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Si los contadores, los coches y las ciudades van a estar conectados, ¿quién cobrará esa conexión?

La competencia por la provisión de conexión a internet ha producido una bajada de los precios

Lucía Caballero

No hace falta consultar a ningún adivino para saber que en el futuro tu coche se conectará a la Red como ya lo hacen tu ordenador, muchos televisores y ese reloj inteligente que has regalado a tu padre estas Navidades. Las predicciones y previsiones sobre la internet de las cosas se van haciendo realidad paso a paso y, aunque lento, el avance es imparable.

Si en 2012 los beneficios producidos por este sector alcanzaron los 4.800 millones de dólares, un informe de la consultora International Data Corporation estima que su valor económico ascenderá a 8.900 millones en 2020. Y si necesitas más datos, Cisco calcula que ese mismo año habrá más de 50.000 millones de dispositivos conectados.

Las tecnológicas se embolsarán parte del botín, con nuevos productos y servicios más sofisticados (y también más caros), pero hay otro grupo de empresas que quiere su trozo del pastel. Alguien tiene que proporcionar la conexión y las plataformas que utilizarán todos esos aparatos para intercambiar información.

“La conectividad que se utiliza para comunicar máquinas tiene unas necesidades diferentes que la usada por las personas en sus equipos electrónicos”, explican a HojaDeRouter.com desde el área de M2M y soluciones digitales de Telefónica. Como la empresa española, el resto de teleoperadoras trabajan para incrementar la velocidad y capacidad de sus conexiones.

Si el año pasado la novedad era el 4G o LTE (de 'Long Term Evolution'), el camino apunta ahora hacia la quinta generación de conexiones móviles: la 5G. Y el Grupo de Interés Especial en Bluetooth acaba de anunciar la llegada de una nueva versión del protocolo de comunicación, la 4.2, que permitirá a los dispositivos electrónicos conectarse a internet sin necesidad de wifi.

Pero la comunicación máquina a máquina, o M2M, no es una recién llegada. Los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia revelan que el número de líneas móviles asociadas a comunicaciones M2M activas el pasado septiembre era de 2.888.984. Los aparatos electrónicos utilizan tarjetas SIM muy parecidas a las que llevas en tu móvil o tableta. De hecho, el Ministerio de Industria aprobó en 2010 un nuevo rango de numeración específico para estas líneas, el 59.

“Según el último Barómetro de adopción M2M publicado por Vodafone, el ritmo de adopción de esta tecnología en España es del 30%, superior al 22% de media del total del resto de países”, indican los responsables de la operadora de origen británico.

La sigilosa presencia del M2M

Convivimos con este tipo de conectividad sin darnos cuenta. Las máquinas de ‘vending’ se comunican con los equipos de la empresa gestora para reportar averías o falta de productos. Como indicaban el año pasado a El Economista fuentes del sector, el 68% de estas líneas las gestionaba Movistar, Vodafone el 20% y Orange se conformaba con el 12%. El resto de operadoras no aparecían en el mapa.

Una directiva europea estipula que los ascensores deben tener, además de un sistema de llamadas de emergencia, un control de telemetría que informe a sus responsables sobre el estado de la instalación. Una oportunidad que tampoco han desaprovechado las operadoras. Vodafone se ha aliado con Microkey y TamedBytes (empresas que gestionan el servicio) para conectar sus módulos de comunicación. Movistar también ofrece sus servicios a compañías como FAIN.

Las alarmas de seguridad de los hogares también se conectan con los ordenadores de la central de emergencias empleando para ello una tarjeta SIM. Vodafone firmó en abril un acuerdo con Prosegur para que sus nuevos sistemas de seguridad incluyan la ‘Smart. Tab’ de la operadora, que gestionará las comunicaciones entre los dispositivos. Por su parte, Securitas Direct se alió en 2011 con Orange para desarrollar soluciones de seguridad conjuntas.

Los contadores de la luz, gas y agua también han pasado a ser inteligentes (como ya hemos contado en alguna otra ocasión). Se han comenzado a instalar nuevos dispositivos que transmiten las lecturas directamente a la sede de la compañía prestadora del servicio. Vodafone trabaja en dos proyectos con Nexus Energía, una empresa española que comercializa electricidad y gas natural. Una SimM2M de Vodafone instalada en un módem y conectada al equipo de medición permite transmitir los datos.

Orange y el Grupo Aguas de Valencia tienen un acuerdo desde 2012 para gestionar las lecturas automáticas de los contadores a través de la plataforma de la operadora, Conecta Aqua. “El proyecto tiene una duración inicial de cinco años y gestionará más de 400.000 contadores de hasta seis proveedores diferentes”, detalla Miguel Ángel Victoria, gerente de Innovación de Orange España.

Desde 2011, Vodafone trabaja con Bosch para integrar una tarjeta SIM de fábrica en sus productos y nuevos aparatos electrónicos, igual que ocurre ya con algunos Kindle de Amazon.

Coches que informan de los accidentes

Aunque aún no está en vigor, otra norma europea está sirviendo de incentivo para la conectividad de los coches. A partir de octubre de 2015, la Comisión Europea obligará a todos los nuevos turismos y vehículos industriales ligeros a integrar un sistema de llamadas automáticas eCall. Los sensores integrados en el vehículo detectan que se ha producido un accidente y avisan a emergencias. El servicio de rescate recibe entonces datos sobre la hora, la posición del vehículo y el sentido de la circulación.

Telefónica ya ha trabajado con algunos fabricantes como Tesla Motors para conectar sus vehículos. Por su parte, Vodafone ha afirmado un acuerdo con BMW, Audi y Volkswagen para dotar de conexión a sus coches, como lo hizo en 2013 con el vehículo eléctrico de Mahindra Reva. Orange “ha firmado un acuerdo global con el Grupo Renault”, nos cuenta Victoria.

En el área de la movilidad, las soluciones mayoritarias se aplican a la gestión de flotas de coches de empresa, transporte urbano y seguimiento del transporte de mercancías. Todas las ‘telecos’ ofrecen este servicio.

Telefónica implantando el título de transporte en el móvil, mediante NFC, en el Consorcio de Transporte de Gijón (EMTUSA) y San Sebastián (DBUS). Orange con clientes como la Empresa de Transporte de Málaga (EMT) y la de Valencia, para la que, señala Victoria, “además de proporcionar las comunicaciones M2M asociadas a la gestión de sus flotas”, desarrollan “soluciones de pago móvil, supervisión o telemetría”.

Ciudades plagadas de sensores

Telefónica fue la coordinadora de SmartSantander, un proyecto europeo con el que se creó una infraestructura de experimentación en el campo de la internet de las cosas aplicada al entorno urbano. Se colocaron 15.000 sensores en el área urbana de Santander, aunque “el nombre solo hace referencia al lugar donde se hizo un despliegue de mayor volumen”, indica José Manuel Hernández-Muñoz, experto en tecnologías de comunicación y ‘smart cities’ de Telefónica I+D.

Llegaron a involucrarse hasta 25 socios entre los que se encontraban universidades, administraciones públicas, centros de investigación y empresas privadas como Alcatel-Lucent y Ericsson. El programa terminó en 2013, aunque las instalaciones han pasado a ser propiedad del Ayuntamiento de Santander que las utiliza para la gestión inteligente de la movilidad, la eficiencia energética y el medio ambiente.

La empresa española desarrolló la plataforma ‘Smart City’; “los servidores donde almacenar y gestionar los datos tomados por los sensores”, explica Hernández-Muñoz. Asimismo, proporcionan las APIs a los desarrolladores que quieran valerse de este registro para crear sus propias aplicaciones.

El desarrollo ha pasado de ser un modelo de experimentación a convertirse en un producto y un servicio que ofrecen a los ayuntamientos (el de Valencia ya lo utiliza) y a cualquier otro interesado en usar la plataforma. “Mantener un sistema con protección de acceso, con garantías de que no habrá caídas y asistencia continuada conlleva recursos y, por tanto, un coste”, señala Hernández-Muñoz. Telefónica colabora en la Red Española de Ciudades Inteligentes, compuesta por 60 ayuntamientos.

La infraestructura puede adaptarse a las necesidades de otros sectores, como el industrial o el agrario. Cumple con los estándares de FIWARE, otro proyecto europeo dotado con 600 millones de euros para construir una plataforma en la nube, pública y abierta, que pueda aplicarse también a cualquier área con el apellido ‘inteligente’. Aparte de la empresa española, participan otros actores como Orange, Siemens o IBM.

Orange y el ayuntamiento de Málaga han desplegado un sistema de monitorización en su área urbana. “Se controlan las plazas de carga y descarga, se localizan las paradas de autobús a través de realidad aumentada para que los usuarios puedan encontrar las paradas más cercanas y obtengan información en tiempo real sobre los tiempos de espera”, explica Victoria.

Y en la ciudad de Hospitalet trabajan con la administración en el desarrollo de Living Lab, cuya primera iniciativa fue presentada en noviembre en el Smart City World Congress. “Se trata de una distribución masiva de contenido multimedia bajo una red 4G”, indica el responsable de la empresa.

La tercera en discordia, Vodafone, ha proporcionado al Ayuntamiento de La Rinconada (en Sevilla) la integración de todas sus conexiones. Ha desarrollado además una plataforma para que la administración reciba y envíe las incidencias de mantenimiento en infraestructuras y mobiliario urbano.

Las alianzas de las principales operadoras con fabricantes, prestadores de servicios y administraciones aumentan poco a poco. Nuestros coches y ciudades utilizarán sus conexiones sin que nos demos cuenta. Mientras tanto, los ciudadanos de a pie seguiremos eligiendo a quién contratar la conexión de casa y la del móvil.

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, denrkbeta, CODE_n, Nexus Energía y SmartSantander

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