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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

El eucalipto amenaza el monte Pindo un año después del incendio

Un lirio de monte en O Pindo

David Lombao

Este miércoles se cumple un año del inicio del incendio que, más de 2.000 hectáreas quemadas después, arrasó prácticamente por completo una de las joyas naturales de Galicia, el monte Pindo. Tras 365 días, el verde comienza a ganarle la partida al negro en la zona, que se regenera de manera natural a pesar del gran impacto de las llamas. A pesar de todo, desde la asociación Monte Pindo Parque Natural, que viene reclamando con intensidad la protección de este espacio, alertan de una nueva amenaza para el monte: “el relevo de la vegetación autóctona por el eucalipto”, una especie arbórea que, evidencian, “le interesa especialmente a la industria pastera”.

Mientras “la vegetación baja vuelve en medio de la turba” y “algunas especies en peligro, como el lirio de monte o el roble enano” demuestran que “han logrado sobrevivir” al incendio, desde el colectivo ciudadano aseguran que representantes de empresas madereras están “visitando el vecindario en las faldas del Monte Pindo” para “generosamente, retirarles la madera quemada de sus propiedades” y ofrecerles “una posterior repoblación”. “Esas repoblaciones –alertan– se hacen siempre con eucalipto, independientemente de la especie que hubiera antes” e “incluso actúan en terrenos colindantes” sin que haya “ningún tipo de acuerdo con los propietarios”.

“No nos consta que para sus actuaciones hayan pedido permiso” ni del Ayuntamiento ni de la Comunidad de Montes de Caldebarcos, propietarios del monte. Tampoco a la Xunta ni a la jefa del Distrito Forestal, Sara Romero, “la misma que nos prohibió a los voluntarios plantar robles y castaños recogidos en la zona después del incendio, porque no teníamos permiso” y que no inició acción alguna, aseguran, “aunque se esté suplantando la vegetación autóctona por eucaliptos, de modo indiscriminado” en una zona declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) dentro de la Red Natura.

La extensión del eucalipto, abunda la asociación, es toda una amenaza para el monte, donde “antes del incendio su presencia era anecdótica”. “Hoy amenaza el hábitat del roble enano, especie vulnerable y joya de la corona del Pindo, pues no se puede ver en ningún otro lugar de nuestro país”. Esta especie comenzó a “rebrotar con fuerza” tras el incendio, pero “ahora ve su territorio amenazado por eucaliptos, que crecen mucho más rápido y lo privan de espacio, luz y agua”.

Sin noticias de la investigación

Esta asociación de Carnota lanza la alerta mientras, lamenta, la Xunta sigue “ignorando” sus reivindicaciones, como antes del incendio. “Tampoco a raíz del incendio ninguno de los responsables de la Consellería de Medio Ambiente, buena parte de ellos imputados por atentados contra el medio natural, ha rectificado un ápice su negativa” a “actuar, destinar recursos o permitirle al vecindario que trabaje por este espacio”. Este área del Gobierno gallego “fue progresivamente decapitada con jubilaciones forzosas o cambios de departamento”, pero la Xunta sigue “brillando por su ausencia” en el Pindo, donde “solo apareció unos días después de la gran manifestación convocada en Compostela” para “desarrollar una serie de ridículas, costosas y cosméticas iniciativas, destinadas a calmar el clamor y la cólera popular no solo por el incendio, sino por la espantada general de los responsables”, alguno de los cuales, asegura, “incluso se marchó de vacaciones a Colombia en pleno incendio”.

Al mismo tiempo, el colectivo ciudadano censura que no haya “más noticias de la investigación policial sobre la autoría material del incendio”. Las pesquisas del SEPRONA, afirman, “o fueron infructuosas o quedaron en un cajón una vez que acabó el verano”. “A nosotros –agregan– nos citaron en la comisaría de Lonzas”, en A Coruña, “para ver si teníamos alguna pista sobre quién había sido”. “Nosotros les dijimos que no teníamos idea del autor material, pero sí de su cómplice: la Xunta de Galicia en grado de colaborador necesario”.

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