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Un pedazo de historia para fanáticos, nuevo a estrenar

Land Rover Defender 1948. Edición Coleccionista

Jorge Castro

Producido de forma ininterrumpida durante casi setenta años, el Land Rover Defender ha evolucionado como un delicioso anacronismo tan británico como su pedigree: siempre fue el más viejo de los todo terreno pero nunca nadie se preocupó por ello. Ahora, unas pocas semanas después de que la última unidad abandonara la línea de montaje de Solihull, la marca aviva el mito con una pequeña tirada de Land Rover de primera serie, restaurados con tanta magnificencia, que se entregan con garantía oficial.

Las unidades que han servido de base para el programa ‘Reborn’, han sido rescatadas alrededor del mundo, previa certificación de autenticidad por parte de especialistas de la marca, porque con más de seis millones de unidades vendidas durante los 68 años que ha estado a la venta, el grado de ‘contaminación’ mecánica y estética entre modelos hace de esta tarea un auténtico reto.

Una vez en Solihull, los coche son desprovistos de su carrocería, motor y transmisión, permitiendo a cuatro equipos distintos trabajar de forma parecida a la de una cadena de montaje en miniatura. Los chasis, más delicados por estar fabricados de acero en una época en la que ni la fundición ni la protección a la intemperie se parecía a la actual, son reconstruidos con técnicas de soldadura contemporáneas. Los motores se ponen a punto con piezas de recambio originales para recuperar la estanqueidad perdida (con garantía total de 25.000 kilómetros, en motores que tienen más años que muchos abuelos), al igual que las transmisiones, suspensiones y frenos, mientras que la carrocería e interiores se mantienen desnudos hasta el último momento.

De esa forma, los clientes pueden elegir entre los cinco colores originales (verde brillante, bronce verdoso, azul fuerza áerea, gris y rojo), y una selección de los tapizados de tela o cuero que se ofrecían en 1948.

El resultado salta a la vista de las imágenes, difundidas con motivo de la cita anual de clásicos europea en Essen donde se ha hecho pública la comercialización de esta limitada serie que va a multiplicar su precio de venta nada más se agoten las 25 unidades. ¿No habíamos hablado de la factura? Nada, poca cosa; lo que cuesta un Range Rover Sport con media docena de gadgets opcionales: alrededor de 87.000 euros.

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