Acabo de terminar de leer el libro ¿Tienes una startup?, de mi amigo Luis Martín Cabiedes. Me ha gustado bastante y, si os interesa el tema, os lo recomiendo. Luis es uno de los inversores en internet más importantes en España. Entre otras muchas empresas, participó en el lanzamiento de Olé, de Privalia, de BlaBlaCar o de Trovit. Su ensayo es un manual donde habla de negocios digitales y explica a nuevos emprendedores cómo conseguir financiación. También desmonta ese falso mito que dice que en los negocios de internet está la solución al paro en España. Que las empresas de internet no vaya a ser la panacea para acabar con el desempleo no significa que no sean deseables para la economía, al contrario; ojalá tuviésemos un Twitter o un Google en España. Pero los datos que aporta Luis Martín Cabiedes son tan llamativos como interesantes:
“[...] El emprendimiento tecnológico no es la solución al desempleo. De ninguna de las maneras. No lo es porque crea un tipo de empresas que son extraordinariamente eficientes. Si consiguiéramos traer a España de un plumazo inverosímil a Facebook, Twitter, Google (con Motorola detrás) y WhatsApp, nos llegarían de golpe poco más de 70.000 empleos directos. Algo menos de los que tiene por ejemplo Mercadona (74.000) y bastantes menos de los que tiene El Corte Inglés (93.000). Las empresas tecnológicas de internet crean una enorme cantidad de riqueza y, por tanto, son muy deseables para la sociedad. Generan un enorme valor para sus usuarios y también para sus fundadores e inversores, pero no son creadoras de empleo.
Por tanto, creo que hay una cierta irresponsabilidad por parte de todos aquellos, sobre todo políticos, pero también medios de comunicación y demás agentes sociales, que, por manipulación o ignorancia, por interés o inercia, interponen la cortina de humo, esta especie de juego de espejos e ilusiones que es el emprendimiento, para tapar un drama tan brutal como el paro. Como a los políticos no se les ocurre manera de solucionarlo, deciden que van a decir que lo hagan los emprendedores“.
Luis Martín Cabiedes, en su libro, también habla del tratamiento fiscal que reciben los emprendedores a pesar del supuesto respaldo que todo político español dice prestarles. Las cifras son terribles y explican muy bien qué es lo que los contribuyentes estamos subvencionando fiscalmente. Una vez más, no tiene mucho que ver con ayudar a los que trabajan.
“Hace poco, mientras formalizaba una desinversión muy rentable en una notaría, me dio vergüenza comprobar que el emprendedor tenía que pagar un 57 por ciento de impuestos, el business angel un 27 por ciento y yo, en esa ocasión como capital-riesgo, un cero por ciento. Obviamente, la legislación española, aunque proclame lo contrario, es antiemprendedores”.