros para estar obligado a hacer la declaración de la renta, y en el caso de los mayores, los colectivos que trabajan más allá de los 65 años suelen ser profesionales liberales con muy altos ingresos.
Mariano Rajoy ha anunciado que quiere bajar el IRPF y coincide con Ciudadanos en la idea de reducir el marginal más alto del 45% al 43%, en un claro guiño a su electorado, y el tipo más bajo del 19% al 17%. También dice que incrementará los ‘cheques fiscales’ para familias y personas con discapacidad. Una de las medidas más concretas y claras que lleva el PP es mejorar la fiscalidad de los planes privados de pensiones.
Ciudadanos asegura en su programa que bajará el IRPF de forma generalizada un 3% reduciendo los tramos (de los 5 actuales a 4) y bajando los tipos impositivos marginales. Si el más alto actualmente es del 45%, lo bajaría al 43,5%.
C’s incluye su propuesta de complemento salarial para las rentas más bajas en su reforma fiscal por considerarlo un impuesto negativo, esto es, que se paga mediante la declaración de la renta. Sería para nóminas inferiores a 16.000 euros anuales para solteros y hasta 28.000 euros para familias numerosas. Las ayudas cambian según ingresos y situación personal y familiar. Un soltero con ingresos de 9.000 euros al año tendría derecho a un crédito fiscal de 2.500 euros. Una pareja con dos hijos que gane 12.000 euros podría tener un complemento salarial de 5.000 euros.
El PSOE no precisa su reforma del IRPF. Asegura que hay “descoordinación” y que acometerá una reforma fiscal sin entrar en detalles. Solo mantiene la desgravación por arrendamiento para el casero y establece una nueva para las inversiones de crowdfunding. Mucho más concreta es su medida de “desincentivar los blindajes empresariales de los altos ejecutivos”. El programa recoge la intención de contabilizar estas indemnizaciones como gastos deducibles gravando “las indemnizaciones excepcionales con un tipo adicional extraordinario de IRPF por las cantidades percibidas en concepto de blindaje, salarios diferidos, planes de pensiones, indemnizaciones u otras remuneraciones complementarias”.
Podemos plantea una de las reformas fiscales más agresivas, con la ampliación de los tramos de renta para aplicar los tipos marginales del IRPF para incrementar la progresividad del impuesto. A partir de 60.000 euros, prevé ir incrementado los tramos con tipos entre el 45% y el 55% para rentas superiores a 300.000 euros. Además, quieren igualar las tarifas al ahorro con las tarifas por rendimiento del trabajo hasta unificarlas y que se pague lo mismo por las dos fuentes de ingresos.
Unidad Popular no presenta ninguna medida concreta respecto a la reforma del IRPF aunque propone, de forma genérica, “aumentar la progresividad fiscal haciendo hincapié en los impuestos directos”.
El IVA
El IVA es un caballo de batalla para la mayoría de partidos. Tras las subidas generalizadas de 2012, algunos sectores, como la cultura, están en campaña para que se rebaje, un compromiso que han logrado arrancar del PSOE, Podemos y Unidad Popular. El PP no lleva en su programa ni una palabra sobre este impuesto.
Podemos considera la reforma del IVA una apuesta fuerte en su programa económico. Propone cambiar toda la estructura de tipos actual, manteniendo el nivel de recaudación pero cambiando su “impacto redistributivo y limitando su regresividad”. Quiere ampliar los bienes que se pueden acoger al tipo superreducido del 4% que aplica a alimentos y bebidas (salvo algunos elementos por motivos de salud pública), y situar en el tipo reducido del 10% los suministros básicos (calefacción, gas, electricidad) que ahora están en el tipo general del 21%. Además, se compromete a crear un nuevo tipo del 25 % “a los artículos de lujo para compensar en la medida de lo posible la caída de la recaudación como consecuencia de las bajadas anteriores”. Sin embargo, las reglas de la Unión Europea prohíben crear este impuesto así por lo que por el momento es una propuesta inviable.
Ciudadanos apuesta por eliminar el tipo superreducido para los alimentos y reformar el IVA de forma más agresiva, con dos únicos tipos del 7% y el 18%. Según el programa, “los bienes sujetos al reducido serían: todos los bienes de primera necesidad anteriormente en el súperreducido del 4%, los productos culturales y la hostelería (hoteles, alojamientos, bares, restaurantes y comedores), actualmente en el reducido tributando al 10%”. Esto de facto hace que el IVA que propone Ciudadanos sea más bajo de media ya que además bajaría el IVA general del 21% actual al 18%. El IVA subiría para una familia que gastara mucho en alimentos, pero bajaría el coste de los suministros y de otros bienes.
Unidad Popular va en dirección contraria. Piden una “estructura progresiva de tipos del IVA tendente a su reducción. Proceder a una reclasificación de las actividades y productos sujetos a cada tipo, aumentándolo para bienes suntuarios y reduciéndolo para bienes de necesidad o la cultura”.
Impuesto de Sociedades
El programa del PP es, de nuevo, el menos concreto respecto a sus intenciones con este tributo y es el único que no aboga por recortar las deducciones. Se limita a afirmar que va a “orientar los impuestos que tienen una influencia más directa en la actividad económica para promover el crecimiento y la creación de empleo” y poco más. No obstante, el partido ya ha adelantado que reformará este impuesto para “apoyar” a las empresas, “especialmente a las que están en proceso de crecimiento”, según la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. La propuesta pasa por duplicar la deducción a las pymes ahorradoras para que su tipo efectivo baje del 20,25% al 15,25% e incrementar el incentivo a la I+D+i.
El PSOE quiere “reformar en profundidad” este impuesto para “ensanchar las bases imponibles y elevar la recaudación”. Propone revisar “las múltiples” exenciones y bonificaciones, “muchas de ellas de escasa justificación”, y establecer “una tributación mínima del 15% en el Impuesto de Sociedades sobre el resultado contable de las grandes empresas que no haya generado bases imponibles que hayan tributado de forma efectiva en otro país”. Respecto a los incentivos a la I+D, entre los “más generosos de la OCDE”, promete agilizar el procedimiento para las certificaciones que se exigen, estableciendo “el silencio positivo para la auditoría de gastos, la igualación de las bonificaciones de productos y las de procesos o la estabilidad de los incentivos para el futuro”.
C’s cree “imprescindible” reformar Sociedades, con medidas que, según sus cálculos, generarían 4.534 millones de euros de recaudación adicional. La principal propuesta es reducir el tipo al 20%, también para las pymes. Para compensar la pérdida de ingresos (5.065 millones), proponen reducir los beneficios fiscales, que cifran en 3.300 millones, y suprimir la deducción del gasto en l+D (5.649 millones), ya que “en la práctica no es una deducción que favorezca el l+D”. Para las start-ups, proponen reducir la fiscalidad aplicable a stock options en empresas de nueva creación.
Por su parte, Podemos promete una reforma “en profundidad” que elimine “los privilegios fiscales y la mayoría de las deducciones, para lo cual controlaremos los aspectos clave, como los precios de transferencia o la deducción de gastos financieros”. Los beneficios fiscales que se mantengan “deberán estar debidamente justificados atendiendo a sus efectos sobre la productividad y la creación de empleo”. También propone “un impuesto mínimo para las grandes empresas” y un tipo diferenciado en función del destino de los beneficios: 30% para los distribuidos a los accionistas y 25% “para los beneficios reinvertidos productivamente en la empresa, en particular en actividades de ampliación y renovación de bienes de equipo y actividades de I+D+i”. Esa reforma “podría elevar la recaudación entre el 1% y el 1,5% del PIB”.
Unidad Popular promete actuar sobre las deducciones de Sociedades, “reduciéndolas al máximo”. También “se elevará el tipo real del impuesto a las grandes empresas”. Para las pymes, propone “sustituir el sistema de módulos por otro basado en la facturación para gravar el beneficio, no la actividad y añadir otras medidas complementarias que hagan públicas las facturaciones”, “limitando el uso del sistema de estimación objetiva”.
Impuestos ambientales y otros
El programa del PP obvia este apartado. El PSOE, en el marco de la “fiscalidad ambiental” que propugna, promete reformar el impuesto especial de hidrocarburos, el de electricidad y el canon de vertidos, para “hacer de ellos verdaderos impuestos medioambientales” y lograr una “fiscalidad ambiental adecuada”. Plantea crear cinco nuevos tributos: sobre las emisiones de CO2, sobre los óxidos nitrosos (NOX); sobre las emisiones de los vehículos de motor (fusionando los actuales impuestos de matriculación y circulación); un Impuesto mixto sobre residuos industriales y peligrosos o tóxicos; y un Impuesto sobre residuos de envases, embalajes y bolsas.
Podemos quiere implantar “una verdadera fiscalidad verde” y propone reformar los impuestos sobre hidrocarburos y carbón (“en particular revisaremos los beneficios fiscales existentes”, se lee en su programa); igualar los tipos impositivos sobre la gasolina y el gasóleo y modificar el impuesto de Circulación (que gestionan los Ayuntamientos) “para tomar en consideración las características contaminantes de los vehículos”.
Por su parte, C´s propone eliminar este último impuesto y el IDTM (sobre Determinados Medios de Transporte), sustituyéndolos por un “nuevo Impuesto de carácter ambiental, en función de las emisiones de dióxido de carbono, y armonizado en todo el territorio”.
Unidad Popular plantea, sin más detalles, “impuestos ambientales a la industria, en función de la cantidad y de la clase de partículas contaminantes emitidas a la atmósfera o al agua”.
Respecto a Patrimonio y Sucesiones, C´s pretende armonizar ambos impuestos (que dependen de las Comunidades Autónomas) quitándole competencias a los gobiernos regionales.
Podemos propone además un impuesto especial para la banca que grave los beneficios y que sirva para devolver el rescate bancario. Este impuesto se combinaría con la Tasa a las Transacciones Financieras (conocida como Tasa Tobin), que PSOE, Unidad Popular y C’s también llevan impulsar en sus programas.