Los 'hackers' de carne y hueso que diseñan los ataques de 'Mr. Robot'
Frente al monitor de un magnate de los bajos fondos, Elliot Alderson, el ‘hacker’ más popular de la ficción, controla cuatro ventanas simultáneamente. Así comienza el quinto episodio de la segunda temporada de ‘Mr. Robot’, con su protagonista sumergido en un trajín perfectamente coreografiado: mientras escribe código, habla con Darlene (otro de los personajes) a través de un chat IRC y gestiona la migración de una página de la internet oscura.
“Tardamos un par de meses en conseguir que la animación quedara bien y tuvimos que hacer unas 15 revisiones”, desvela Kor Adana a HojaDeRouter.com. Los capítulos como este, con pantallas más complejas o dinámicas, requieren un mayor esfuerzo, pero todos son “extremadamente estresantes” para Adana. Él es “la voz de la tecnología” en la mesa de guionistas de esta popular serie, que cerró su segunda temporada el pasado 21 de septiembre.
Los fans de Elliot, interpretado por el ganador de un Emmy Rami MalekRami Malek, tendrán que esperar un año para disfrutar de nuevos episodios. A los espectadores no les queda otra que armarse de paciencia, pero los próximos meses serán también duros para Adana. Al productor técnico de la serie le esperan largas horas de trabajo regadas con café.
Este experto en seguridad y administración de redes –un título de la Universidad de Michigan Oriental y su experiencia laboral lo avalan− comenzó su andadura en el sector del entretenimiento con la serie ‘Rush’, que no pasó de la primera temporada. Su posterior empleo le venía que ni pintado: “Empecé como asistente de Sam Esmail [creador de ‘Mr. Robot’]”, explica Adana. Cuando se enteró de que tenía experiencia en ciberseguridad, quiso que contribuyera con su experiencia a “hacer más creíble la serie”.
El rol evolucionó de simple asesor a guionista y productor técnico. Aunque esta última denominación no es nueva, Adana no cree que el papel que desempeña haya existido en otra producción. Su opinión cuenta en cada una de las etapas del proceso, desde la creación de las tramas hasta la posproducción, pasando por el rodaje de los episodios.
“Estoy en la sala de guionistas con Sam y el resto de creadores para discutir las ideas y la historia”, indica el experto. Aparte de pensar en conflictos y decidir qué les ocurrirá a Elliot y sus colegas, Adana diseña los detalles de las escenas que incluyen algún ciberataque, herramienta de ‘hacking’ o despliegue tecnológico.
Durante esta segunda temporada, Adana ha contado con un equipo de asistentes: Ryan Kazanciyan, James Plouffe, Marc Rogers, Michael Bazzel y el exagente del FBI Andre McGregorAndre McGregor. “Paso los días con los guionistas, pero dedico las noches a intercambiar llamadas y correos con los asesores para discutir los ataques y las herramientas”, describe.
Cada detalle importa
El productor técnico controla en el rodaje que todos los dispositivos se utilicen de manera realista. “Aquí es donde confío en los consultores para que proporcionen contenidos precisos para representar en pantalla el ataque que habíamos acordado”, señala la mente de Elliot en la vida real. O bien desarrolla él mismo la acción o lo hacen los asesores, que le pasan después capturas de pantalla y vídeos del proceso.
Pese a que la parte del código es importante, hay otros factores que determinan la veracidad de las hazañas informáticas de Elliot. Tanto las herramientas como las estrategias que despliega el ‘hacker’, incluso detalles como las direcciones IP que escribe, “deben estar basadas en la realidad”, afirma el productor técnico. “Si no puede hacerse en la vida real con herramientas reales, no lo incorporamos en la serie”.
Los últimos pasos consisten en crear la animación interactiva que manipulan los actores en escena y trabajar con los editores para revisar los pasos del ataque que se van a mostrar. Adana se asegura, además, de que los sonidos del ratón y el teclado sean acordes a las imágenes.
Para McGregor, una de las partes más difíciles es “reducir a unas cuantas líneas de comandos y unos pocos segundos escenas de ‘hacking’ cuyo desarrollo real podría durar días o semanas”. El asesor trabajaba en la oficina del FBI en Nueva York cuando se perpetraron algunos de los ciberataques más importantes de este siglo, incluidos los de Anonymous y el grupo LulzSec, responsable de la filtración de datos de Sony Pictures y los ataques contra las webs de la CIA y el FBI en 2011. “La oficina federal tiene más importancia en la segunda temporada, así que necesitaban a alguien con experiencia para crear las escenas”, explica McGregor.
Por eso, además de participar en la parte puramente técnica del guion, el extrabajador del FBI asesoró al equipo sobre la apariencia de la unidad de cibercrimen donde se desarrolla la acción durante algunos capítulos. También decidió “cómo la agente Dom [interpretada por Grace Gummer] debía sujetar la pistola, entrar en una habitación, interrogar a los sospechosos y realizar la vigilancia”, detalla.
Ataques con base real
Actualmente, McGregor es director de seguridad informática de la firma TaniumTanium, una labor que le permite conocer de primera mano los fallos y descuidos que abren las puertas a los atacantes para reflejarlos en pantalla. “Los correos de ‘spear phising’ aprovechan versiones vulnerables de Java y Flash, el mal uso de los USB disemina el ‘ransomware’ y un sistema desconocido no vigilado sirve para que una Raspberry Pi comprometa un centro de datos”, enumera el experto. No ha elegido las acciones que cita al azar: todas aparecen en algún capítulo de la serie.
En opinión del exempleado federal, el ataque más sofisticado es el último de la lista, que aparece en el cuarto episodio de la primera temporada. Elliot utilizaba entonces una placa Raspberry Pi para acceder y manipular el sistema de climatización de Steel Mountain, una instalación que albergaba los servidores de E Corp, la multinacional que combaten Elliot y sus colaboradores. “Es una combinación de ingeniería social, robo físico y la acción de ‘hacking’ para controlar el termostato”, dice McGregor.
Adana también incluye este plan entre los más complicados, pero no coincide del todo con el asesor. Para el productor técnico, la mayor hazaña de su equipo ha sido recrear el ataque al FBI. “Desde el comienzo de la segunda temporada sabíamos que queríamos usar una femtocelda en algún momento”, cuenta el experto. Se refiere a una pequeña estación base, utilizada normalmente por las teleoperadoras para proporcionar conexión a móviles en interiores. Sin embargo, también puede tener otras aplicaciones: los miembros de fsociety utilizan uno de estos aparatos para espiar a los agentes federales.
Ojos que no ven…
“Nunca veo los episodios cuando se emiten, para entonces ya los he visto muchas veces”, confiesa Adana. El experto admite sentirse ansioso a la espera de la reacción de los espectadores: “Tenemos algunos de los fans más inteligentes y atentos a los detalles”. Por eso, cada vez que emiten un nuevo episodio, Adana dedica tiempo a repasar su Twitter y la página de Reddit dedicada a la serie para conocer las opiniones cuanto antes.
“Me gusta leer sus impresiones, teorías e interactuar con la comunidad en las redes sociales”, prosigue el experto en seguridad. También pensando en los fans introducen sus ya célebres 'easter eggs' (“huevos de pascua”), pequeñas sorpresas que se escapan a los ojos de la audiencia menos especializada. “Dedicamos horas a diseñar estos retos y pensar en formas creativas de incluirlos en los episodios”, cuenta Adana.
En ocasiones, además de descubrir estas curiosidades ocultas, los fans revelan errores que encuentran en la serie. “Les gusta compartir capturas de pantalla de los fallos técnicos que se nos hayan escapado”, comenta Adana. No les molesta, ya que quieren hacer la serie “lo más interactiva posible”.
Por su parte, el extrabajador del FBI dice no perderse un episodio; cree que ‘Mr. Robot’ se ha ganado el reconocimiento tanto de la comunidad ‘hacker’ como del público en general. Lo achaca, en cierto grado, a que la serie “supera la pobre representación que Hollywood hace de los ‘hackers’ y se ha mantenido fiel a la rigurosidad y el realismo técnico”. Pese a que no todo el mundo sepa descifrar cada línea de código que escribe Elliot, “los espectadores aprecian el esfuerzo que requiere y el nivel de detalle”.
Esmail sabe que sus “extravagantes” giros de guion no gustan a todo el mundo, pero entiende que “es el precio que tienes que pagar cuando asumes riesgos”. Tendremos que esperar algunos meses para conocer las sorpresas que Esmail, Adana y el resto del equipo preparan para la tercera temporada. Mientras tanto, los más impacientes pueden entretenerse debatiendo en internet los entresijos de los episodios anteriores y concibiendo teorías sobre el devenir de la serie. Si Elliot estuviera en su lugar, también lo haría.
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