El fuego se extiende por el sur de la provincia de Pontevedra y amenaza barrios de Vigo
“En la zona atlántica el riesgo ha bajado de forma evidente”. Así se pronunciaba el pasado miércoles el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cuando se le preguntó por las críticas formuladas por los sindicatos contra la reducción de personal del dispositivo de extinción de incendios. “El riesgo es máximo”, admitía el presidente, pero solo en el interior de Ourense, con el que justificaba que los esfuerzos del Gobierno gallego se concentraran en esa zona. Pero este domingo los incendios se han expandido también por las Rías Baixas, con temperaturas próximas a los 30 grados y fuertes vientos producidos por la aproximación del huracán Ophelia, en cuyas precipitaciones quedan las expectativas de mejora en la noche del domingo al lunes una vez que los medios aéreos de extinción no pueden seguir operando.
El incendio más importante de los que afectan al sur de la provincia de Pontevedra sigue siendo el iniciado en Ponteareas y que se extendió cara Redondela y Pazos de Borbén. En el valle del río Miño también hay incendios importantes en As Neves y Salvaterra que están impidiendo la circulación por varios puntos de la Autovía das Rías Baixas (A-52), en cuyo túnel de A Cañiza quedaron atrapadas docenas de vehículos.
Sin embargo, esa es una zona menos poblada que otras en las que incendios de menor entidad relativa están suponiendo mayor peligro para viviendas. En Baiona, donde el pasado jueves ya se había producido un incendio a pocos metros del instituto de la localidad, en las cercanías del monumento de la Virxe da Rocha, este domingo el fuego cercó la villa casi por completo, afectando a toda la franja arbolada existente entre el casco urbano y la autopista del Val Miñor (AG-57) que hace de circunvalación y que fue cortada al tráfico.
Las llamas han llegado a las primeras viviendas tanto de la parroquia de Baíña como de la parte alta del centro de Baiona, en el barrio de la Anunciada, en el que la casa-cuartel de la Guardia Civil hace las veces de cortafuegos. Varias urbanizaciones han sido desalojadas. El fuego, tal vez producto de chispas llevadas por el viento, dada la escasa distancia de eso punto con relación a la corona de llamas que rodea la villa, ha llegado incluso a la península de Monte Boi, que alberga la fortaleza de Monterreal y el Parador de Turismo.
El fuego se extiende también por otros puntos del incluso Val Miñor, en Nigrán y Gondomar, como en la parroquia de Vincios, donde se han producido desalojos, o en la de Morgadáns. Próximo a Vincios está el campus de la Universidad de Vigo de As Lagoas-Marcosende, también afectado por la cercanía del fuego que afecta a otras parroquias rurales de la ciudad. La Xunta no está informando de todos los incendios con efecto sobre la población o lo hace varias horas después de que se decrete la Situación 2 que regula esas circunstancias.
Feijóo responsabiliza a los incendiarios, al tiempo y a Portugal
Ante esta situación, este domingo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha realizado una comparecencia pública. “Estamos en una situación difícil, estamos preocupados, sabemos apagar fuegos pero las condiciones adversas de este domingo nunca las habíamos vivido en una década. Es una actividad incendiaria homicida”, aseguró Feijóo por la tarde, tras visitar el Centro de Coordinación de Incendios en Santiago.
El presidente de la Xunta he hecho especial hincapié en el hecho de que Galicia también tiene que “luchar”, además de contra incendiarios y las condiciones meteorológicas, contra los fuegos que llegan desde Portugal al “saltar el río Miño” por no “ser apagados”. Feijóo ha dicho que Galicia no puede “seguir soportando los fuegos que entran desde Portugal”.