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El roble envenenado en Cáceres será “un monumento a la insensatez humana”

Roble Grande de Barrado, Valle del Jerte

José L. Aroca

El Roble Grande de la Solana en Barrado, en Valle del Jerte, Cáceres, no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir al envenenamiento con herbicida del que ha sido víctima este invierno. El efecto se ha descubierto ahora, cuando no ha echado hojas con la primavera. “Creemos que no tiene solución alguna”, lamenta Ignacio Fernández, director del programa de Áreas Protegidas en la Consejería de Medio Ambiente y Rural de la Junta de Extremadura. “Así que quedará como un monumento a la insensatez humana”.

La misma suerte, secarse, correrá otro gran roble situado en una finca particular y para el que el Ayuntamiento de Barrado preparaba el expediente para pedir su declaración como árbol singular de Extremadura, título que ostentaba el Roble Grande.

“Quien sea, sabía lo que hacía. Les han hecho cortes en partes cruciales del sistema de raíces, ahí han vertido un herbicida y ahora en primavera al reactivarse la circulación de la savia el veneno se distribuye por todo el árbol”, añade el portavoz de Medio Ambiente.

En el caso del Roble Grande de la Solana, han sido 10 cortes en las raíces de gran tamaño que el árbol había desarrollado para agarrarse a la ladera en la que se sitúa, por las que le entraba la savia “a borbotones”.

El aviso se dio el lunes pasado desde el Ayuntamiento de Barrado, cuando un agente del medio natural comprobó la existencia de los cortes. Estaban hechos tiempo atrás, y se había echado dentro de ellos un herbicida “de uso común, normalmente es glifosato”.

A la espera de los informes técnicos detallados, no hay esperanzas de salvarlo. Medio Ambiente explica que el ejemplar tenía como otros árboles singulares un seguimiento periódico, y recientemente se le había realizado un vallado para protegerlo. Aunque no es de los más grandes de la zona, sí destaca, según el departamento de Áreas Protegidas, por su forma, con un crecimiento peculiar de sus ramas en horizontal y en todas direcciones; tiene siete principales y una alcanza los 17 metros de longitud, “es espectacular”.

El roble alcanza los 18 metros de altura, tiene 3,60 metros de perímetro y una copa de 30 de diámetro.

Marcha de protesta

Unas decenas de personas, convocadas en principio por el grupo Picota Bike, han participado en una marcha de protesta hacia el árbol este viernes desde la plaza de Barrado, a pie, en bicicleta o en coche, pese al paso de la borrasca y la niebla que había a esas horas -seis de la tarde- en el monte.

Allí se ha leído un manifiesto de protesta, y en defensa del patrimonio natural

 

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