“La prensa tiene que denunciar los asesinatos de mujeres, no culpabilizarlas”
Este verano está siendo especialmente trágico en lo que se refiere a la violencia machista. Los asesinatos de mujeres por el mero hecho de serlo ya son en Galicia el doble que en todo 2013 y los datos oficiales indican que en el conjunto del Estado ya se han producido 40 agresiones de género con resultado de muerte desde comienzos de año. La práctica totalidad de estas agresiones tienen, de una forma o de otra, reflejo en los medios de comunicación y, si bien la visibilización del problema viene siendo una de las reivindicaciones de los movimientos feministas, estos mismos colectivos alertan de que la manera de informar sobre este tema deriva, en múltiples ocasiones, en una culpabilización de la víctima y no en una denuncia de la propia violencia.
Ante esta circunstancia, la Rede de Mulleres contra os Malos Tratos de Vigo acaba de desgranar el tratamiento mediático de algunos de los asesinatos ocurridos en los últimos meses, así como de otros acontecimientos vinculados a la violencia. Este análisis detecta, al menos, “dos fenómenos”: “por una parte, en los medios de comunicación existe un tratamiento muy diferente en función de si la persona agresora es un hombre o una mujer”. Por otra, “en muchas noticias” el relato “se presta a cierta interpretación culpabilizadora de las mujeres”. Ambas líneas, explican en el informe, implican “olvidar” códigos como la Declaración de Compostela, el primer código del periodismo gallego para abordar la violencia machista y que, promovido por el Colegio Profesional de Periodistas de Galicia, cumplirá diez años este otoño.
Diferencias de visibilidad
En las noticias analizadas, la Rede muestra un caso concreto para explicar que “los casos de violencia donde la mujer es la agresora”, a pesar de ser minoritarios, “tienen una visibilidad mucho mayor”. Así sucedió, dicen, en el caso de una ourensana que presuntamente intentó provocar la muerte de la novia de su ex pareja. Esa noticia “ocupó casi una página de sucesos, con una fotografía ampliada en la que se puede identificar a la supuesta agresora”, un tratamiento que es “común” a medios gallegos y estatales. Este despliegue de espacio y detalles contrasta, a juicio de las autoras del informe, con la cobertura de algunos crímenes machistas.
Así, por ejemplo, los mismos periódicos que se centraron en esa noticia se limitaron a “un pequeño lateral de la página de sucesos” para informar de dos asesinatos machistas en junio y julio, tratados como “un caso más de violencia de género al que no se le da ninguna importancia mediática. ”Los casos de violencia de género, cuando un hombre realiza una agresión contra su pareja o ex pareja, deberían ocupar un espacio importante en los medios de comunicación“, dicen desde la Rede, que ven en esta manera de informar una vía para ”concienciar a la sociedad de la gravedad de esta violencia“. Lo contrario, alertan, ”da la impresión de que la violencia de género es algo normal que no debe resaltarse“.
La “culpabilización”
Los contrastes son cuantitativos en cuanto a espacio, pero también cualitativos. “En muchas noticias –dice el informe– continúa siendo habitual destacar el hecho de que la mujer asesinada no había denunciado al agresor” en vez de “denunciar el comportamiento” del agresor. En este caso, señalan, “creemos que la prensa tiene que denunciar el asesinato de mujeres haciendo hincapié en lo detestable del crimen y de sus causas sociales”, el machismo, en vez de “dar titulares que se prestan a la culpabilización de las mujeres asesinadas” por incidir en que dejaron de hacer algo, denunciar, que podría evitar lo ocurrido.
Otra de las prácticas habituales en los medios y que la Rede invita a eliminar son las menciones al carácter supuestamente normal de quien después resultó ser un asesino. “Resulta inapropiado que los medios destaquen la gentileza de los asesinos” con frases hechas vinculadas, por ejemplo, a la relación con el vecindario. “Estas noticias merecen una mayor seriedad”, evidencian, y ciertos “titulares en los diarios no ayudan en la lucha contra la violencia de género, más bien la dificultan”, concluyen.