Había siete aspirantes a liderar la Fiscalía Anticorrupción. De los siete candidatos, solo uno no tenía experiencia alguna en esta especialidad: Manuel Moix. Justo ese ha sido el elegido ¿La razón? Su trayectoria como fiscal jefe de Madrid. Cuando se repasa su hoja de servicios, el nombramiento –que coincide con todo tipo de purgas en la Fiscalía– se entiende mucho mejor.
Manuel Moix es el mismo fiscal que rechazó acusar a Esperanza Aguirre de un delito de desobediencia cuando se fugó de los agentes de movilidad. El mismo que evitó que Rodrigo Rato durmiese en el calabozo y se le retirase el pasaporte cuando fue detenido. El mismo que impulsó la acusación contra el juez Elpidio Silva cuando se le ocurrió meter en prisión a Miguel Blesa. El mismo cuya Fiscalía ha intentado archivar el caso de los espías pagados con dinero público por el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Manuel Moix, el nuevo fiscal jefe Anticorrupción, es también el mismo que amagó con abrir un proceso penal contra los medios que investigamos los correos de Blesa, una filtración de documentos a la que accedimos en eldiario.es gracias a una fuente anónima derivada por Xnet.
En enero de 2013, el fiscal Moix firmó una providencia pidiendo formalmente que se iniciase una investigación penal sobre la filtración de esos correos. Moix se decidió a actuar después de que eldiario.es publicase, entre otras informaciones, la exclusiva de las tarjetas black: que en Caja Madrid los consejeros se habían repartido sobresueldos en negro a través de tarjetas opacas.
El fiscal jefe de Madrid sí veía un posible delito en aquellas noticias, pero no se refería a Blesa ni a los consejeros que sangraron Caja Madrid. Los posibles delincuentes, según Moix, éramos los periodistas que estábamos publicando esos “correos ilícitamente obtenidos, cuya mera difusión podría tener encaje penal”.
Para Moix, era más relevante defender la intimidad de Blesa –a pesar de que se trataba de su correo corporativo y no personal– que perseguir los delitos que denunciábamos con nuestra información. “De lo poco que he leído de esos correos, no se desprende ningún hecho ilícito”, decía el fiscal Moix.
Gracias a la Fiscalía Anticorrupción –que no a Manuel Moix– nuestra denuncia de las tarjetas black no cayó en saco roto. En diciembre de 2013, la redactora jefe de Economía Belén Carreño publicó la primera información sobre las black; una exclusiva que el resto de la prensa ignoró. Poco después, como consecuencia de nuestra noticia, la actual dirección de Bankia puso en marcha una auditoría interna y encontró el resto del pastel. En mayo de 2014, las black llegaron a la Fiscalía Anticorrupción. En septiembre imputaron a los acusados. Y hace unas horas, al fin llegó al fin la sentencia. Hoy Miguel Blesa y Rodrigo Rato han sido condenados a penas de varios años de prisión.
Que la sentencia de las black coincida con el nombramiento de Moix al frente de la Fiscalía Anticorrupción es tan sarcástico como preocupante. ¿Qué habría sido de las black en manos de Manuel Moix? ¿Qué será del próximo escándalo de corrupción que afecte al Partido Popular y acabe en esta fiscalía tan crucial?