El poliimputado Rodrigo Rato tenía dos causas abiertas en la Audiencia Nacional: las tarjetas 'black' y la quiebra de Bankia. El “artífice del milagro español” estaba acusado de falsedad documental, apropiación indebida y administración desleal. No era poca cosa, y a esta lista se han sumado en los últimos días otros tres delitos más: blanqueo de capitales, alzamiento de bienes y fraude fiscal. Para los que se pierden con los eufemísticos términos del derecho penal, aquí va un resumen alto y claro. Estos son los delitos de los que se acusa a don Rodrigo, ese gran gestor que aún puede viajar a Suiza y no está encerrado en una prisión.
Apropiación indebida. Entre seis meses y cuatro años de cárcel. Un tipo de estafa que consiste en quedarse con lo que no es tuyo; la manera de cuello blanco de robar. Rodrigo Rato se llevó a su bolsillo 99.037 euros de Caja Madrid y Bankia, que gastó con su tarjeta 'black'. Estas tarjetas –que llegaron a los juzgados gracias a una investigación exclusiva de eldiario.es– estaban diseñadas para robar. Nadie las declaraba y se cargaban después en una cuenta oculta para que ni los auditores ni el fisco las pudieran detectar.
Una parte del dinero que se llevó Rato de su 'black' la sacó del cajero en efectivo. También hay pagos en caros restaurantes y aún más carísimos “clubs y salas de fiestas”. En el colmo del desparpajo y la impunidad, el exvicepresidente de Economía y Hacienda declaró en el juzgado que no sabía que el dinero que te pagan en tu trabajo se tiene que declarar.
Administración desleal. Entre seis meses y cuatro años de cárcel. En mi barrio lo llamarían estafa o traición, aunque también es otra forma de robar: consiste en gestionar una empresa para tu propio beneficio, a costa de los propietarios que te han encomendado ese trabajo –en este caso, los accionistas de Bankia y antes las instituciones dueñas de Caja Madrid–. Es lo que la Audiencia Nacional cree que pasó con las tarjetas 'black', y con la salida a bolsa de Bankia.
Falsedad documental. Entre tres y seis años de cárcel. Mentir por escrito, manipulando las cosas para que parezcan lo que no son (y así poder estafar). Es lo que parece que ocurrió con las cuentas de Bankia durante su salida a bolsa. Convencieron a miles de estafados para que fueran “bankeros” y compraran acciones basándose en una contabilidad maquillada, como después con la quiebra se descubrió.
Alzamiento de bienes. Entre uno y seis años de cárcel. Es otra forma de robar. Consiste en esconder tus propiedades o las de tus empresas para no pagar una deuda o escaparte de un embargo. Es lo que parece que ha estado haciendo Rodrigo Rato en estos últimos meses, desde que la Audiencia Nacional le procesó y sobre su cabeza apareció la posibilidad de tener que pagar 133 millones de euros de fianza por la desastrosa salida a bolsa de Bankia. Rato temía ser condenado y arruinarse, así que se ha dedicado a esconder su fortuna y poner sus propiedades a nombre de sus hijos para poder declararse insolvente si le tocaba pagar, según sospecha la investigación judicial. Es lo mismo que hizo Gerardo Díaz Ferrán, que sigue preso en Soto del Real.
Blanqueo de capitales. Entre seis meses y seis años de cárcel. De todos los delitos, este es uno de los más graves, por lo que puede ocultar. Consiste en hacer parecer como legal un dinero que no lo es, y que tiene un origen delictivo. ¿Y de qué delito salió el dinero sin declarar que Rato manejaba como para que ahora se le acuse de blanqueo? ¿Tiene algo que ver con esa acusación de Javier de la Rosa, que aseguró al 'pequeño Nicolás' que Rato se llevaba “maletas de dinero”? No tiene por qué: en teoría, ese delito puede ser también el mero delito fiscal. Pero a estas alturas del cuento, no hay acusación que parezca exagerada contra el caído exvicepresidente del Gobierno español.
Fraude fiscal. Entre dos y seis años de cárcel. Según Hacienda, Rodrigo Rato defraudó 5,3 millones de euros: 44 veces más que el mínimo necesario para el delito fiscal (120.00 euros). Parafraseando a la vicepresidenta del Gobierno (aunque ella se refería a Monedero; de esto nada comentó), “si todo el mundo hiciera como Rodrigo Rato, a ver cómo pagamos la sanidad o la educación”.
Defraudar a Hacienda también es robar a todos los españoles. Así que, resumiendo esta lista de delitos en castellano común, la justicia acusa a Rato de ser un ladrón, un mentiroso, un traidor y un estafador. ¡Y pensar que estuvo a un dedazo de Aznar de distancia de ser Rajoy en el lugar de Rajoy!