Los sabios proponen cobrar un impuesto menor a las empresas pero quitar también las deducciones
“No dejamos títere con cabeza”. Lo afirma Manuel Lagares, el presidente del comité de expertos que ha convocado el Ejecutivo para que le elabore una reforma del sistema tributario español. Lagares ha sido el encargado de entregar en un acto formal el documento con las propuestas a Cristóbal Montoro. En el documento de 444 páginas los expertos sugieren 270 cambios tributarios que han aglutinado en 125 grandes reformas.
De forma oficial poco más se ha traducido del acto protocolario que ha discurrido en la sala Carlos III del ministerio de Hacienda, uno de los escenarios más rancios del patrimonio del Estado. Los tapices vestían de forma acorde el acto en el que ocho hombres ya experimentados presentaban una reforma que, aseguran, estará destinada a mejorar la Igualdad y la equidad. Lagares recordó que había participado en todas las reformas tributarias que se habían hecho en España pero que “esta” era la mejor de todas.
El Gobierno discutirá el papel en Consejo de Ministros y después se desvelará de forma oficial el contenido de las propuestas. Con todo, ya se ha ido filtrando mucho de su contenido: bajada de Impuesto de Sociedades y una petición de reducir las cotizaciones sociales que se compensará con una subida del IVA.
En el caso de la reducción del Impuesto de Sociedades, varios medios aseguran que los expertos lamentan que España tenga uno de los tipos nominales más alto de la UE, en el 30% para las grandes corporaciones, cosa que, dicen, deslocaliza a muchas empresas. Sin embargo, las sociedades pagan luego de forma efectiva unos tipos mucho más bajos, alrededor del 10-12%, gracias a la amplia panoplia de deducciones que se aplican.
Los sabios abogan por quitar la mayoría de estas bonificaciones pero también bajar el tipo de sociedades en al menos cinco o diez puntos. Las pymes pagan un 25% de sus beneficios y las que crean empleo un 20%.
En cuanto al intercambio de IVA por cotizaciones, es una propuesta muy recurrente de los organismos internacionales y también de los expertos que se saca a relucir a menudo. La teoría es que una bajada de cotizaciones dinamiza la inversión y el empleo a la vez que permite abaratar la producción por lo que mejora la competitividad a la hora de exportar. La subida del IVA a determinados productos ayuda a compensar esta pérdida de ingresos para el Estado y se concentra en los productos que se importan puede además animar el mercado interior.
Con todo, es poco probable que el Ejecutivo lanze en este momento una reforma así que se denomina devaluación fiscal. Desde el Ejecutivo creen que no es momento de subir el IVA porque sería un golpe letal al maltrecho consumo ya que una reforma como la propuesta tarda un tiempo en reaccionar. Además, acaban de lanzar el programa de la tarifa plana de las cotizaciones sociales a 100 euros para el mismo contrato. La caja de la Seguridad Social no soportaría dos medidas de este calado simultáneas.
Cabe recordar que estas propuestas no son vinculantes y que el Ejecutivo ya esbozó en el debate del estado de la nación la dirección de su programa. A saber: una pírrica bajada del mínimo exento para que los que cobran menos de 12.000 euros brutos no paguen IRPF y una batería de incentivos fiscales para las mujeres trabajadoras o para las familias con hijos.
También parece que se adoptarán otras deducciones, como la de las cotizaciones sociales de las empleadas del hogar para aflorar este tipo de empleo.
Según repiten Gobierno y expertos, el objetivo último de la combinación de ambas propuestas, la que ha elaborado internamente Hacienda y la de los sabios es mejorar la recaudación pero hacer también el sistema más equitativo. El propio Montoro recibió el documento reconociendo que ahora la pelota estaba en su tejado.