Formentera será territorio 100% eléctrico
Por la carretera PM 820, lo más frecuente es cruzarse con coches de alquiler fundamentalmente de la clase economy, scooters con alegres motores de dos tiempos rajando el sonido ambiente mezcla de viento y chicharras, algunas furgonetas de reparto y, si acaso, a lo lejos uno de los renqueantes autocares Payá que recorren la isla de lado a lado. Hasta aquí, señoras y señores, da el parque móvil que demandan los apenas 12.000 habitantes de la isla, amén de las rotaciones de turistas que llegan por el puerto de la Savina.
Sabedores de esta realidad, las instituciones públicas de Formentera llevan tiempo restringiendo el acceso motorizado a calas prácticamente salvajes, así como en los cuatro núcleos más transitados de la isla: San Francisco Javier y el citado puerto de La Savina. Tampoco se permite construir más de lo que hay y puesto que las cosas además le marchan formidablemente bien con un turismo que paga caras las reservas con meses de antelación, el anuncio tampoco ha sorprendido a nadie: sin una fecha concreta en el calendario pero con la firme intención de que suceda, la isla se despedirá de automóviles, motocicletas y vehículos industriales con motor convencional.
Con cuatro cargadores para toda la isla (incremento del 100% en el último año, al pasar de dos a cuatro), el escollo principal parece claro: en algún sitio hay que enchufarlos. Pero a la vista de que suelen estar ocupados con algunos Leaf, Zoe y microcoches eléctricos franceses que se encuentran en igualdad de condiciones que los de verdad, parece que el público está un paso por delante de la administración (como es costumbre).
Así que con bastante bombo y platillo, algunos directivos de Citroën han presentado en Formentera el primer gran acuerdo cerrado por una marca de automóviles para ser la que, de entrada, dote de un modelo en gran número a ciertos órganos públicos. Y todo esto no dejaría de ser la típica noticia aburrida de ser porque el coche elegido, es el súper exclusivo eléctrico-divertido, E-Mehari. Una adaptación del ya particular C-Cactus, con chapa recortada a discreción a y todo forrado de plástico como si fuera un bote, que como suele hacer Citroën de vez en cuando, levantó el aplauso en el Salón de Ginebra de esta primavera con tal estruendo, que la marca decidió producir primero mil, y luego otras mil unidades cuando las primeras volaron literalmente en forma de pedidos en firme.
Por todo ello, numerosos alquiladores y alojamientos, anduvieron también por el evento mostrando un más que evidente interés por pedir los suyos, por lo que no cabe duda de que con enchufes y alguna forma de producir energía de forma limpia e independiente de la red convencional al estilo de la exitosa auto-generación de El Hierro, el objetivo de ser la primera isla del mundo 100% cero emisiones, puede estar cerca. ¡Ah! sin contar con el punto mitómano de que quien quiera conducir un E-Méhari, podrá hacerlo con facilidad solo allí.