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El PP regresa a la unidad en torno a la lengua gallega tras la debacle del 24M

Representantes de las fuerzas políticas y el presidente de A Mesa, en la firma de la declaración / Merixo

David Lombao

300 metros, seis años y, sobre todo, 265.000 votos. Es lo que separa al PP que el 8 de febrero de 2009 se manifestó desde la Alameda de Santiago con una asociación frontalmente contraria a la promoción y protección de la lengua gallega del PP que, este miércoles, ha firmado junto a la práctica totalidad de fuerzas políticas con presencia en Galicia una Declaración de unidad a favor de la normalización de la lengua gallega. Quien lanzó esta propuesta de inédita unidad fue A Mesa pola Normalización Lingüística, el colectivo que es pieza fundamental de la plataforma Queremos Galego, la misma que el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo ha tenido enfrente desde que, nada más llegar a la Xunta, apostó por el desmontaje legal o práctico de gran parte de las normas que, desde tiempos de Manuel Fraga, habían sido concebidas para revitalizar el idioma propio de Galicia.

No han sido pocos los avatares hasta llegar a una jornada que el presidente de A Mesa, Marcos Maceira, no duda en calificar cómo “histórica”, por poder suponer el inicio de la recuperación de un consenso que “nunca debió haberse roto”. Al contrario de lo que sucedía hace media década, cuando el propio Feijóo proclamaba la supuesta existencia en Galicia de un “conflicto lingüístico sin precedentes” derivado de una presunta “imposición” del gallego, ahora ya no existe una amenaza como la que entonces suponía UPyD para el electorado urbano de los populares gallegos. Además, la debacle que muestran las últimas convocatorias electorales urge al partido de la gaviota a cerrar, en la medida del posible, conflictos abiertos que pudieran erosionar su imagen hacia las próximas elecciones generales y autonómicas.

Así las cosas, el PPdeG acaba de recorrer el camino de vuelta hacia una unidad en torno al gallego en la que, al llegar, se ha encontrado con el resto de fuerzas políticas, tanto las que ya existían en 2009 como las nuevas, con la única excepción de Ciudadanos. La “unidad” fue aplaudida por todas estas formaciones, comenzando por las que tienen representación parlamentaria. Así, por ejemplo, la secretaria de organización del PSdeG, Pilar Cancela, mostró su alegría “por que estemos todas las fuerzas” tras años de “agravios” a la lengua traducidos, por ejemplo, en un recorte del 70% en el presupuesto para la normalización lingüística. Desde el BNG su portavoz nacional, Xavier Vence, manifiesta su “ilusión” por un acto que, espera, debería ser el punto de inflexión para que las instituciones públicas puedan garantizar el uso del gallego con plena normalidad.

Podemos, Esquerda Unida, Anova, Compromiso por Galicia, CXXI, Coalición Galega, Alternativa dos Veciños y Terra Galega han sido las otras fuerzas que han participado en un acto en el que el encargado de escenificar la nueva posición del PP ha sido su portavoz en materia de lengua, el diputado Agustín Baamonde, uno de los miembros del partido de perfil más galeguista y que menos encajaba en la línea impuesta por el gabinete de Feijóo en su ascenso al poder. La “defensa” del gallego “nos corresponden a todos” y todos los partidos e instituciones, dijo, deben ser “responsables” de que el gallego se pueda emplear “a diario” con normalidad“. Esta ”unidad“, subraya el parlamentario, marca ”un momento distinto“, el momento ”de los hechos“. ”Si somos capaces de hacer que el gallego alumbre en todas las casas, no hay onza de oro que lo pague“, dijo apoyándose en un poema de Rosalía de Castro, de cuya muerte se cumplen 130 años este miércoles.

Con estas declaraciones los populares y el resto de fuerzas ponen su firma en un texto que insta a la apertura de una “nueva etapa de normalidad para la lengua gallega” y que, de aplicarse, supondría una enmienda a la práctica totalidad de la política lingüística desarrollada desde la Xunta desde 2009. No en vano, para conseguir el objetivo de la “verdadera igualdad y oficialidad real” el documento propuesto desde A Mesa llama a tomar como punto de partida los “acuerdos comunes y amplios” de la Lei de Normalización Lingüística y también del Plan Xeral de Normalización da Lingua, el mismo que el propio gobierno de Feijóo llegó a desdeñar considerándolo un mero “remolino de ideas”.

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