Iván Redondo, el gran asesor de Monago, abre la puerta del adiós
Tras la derrota, llega la fuga de altos cargos en el seno del PP. Ya no hay dinero de la Junta de Extremadura y en la sede regional no pueden atender a tanto excedente de personal en paro forzoso.
Por eso, el gran asesor de Monago, el consultor Iván Redondo, ya ha abierto la puerta de su despedida. Lo ha hecho este fin de semana a través de las páginas de El Periódico Extremadura, su ojito derecho durante la legislatura a la hora de inyectar dinero público. Y lo ha hecho a su estilo, con un farragoso escrito en el que abundan las alabanzas hacia los que le contrataron y muy especialmente hacia sí mismo.
En su artículo de despedida, Redondo llega a definir la trayectoria del gobierno como Monago como “el mayor ejercicio político de expansión y contracción de la historia de un Gobierno autonómico en España ”.
Fiel a su estilo propagandístico, hasta en la carta del adiós Redondo sigue con los calificativos de gestas históricas, excelencias, estrategias insuperables… y similar colección de frases huecas que se han repetido en todos y cada uno de los discursos, notas de prensa e intervenciones de José Antonio Monago y todo su gobierno.
Iván Redondo, 34 años, cierra una etapa profesional en Extremadura y retomará la actividad de la consultoría Redondo&Asociados que fundó hace unos años. Redondo es licenciado en Humanidades y Comunicación por la universidad de Deusto, se especializó en información económica en la Complutense de Madrid y en campañas electorales en EEUU.
País Vasco, Madrid y Mérida
El gran asesor del presidente de la Junta en funciones inició sus consultorías políticas en el PP del País Vasco; luego, trabajó para García Albiol en Cataluña; llegó al PP de Madrid ocupándose en tareas varias y allí contactó con Monago e iniciaron una relación fructífera para ambos en la primera parte, en la campaña electoral, y cada más errática y desconectada de la realidad extremeña a medida que avanzaba la legislatura.
En la primera fase, en la campaña de 2011, la mano de Redondo ayudó a mejorar la imagen de un extremeño PP antiguo y caciquil. Un Monago sin corbata, con casco de bombero, zapatillas de deporte, lenguaje llano y directo, mapas repletos de chinchetas y cargos socialistas … fueron gestos que sumaron a favor del PP en un momento en el que el PSOE entraba en caída libre.
Tras ganar las elecciones y pasar un año decidiendo y mandando a la sombra, en 2012 Redondo entra oficialmente en el gobierno de la Junta, aunque para seguir manteniendo el artificio de que Monago había reducido consejeros lo hace con el nombre de director del gabinete de presidencia, aunque con cargo y sueldo de consejero (aproximadamente 4.500 euros/mes).
Ya en el gobierno, Redondo llegó a acumular un poder ilimitado y unos recursos públicos tan cuantiosos como opacos. Todavía se desconoce el número de asesores, periodistas y colaboradores que ha tenido a su disposición pese a las reiteradas preguntas en ese sentido. Algunas fuentes hablan de un equipo cercano a las 60 personas para un departamento al que se le conoció también como el de la propaganda o el de las ocurrencias. Además de ese amplísimo equipo, Redondo maniató los contenidos de los medios públicos y amenazó o premió a los medios privados en función de su grado de adhesión al régimen.
Cuando Iván Redondo entró en el gobierno, la buena estrella que le había acompañado hasta entonces comenzó a torcerse. El discurso de Monago/Redondo se convirtió en algo repetitivo, ficticio, plagado de tópicos, anglicismos y cada día más alejado de los problemas de la sociedad extremeña.
La estrategia de Redondo se basó en sobredimensionar marca Presidente Monago y por ello no dudó en suprimir incluso el himno y el logo del PP durante la pasada campaña electoral.
Errores de crisis
Entre las propuestas de asesoramiento que ofrece la web profesional de Redondo&Asociados está la de comunicación en momentos de crisis. Y precisamente en ese capítulo cosechó Redondo algunos de sus grandes fracasos en su etapa extremeña.
No funcionó el guión en la moción de censura de 2014, la moción que tumbó políticamente al gobierno Monago. Desconcierto, apagón informativo y caras largas fueron la respuesta a la moción socialista de 2012.
Tampoco en la crisis que hundió la figura del presidente hubo buena respuesta en comunicación. El exhibicionismo mediático de un Monago pillado in fraganti con sus viajes a Canarias es uno de los misterios de la legislatura, y uno de los grandes fracasos de Redondo. ¿Quién decidió aquella exposición mediática, amenazando con querellas a los rompe piernas, huyendo por las cocinas de un hotel madrileño, presumiendo de no tener parabólica…? ¿Quién ideó aquella operación mediática, el experto o el político?
La campaña electoral de 2015 no tuvo ningún atisbo de brillantez como los destellos que aparecieron en 2011; también es cierto que Monago a esas alturas se había convertido ya en un personaje acartonado que ofrecía poco juego para el marketing del consultor.
Tras la derrota de mayo, Redondo dudó en seguir o no seguir. Lo consultó y no hubo acuerdo. Vuelve a su consultoría. Monago se queda sin su gurú favorito; en su entorno hay quien opina que sale ganando con esa pérdida.