Reconocer a Hildegart, reconocer la historia silenciada de las mujeres
El Ateneo Ferrolán acogerá este fin de semana un congreso sobre la figura de Hildegart Rodríguez Carballeira, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. Una veintena de comunicaciones profundizarán en distintos aspectos de la vida y del pensamiento de esta niña prodigio y mujer prodigio, que murió a los 18 años, asesinada por su propia madre. Este viernes la historiadora Aurora Marco explicará en la conferencia 'Romper barreras. Voces femeninas a comienzos del XX' el contexto social y político en el que creció Hildegart y en el que se abrió paso como mujer. Y el sábado la investigadora Rosa Cal ofrecerá una segunda conferencia, en este caso centrada en la figura de la madre: “Aurora, una mujer con un proyecto de vida propio: Hildegart”.
A pesar de la importancia de la figura de Hildegart y de su singularidad, son pocas las publicaciones e investigaciones que han estudiado su obra y su pensamiento. Este Congreso y el homenaje público que se realizará el sábado en Ferrol y el martes en Madrid buscarán llenar este hueco, situando a Hildegart y su actividad en el lugar que merecen ocupar en la historia. En buena medida las circunstancias de su asesinato y la propia relación con su madre oscurecieron los demás aspectos de la vida de esta mujer. Rosa Cal, una de las historiadoras que más ha trabajado este tema, opina que “la figura de Hildegart y su historia ha quedado ligada al sensacionalismo y a los acontecimientos morbosos, lo que muchas veces ha sido un obstáculo para afondar en ella”.
Para Aurora Marco, Hildegart es una figura injustamente desconocida, y este Congreso “muy oportuno y muy necesario” llega tarde “como llegan tarde todos los acontecimientos que tienen que ver con la recuperación de la historia de las mujeres”. “La figura de Hildegart es fundamental en las primeras décadas del siglo XX, y creo que es más conocida fuera de España que aquí”, comenta. “Gracias a este Congreso -dice Aurora Marco- ”tendremos la oportunidad de conocer las contribuciones de esta mujer, que fue excepcional en muchos campos, y también podremos conocer otras figuras femeninas importantes“. El programa de este encuentro destaca en este sentido que ”al mismo tiempo que intentar encuadrar su pensamiento en el campo de la sexualidad y de la crítica de izquierdas a la II República, el Congreso quiere recuperar también la memoria de las mujeres y de los colectivos femeninos de su generación“.
De esto hablará Aurora Marco en su conferencia, que abrirá el evento, este viernes a las 19 horas. La historiadora señala que en esas primeras décadas del siglo XX “en la educación, en la pedagogía, en el sindicalismo, en el agrarismo, en la música, en la literatura, en el deporte..., las mujeres tuvieron que romper con todas las barreras que impedían que su actividad fuera reconocida”. Aún hoy, dice, “si acudimos a la enciclopedia, a las historias de la literatura, de la música o de las artes plásticas encontramos una muy notable ausencia de mujeres, excepto algunas grandes figuras”.
Aurora Marco llama a “descartar una idea, muy extendida, que afirma que si las mujeres no figuran en las historias es porque no había mujeres”. “Sí que había” -dice- “Lo que pasa es que no hay fuentes a las que acudir. Poco a poco hemos ido reconstruyendo historias, acudiendo a fuentes orales, a historias locales y sobre todo a la prensa”. “Las mujeres estaban ahí y lucharon por sus derechos, por el trabajo, por sus salarios, porque se reconocieran sus obras... Era un tiempo en el que existía una gran sororidad entre las mujeres y en el que muchas llevaron a cabo una actividad muy valiosa, en el que hicieron grandes aportaciones al progreso”, subraya.
La obra de Hildegart
Rosa Cal espera que este encuentro contribuya a incrementar el conocimiento sobre la obra de Hildegart, que publicó alrededor de veinte libros antes de llegar a cumplir 19 años. Estas obras podrán verse en una de las exposiciones que el Ateneo acoge en paralelo con la celebración de este Congreso. “Entre ellos hay ensayos políticos, reflexiones sobre la obra de Marx, sobre el malthusianismo..., y todos de mucha calidad”, destaca la historiadora, que también señala el trabajo que Hildegart realizó en el campo de la educación sexual: “El ambiente de la época hacía muy difícil que una mujer hablara sobre sexo, parecía que si lo hacían estaban en pecado mortal”, dice.
En 1932 se crea la Liga Española por la Reforma Sexual, presidida por el doctor Gregorio Marañón, y Hildegart es escogida secretaria. “Esto la pone en contacto con gente de Alemania, del Reino Unido, de los Estados Unidos. Vive en un ambiente internacional, algo que pocos podían hacer en aquel tiempo” -explica Rosa Cal- “Estudia los primeros programas para la limitación del número de hijos o para la lucha contra las enfermedades venéreas, que estaban comenzando en los Estados Unidos. En España todo estaba más atrasado, acabábamos de salir de la dictadura de Primo de Rivera”.
La Liga por la Reforma Sexual pedía “iguales privilegios y deberes para hombres y mujeres en cuanto a su vida sexual”, la “liberación de las relaciones maritales de la dominación de la iglesia” o “la comprensión científica de las variaciones en la constitución sexual (intersexualidad) y una correspondiente actitud racional, por ejemplo, hacia hombres y mujeres homosexuales”. Hildegart defendió el divorcio, la anticoncepción y la liberación femenina de toda clase de tabúes y prohibiciones sexuales y consideraba que este conflicto superaba en importancia a todas las revoluciones que había conocido la humanidad. Publicó múltiplos textos, entre ellos el manual La rebeldía sexual de la juventud, que vendió 8.000 ejemplares sólo en Madrid en la semana de su publicación.
Su actividad en la política partidaria fue también intensa. Con 15 años Aurora afilió a Hildegart a la UGT y al PSOE, y poco después la aún adolescente comenzó a publicar con frecuencia artículos en El Socialista, Heraldo de Madrid y La Libertad. Empezó a mostrarse muy crítica con el propio Partido Socialista y se acercó al anarcosocialismo. En 1932 fue expulsada del PSOE y se afilió al Partido Federal Republicano.
La relación con su madre
El Congreso buscar poner en valor la figura histórica y el pensamiento de esta mujer “todo lo lejos que sea posible del sensacionalismo y de la superficialidad”, yendo más allá de la morbosidad y los clichés que han rodeado en las últimas décadas la relación que mantenían Aurora y Hildegart, madre y hija. Sin embargo, en el encuentro se hablará de esto, necesariamente, y de hecho la intervención de Rosa Cal estará centrada en este tema. Cal explica que Hildegart “fue la obra real de las ideas preconcebidas de su madre, Aurora Rodríguez Carballeira” y que fue “tratada para ser una excepción desde el momento en el que fue concebida”.
“Fue una hija deseada, una hija preconcebida, estudiada, decidida. Era un proyecto de Aurora, totalmente. Supongo que hoy en día casi todos los hijos son también proyectados, pero esto no era tan habitual hace cien años”, comenta, haciendo hincapié en la figura de esta mujer, que planificó la vida de Hildegart por completo. “Aurora era una mujer muy formada, en parte gracias a que había leído los libros que tenía su padre, que era procurador, abogado y concejal en Ferrol, de ideas progresistas. En su casa no había habido ideas religiosas”, dice. “Era una mujer de un temperamento muy fuerte, cuando quería algo iba a por él. Buscó para su proyecto un colaborador fisiológico, que era algo necesario en la época; hoy no sería necesario, se haría por fecundación in vitro”, comenta.
El 9 de junio de 1933, Aurora Rodríguez asesinó su hija Hildegart. “Creo que el ansia de independencia de esta última fue el motivo que llevó a Aurora a matarla. Condicionada por la paranoia que sufría no fue capaz de respetar el éxito de su obra”, afirma Rosa Cal. “Aurora estaba enferma, era incoherente. Ella quería liberar a las mujeres, pero en cambio tenía esclavizada a su hija. Y Hildegart se da cuenta de eso, se da cuenta de que su madre está enferma y de que tiene que separarse de ella”, añade.
El deterioro de la relación entre Hildegart y Aurora se fue agrandando. Hildegart intentó varias veces separarse de ella, a lo que la madre respondía con amenazas de suicidio. Cuando vio que su hija se apartaba por completo de su proyecto y de ella, decidió destruirla. Cuando Hildegart dormía, le disparó tres tiros en cabeza y uno en el corazón.