Baños de Montemayor es la única Villa Termal Excelente de Extremadura
Cuando en Baños de Montemayor se celebra el Día del Abuelo, no es raro que junto a los vecinos homenajeados se destaque a otra persona que no reside en el municipio pero que acude todos los años, desde hace un montón, a sus balnearios.
Algunos llevan haciéndolo 35 ininterrumpidamente, una fidelidad que se premia públicamente y que hace que los forasteros se sientan uno más en esta localidad del Valle del Ambroz, que tiene en su cuadro de honor ser la única Villa Termal Excelente de Extremadura y una de las cinco de España que cuentan con ese reconocimiento.
La lista de los exclusivos
El título se lo concedió la Federación Española de Municipios y Provincias en 2011, de manera que Baños pasó a formar parte de un listado que solamente ocupan otros cuatro destinos termales: Archena (Murcia), Lanjarón (Granada), Yeste (Albacete) y Jaraba (Zaragoza).
Más allá del premio a la calidad de las aguas, la etiqueta de Villa Termal Excelente es un aplauso al buen nivel de los servicios que se ofertan a los bañistas, desde la hostelería y la restauración hasta las opciones de disfrute turístico o el cuidado del entorno.
Para ser villa excelente, además, se exige unión dentro del propio destino, que los agentes municipales, los empresariales y sociales trabajen juntos por un mismo objetivo, algo que en este caso se plasma en la Asociación para el Fomento de la Actividad Turística y Social de Baños de Montemayor de la que forman parte el Ayuntamiento; la asociación de propietarios del balneario, Probaños y 42 empresas locales.
Ser Villa Termal Excelente exige mimo y alerta para no rebajar los niveles de calidad que llevan a la Federación de Municipios a concederla; de hecho, igual que concede esa distinción, la puede quitar.
“Es un plus de calidad que llevamos con mucho orgullo porque hay muchos destinos termales en España y estar entre los primeros es importante. No podemos bajar la guardia, ni rebajar los estándares de calidad porque ese título se revisa”, indica el alcalde, Óscar Mateos.
El termalismo no es solo para los abuelos
El reconocimiento le llegó a Baños de Montemayor en el siglo XXI, cuando llevaba a sus espaldas prácticamente un siglo de turismo termal. Hace 100 años ya había gente que veraneaba puntualmente en la localidad en busca de sus aguas, ciudadanos de la alta burguesía que llegaban desde lejos.
No eran demasiados pero a mediados del XX se les fueron sumando nuevos viajeros y a partir de ahí el flujo no ha parado, hasta el punto de que desde hace 20 años la temporada de baños se extiende de marzo a noviembre en lugar de restringirse al verano como hasta entonces y despierta la atención de público de distintas edades.
El objetivo en el que ya se está trabajando es el de aumentar el interés en gente cada vez más joven, aunque por fortuna son muchos los que ya han descubierto que el termalismo no es solo para sus abuelos.