El feminismo gallego se echa a la calle “para avanzar” hacia la igualdad real
“Un llamamiento para que nadie sea cómplice” de las violencias machistas, “para que todas las mujeres puedan ser dueñas de su vida”. Los actos reivindicativos ligados al 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, han comenzado este domingo en Galicia con una reivindicación del feminismo como “movimiento amplio y diverso” que es necesario reforzar para “avanzar” hacia la igualdad real. Bajo la lluvia compostelana más de un millar de personas han respondido a la convocatoria de siete colectivos feministas para “luchar por la dignidad de nuestras vidas, por nuestro lugar en el mundo”, subraya el manifiesto de la movilización.
Apoyadas por representantes de las tres fuerzas de la oposición parlamentaria y de colectivos sociales y sindicales como la CIG o el Sindicato Labrego Galego esta movilización ha pretendido lanzar un llamamiento “urgente”, en palabras de Pilar Estévez, portavoz de las organizaciones convocantes. “Si nos despistamos, perderemos derechos; no nos van a regalar nada”, advierte. Bien al contrario, lamenta, “estamos luchando para no perder lo que hemos conseguido” y, al mismo tiempo, para hacer ver “a la sociedad” que “no puede permitir ninguna agresión más sobre cualquiera de nosotras”.
En este contexto los diferentes movimientos feministas presentes en la movilización subrayan su pluralidad y, dentro de esta, sus objetivos comunes. “Tenemos claro que desde la diversidad somos capaces de estar juntas en una misma lucha que precisa de cada una de nosotras”, subraya Estévez, quien recuerda que en este 8 de marzo el feminismo gallego ponen el acento en la lucha contra la violencia machista, pero también “en el empoderamiento” femenino. “Son dos cosas que van a la par, no podemos tolerar ninguna discriminación, abuso ni agresión en ningún campo: político, sindical o social”, resalta.
Movilizaciones como esta, en la que se han sucedido consignas como “menos discursos, más recursos” dirigidas a las Administraciones públicas, son para las organizadoras muestra de que “las mujeres tenemos la capacidad de reaccionar” sin “que nos vitimicen”. En este sentido, resalta Pilar Estévez, las reivindicaciones del 8 de marzo pasan también por la “educación y la concienciación” como herramientas para luchar contra las agresiones de género. “No perdemos la esperanza, porque tenemos derecho a vivir en un mundo en igualdad”, concluye.
En medio de una fuerte presencia policial ha transcurrido una movilización que concluído en la Praza da Quintana con la lectura del manifiesto de la movilización en las voces de Nélida Pisco, Ángeles Fuertes y Pura Seoane, mujeres que en sus ámbitos laborales han sufrido “la discriminación machista”. Esta manifestación y todos los actos del 8 de marzo, han explicado, llegan en un contexto de “cifras estremecedoras” de asesinatos machistas, si bien “el feminicidio es la punta del iceberg”, ya que “bajo este hecho extremo se esconden toda una serie de violencias y discriminaciones”.
Los “mal llamados micromachismos”, la “cosificación de nuestros cuerpos, la desigualdad social y económica, la relegación al trabajo no remunerado de los cuidados” o la precariedad y el acoso son, destacan, motivos de sobra para “tejer redes de apoyo mutuo” en esta lucha por los derechos, una “gran red de sororidad” que “no parte de cero”, pero para la que “no es poco el trabajo por hacer”. “El feminismo ya ha conseguido mucho, en nuestro país y en el mundo”, pero “el futuro y nuestras vidas dependen de que continúe superando barreras para todas”. “Las diferencias que nos separan no son nada comparado con todo lo que nos une: la alegría de combatir con otras, la voluntad de acercar voces y la certeza de que sumando, nos multiplicamos”, concluyeron.
