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Feijóo irrumpe en la escena de los incendios para pedir colaboración ciudadana

Visita de Feijóo a la zona afectada por los incendios en Cualedro (Ourense)

David Lombao

El verano de 2006 Galicia sufría su peor crisis incendiaria desde 1989. Mucho calor, mucho viento y nada de lluvia eran las condiciones perfectas para que cientos de incendios ahogaran cada día el país a lo largo de dos larguísimas semanas. En el inicio del verano el PP gallego, liderado por Alberto Núñez Feijóo desde enero de ese mismo año, le garantizó apoyo “institucional” al Gobierno de coalición PSdeG-BNG, una promesa que saltó por los aires en cuanto lo hizo la estadística de las llamas. El flamante líder conservador y un Mariano Rajoy en horas bajas se apresuraron en cargar contra el bipartito y, por extensión, contra el Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero. Lejos de aquella actitud, el actual presidente Feijóo acaba de reclamar colaboración ciudadana ante el fuego.

“Es probable que las condiciones meteorológicas sean peores y es cierto que no es fácil apagar el fuego. Pero en situaciones como esta es donde se mide la eficacia de los Gobiernos”, declaraba Rajoy a La Voz de Galicia en aquel verán. Mientras los conservadores le daban alas la un colectivo denominado SOS contra el fuego, liderazgo por el alcalde de Barro, José Antonio Landín, comenzaban a pedir la cabeza política del entonces consejero de en medio Rural, Alfredo Suárez Canal. En plenos incendios Rajoy veía en la Xunta “incompetencia, ineficiencia, demagogia y ocultismo”. Justo después, en el reinicio del curso parlamentario, Feijóo laiábase de la “soberbia” del gabinete presidido por Emilio Pérez Touriño, que no aceptaba “nada de la oposición”. Por el camino quedaba la comentadísima imagen del líder conservador, manguera en mano, al lado de unas hierbas humeantes en Meis.

Una instantánea bien distinta a la de la manguera fue la difundida este lunes por la Xunta. Tras más de dos semanas de lucha contra el fuego el presidente reapareció en Cualedro (Ourense), donde en los últimos días han ardido más de 2.000 hectáreas en varios fuegos que se convirtieron en uno. Con, ahora sí, actitud institucional, Feijóo manifestó una “preocupación compartida” por el fuego. En las instalaciones del puesto de mando avanzado instalado en la zona aseguró no poder “entender” que existan “incendios por una decisión de una mano de una persona”. “No podemos entender ni aceptar que pueda haber gente que esté plantando fuego en los bosques y en el labradío de Galicia”, más aún cuando, en algunos ayuntamientos como Cualedro, “hay doce fuegos en una semana”, cinco de ellos “en fin de semana”.

Contraste con el discurso de 2006

Mientras que, hace siete años, el PP reclamaba saber “cuánto de lo quemado se debe a los pirómanos y cuánto a la imprevisión, indolencia e irresponsabilidad del Gobierno”, Feijóo explica ahora que “la intencionalidad produce sus efectos”, más aún con “vientos muy fuertes”, a pesar de los cuales el fuego se pudo controlar por la “pericia de los brigadistas y la colaboración de los vecinos”. Por todo esto el jefe del Gobierno pide “formalmente” que “disminuyan los posibles descuidos y que nos ayuden a detectar y saber quiénes son los que producen los fuegos”. “Es un deber de colaboración ciudadana y solicito formalmente que nos den información”, dice.

Este mismo lunes llegaban también críticas de la oposición parlamentaria, esta vez por parte del PSdeG. El portavoz socialista en materia de medio rural, Pablo García, asegura que él, como la conselleira Rosa Quintana, tampoco cree “en las casualidades” en el ámbito de los incendios. Lejos de la virulencia de la reyerta política de 2006 García asegura que “no puede ser casualidad” que, “si tenemos 2.000 hectáreas sin ningún tipo de prevención, de cortafuegos, sin franja que rompa la vegetación”, no es “casualidad, como dice la conselleira, que acaben ardiendo”. Todo esto, argumenta, sucede porque “si no invertimos en prevención es muy difícil que, a pesar de los medios que tengamos se pueda extinguir el fuego”. Esto, subraya, “es lo que este Gobierno no acaba de entender”.

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