La marcha fascista de Badajoz acaba con disturbios e intervención de la policía
La concentración de homenaje en Badajoz a Ramiro Ledesma, uno de los ideólogos del fascismo español y fundador de las JONS, ha acabado en disturbios en las inmediaciones de la Alcazaba árabe de la ciudad. Las organizaciones ultraderechistas MSR y la Liga Joven habían convocado la marcha este sábado por la tarde, reuniendo a unas 50 personas.
A la misma hora, una treintena de organizaciones antifascistas decidieron organizar una contramanifestación que convocó a más de 100 personas.
Algunos de los antifascistas entraron en el recinto de la Alcazaba, donde se encontraban los otros, y han sido respondidos por los colectivos de ultraderecha con material pirotécnico y petardos, aseguran a eldiarioex algunos de los jóvenes que han participado en la protesta.
Carga policial
En esos momentos la policía ha comenzado a cargar, y realizar disparos de fogueo, y los antifascistas se han repartido por las calles del Casco Antiguo. Varios de ellos denuncian haber sido víctimas de agresiones por parte de los colectivos de ultraderecha convocantes, pero también de la policía, que habría utilizado sus porras y pelotas de goma. En medio de la confusión generada los diferentes grupos han comenzado a disolverse por las calles aledañas a la plaza Alta.
Una treintena de organizaciones juveniles, sindicales y políticas habían mostrado su repulsa durante toda la semana a esta marcha, y organizaciones como Izquierda Unida en Badajoz habían pedido a la Delegación del Gobierno su prohibición. Ante el silencio oficial, numerosos colectivos apoyaron la contramanifestación, entre otros IU, el PSOE de Badajoz y CNT, así como la Asamblea Universitaria, Alcampus y las juventudes de CCOO y UGT.
Todos habían denunciado la “permisividad y la total impunidad” por parte del Gobierno y autoridades con este acto, que se celebra por quinto año consecutivo.
En su comunicado también ponen de manifiesto que la Ley de Memoria HistóricaLey de Memoria Histórica contempla que las administraciones públicas deben tomar las medidas oportunas para evitar aquellos actos de exaltación, ya sea personal o colectiva, de la sublevación militar o guerra civil.