Óscar de Julián. Ha sido director del Festival Internacional de Cortometrajes Almería en Corto entre 2005 y 2011. Lleva casi dos décadas en el mundo del cortometraje, y ha dirigido dos cortos, digamos, documentales, Joe K y Doppelgänger, ambos nominados al Goya. Actualmente es editor jefe de la revista digital Cortosfera, www.cortosfera.es.
El corto del año: A story for the Modlins (y II)
- Ahora que conocemos con detalle la historia de los Modlin, es el momento de recorrer, de principio a fin, la fascinante propuesta de Oksman. Y si aún no has podido ver el corto, este viernes se proyecta en L'Alternativa de Barcelona
La brillante apertura de A story for the Modlins merece ser descrita con todo detalle. Todo comienza así:
Logo Paramount 1968
Es el logo que precede a los créditos de la célebre Rosemary's baby (La semilla del diablo) de Polanski, que se acercan parsimoniosamente al célebre edificio Bramford con la maravillosa nana compuesta por Krzystof Komeda. Así, el corto apela a la memoria colectiva de una película de marcado carácter maligno, y marca las reglas del juego.
Súbitamente, la película de Polanski comienza a pasar a cámara rápida. Una cámara que muestra, a toda velocidad, los momentos más significativos del film, mientras la voz en inglés nos narra, en líneas generales, el intrigante argumento de Rosemary's baby. Oksman no lo puede dejar más claro: a partir de ahora, todo lo que veamos puede estar manipulado a placer.
Por fin, la imagen se detiene en la famosa escena final: Rosemary se acerca al bebé, y... Es el momento de ceder el paso a las imágenes. Atentos al trailer de los Modlin:
La imagen de Elmer en Rosemary da pie a una transición tan sencilla como soberbia. En el momento en que la voz cuenta que Elmer emigró a España, Oksman pasa, sin solución de continuidad, al mural de las fotos y documentos encontrados en la basura. A partir de ahí, la voz inicia la historia de los Modlin que ya conocemos, punteada por una sucesión de fotografías y otros materiales que componen un relato a veces sugestivo, a veces descacharrante.
Este relato se alterna con algún que otro regreso a las imágenes de Rosemary... Y de repente, aparece una imagen memorable, similar a la que se ve en mitad del trailer. Oksman vuelve a la cámara lenta y cierra sobre el plano del fotógrafo oriental y, detrás, Elmer Modlin. En ese contexto de satanismo, la imagen ralentizada del fotógrafo bajando el objetivo, y tras él, Modlin subiendo y bajando, muy lentamente, la mirada, como pensando... resulta realmente perturbadora. En ese plano, Oksman ha conseguido filmar al diablo.
Volvemos a los Modlin. Tanto el tono como el contenido de la narración recuerdan continuamente a la obra maestra de Polanski: desasosegadora, pero no por ello falta de humor. Polaco, pero humor. En muchos aspectos, Elmer y Margaret se asemejan a los entrometidos vecinos de Rosemary, Roman y Minnie Castevet.
Los Castevet en Rosemary's babyRosemary's baby
Con esas prácticas de una especie de yoga un punto turbio, con esa obsesión por el Apocalipsis, la familia Modlin (siempre novelada, no lo olvidemos) nos parece tan inquietante como ridícula, y nos recuerda que los adoradores del diablo de Rosemary eran, al fin y al cabo, una panda de capullos que intentaban animar su aburrida existencia con un ritual más bien absurdo, que le destrozaba la vida a una pobre mujer, presa fácil de la soledad urbana.
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Óscar de Julián, editor jefe de Cortosfera.es
Sobre este blog
Óscar de Julián. Ha sido director del Festival Internacional de Cortometrajes Almería en Corto entre 2005 y 2011. Lleva casi dos décadas en el mundo del cortometraje, y ha dirigido dos cortos, digamos, documentales, Joe K y Doppelgänger, ambos nominados al Goya. Actualmente es editor jefe de la revista digital Cortosfera, www.cortosfera.es.