Al menos media docena de espacios protegidos están afectados por el fuego en Galicia
El lunes la organización ecologista SEO/BirdLife alertaba de que los incendios habían afectado ya en todo el noroeste peninsular a 13 espacios naturales protegidos por la Red Natura 2000, cuatro de ellos en Galicia, los de Ancares-Courel, Baixa Limia-Sierra del Xurés, Macizo Central ourensano y Pena Veidosa. Y este miércoles Greenpeace pedía “medidar urgentes” para evitar la contaminación de cursos de agua tras el fuego. La Xunta ya no ofrece información sobre el impacto del fuego en espacios protegidos, pero a través de diversas fuentes locales o de la información facilitada por la Xunta de las parroquias en las que hay incendios, entre ellas varias cuyo territorio está incluido en buena parte en espacios de la Red Natura o de sus ámbitos de protección exterior, se puede concluir que el fuego afectó de forma directa como mínimo a media docena de ellos, pero la cifra podría ser muy superior y amenaza con afectar tamén de forma inminente a varios ríos con esa misma figura de protección.
La Xunta dejó de dar información de las hectáreas quemadas y de si alguna de ellas se encontraba en espacios protegidos el sábado, antes de que en la tarde del domingo el fuego se extendiese por toda Galicia. En el Parque Natural de la Baixa Limia-Xurés, la primera zona protegida en la que hace más de diez días comenzaron los incendios de esta ola, la Xunta dejó de ofrecer datos de extensión de los mismos cuando la superficie afectada del parque superaba las 800 hectáreas sólo en la parroquia de Río Caldo, en el municipio de Lobios. Sin embargo, en los siguientes partes distribuidos por el Gobierno gallego se reflejó también otro incendio en la parroquia de Araúxo del mismo ayuntamiento.
El espacio protegido de Pena Veidosa, en el que SEO/BirdLife detectó fuego, está situado entre los ayuntamientos ourensanos de Piñor, San Cristovo de Cea y Vilamarín, y el lucense de Carballedo, todos ellos con incendios, según los datos de la Xunta.
En Ancares-Courel, los incendios preocupan a diversas asociaciones ecologistas por su efecto sobre el oso, que comenzaba a recuperarse en esa zona gracias a la entrada de ejemplares desde Asturias o León. El gran incendio que afectó al espacio protegido de Muniellos, en el extremo suroccidental de Asturias, y los que se produjeron en tres parroquias distintas del Ayuntamiento de Cervantes colindantes con Asturias y León amenazan con crear una barrera sin vegetación por la que pueda desplazarse el oso.
En el Macizo Central ourensano los incendios de esta ola se añaden a los que de manera recurrente se producen en esa zona todos los otoños. La Xunta también informó de incendios en varias parroquias de Montederramo colindantes con el Bidueiral de Montederramo, otra zona protegida con abedules que fuentes locales también dan como afectada. Y varios incendios en diversas parroquias de la Ribeira Sacra afectaron al espacio protegido Cañones del Sil o lo harán cuando las cenizas de los fuegos lleguen a los río. Situación esta que se repite también en el Baixo Miño, con incendios en sus dos orillas, la portuguesa y la gallega, en especial en la zona de As Neves y Monçao, municipios gallego y portugués arrasados por las llamas. También se registraron incendios en las cuencas protegidas por la Red Natura del río Tea en Ponteareas, del Támega en Verín o del Cabe en Monforte, en una lista de espacios protegidos por fuerza incompleta hasta que se delimite la superficie de todos los incendios.
Un problema para el mar
Ese problema, el efecto de las cenizas en los ríos y, posteriormente, en el mar, ya está siendo advertido por cofradías de pescadores de la ría de Vigo. Allí, el gran incendio que se inició en Ponteareas y se extendió hacia Redondela y Pazos de Borbén quemó la mayoría de los montes del sur y del este de la ensenada de San Simón, en el fondo de la ría, importante banco marisquero y también protegida por la Red Natura. Y los incendios que afectaron a Vigo, Nigrán, Gondomar y Baiona se sitúan en montes cuyas aguas van a desembocar en toda la orilla sur de la ría de Vigo y la bahía de Baiona, en la que está otra zona de Red Natura, la Foz del Miñor.