El cineasta que fuerza a los poderosos a sentir las injusticias (en realidad virtual)
Conocer de primera mano el dolor de una madre ante la muerte de sus dos hijos en Gaza. Comprender el drama del ébola en Liberia a través de la historia personal de una superviviente. Recorrer un campo de refugiados sirios de la mano de una niña y que algo se remueva en tu estómago. No estamos hablando de un documental o un reportaje periodístico, aunque tampoco de un viaje presencial a estos lugares. Está entre medias y se puede sentir lo mismo (o casi) que sobre el terreno. Hablamos de realidad virtual para despertar conciencias.
El Mobile World Congress de Barcelona ha servido para que numerosas marcas (HTC, Samsung, Epson…) presenten sus nuevos equipos de realidad virtual. Se unen así a Oculus Rift, el dispositivo que compró Facebook y que inauguró esta nueva ola. Parece que 2016 podría ser el año en que estos cascos comiencen a llegar a los hogares de muchas personas, mientras festivales de cine como Sundance o Tribeca otorgan más espacio a estas experienciasSundanceTribeca. Una oportunidad de oro para jugar, entretenerse o conocer las injusticias sociales que nos rodean como si estuvieramos en el lugar de los hechos.
Ese último es el propósito de Gabo Arora, un director de cine muy particular. Sus filmaciones lo han llevado al Amazonas y a Gaza para denunciar las injusticias, pero él no es un director de cine cualquiera: es asesor de Naciones Unidas y con su trabajo intenta concienciar a las personas más poderosas del planeta sobre todo lo que hay que arreglar en este mundo.
No es el único que está apostando por la realidad virtual y otras nuevas tecnologías a modo de denuncia: Spike Jonze rodó un reportaje de realidad virtual sobre las manifestaciones contra el racismo que se produjeron recientemente en Nueva York y, por ejemplo, la BBC está experimentando con los vídeos en 360º.
Arora estudió Filosofía y Cine en la Universidad de Nueva York. Tras terminar estos estudios y tras unos años trabajando ya sobre el terreno, decidió cursar un máster sobre desarrollo internacional y economía. Fue su trabajo en misiones humanitarias lo que le hizo interesarse por estos ámbitos. Antes de recalar en Naciones Unidas como asesor, había trabajado en el Banco Mundial y en proyectos de Unicef.
Cuando llegó cierto momento decidió integrar sus “ambiciones artísticas” con su trabajo, como confiesa a HojaDeRouter.com. Mezclándolo con la tecnología, ha llegado a convertirse en el evangelizador de la realidad virtual en el cuartel general de Naciones Unidas en Nueva York. Desde allí viaja para remover conciencias de la única forma posible: si Mahoma no va a la montaña, habrá que acercar los problemas a los que pueden hacer algo de la manera más literal posible.
De momento, ha dirigido tres cortos que forman parte de la serie de películas en realidad virtual de Naciones Unidas que él mismo ayudó a crear. Antes fue productor de un vídeo viral, ‘Keep the Oil in the Ground’, donde hablaba de la sobrexplotación del Amazonas y cómo afectaba a las tribus que allí vivían. El resultado tiene casi dos millones de visionados en YouTube.
Asociado con un estudio de realidad virtual de Los Ángeles, Vrse, y con la revista Vice, el asesor tiene un peculiar modo de filmar: deja las cámaras en el punto que desea grabar y se tiene que alejar para no salir en el plano de 360 grados, así que no puede ver lo que se está registrando. Además, aunque da algunas indicaciones a sus particulares actores, la espontaneidad suele ser la protagonista: “Creo que se olvidan de la cámara. No es muy invasivo”.
Así ha podido reflejar el drama de los campos de refugiados sirios en Turquía, Líbano, Egipto y Jordania en 'Clouds over Sidra'. La intención es clara: sentir lo mismo que quien se encuentra en uno de esos campos y acercar así un drama que puede parecer lejano. Para ello, Sidra, una niña siria de 12 años, guiará a quien se ponga las gafas por el campo jordano de Za’atari, al que acaba de llegar. También conoceremos a su familia y el día a día de los que tienen que vivir allí. 'Clouds over Sidra' fue filmado en enero de 2015 y está disponible en YouTube. Es posible hacerlo desde un ‘smartphone’ cualquiera o, para mayor inmersión, desde unas Google Cardboard.
Otro de sus proyectos es 'Waves of Grace'. Rodado en Monrovia, capital de Liberia, relata la historia de un país machacado por el ébola. Rodado en julio de 2015, la protagonista es Decontee Davis, una superviviente del virus que aprovecha su inmunidad para cuidar de niños huérfanos.
En el corto podemos descubrir en 360º, de la mano de Davis, la vida normal en un mercado de la ciudad, pero también escenas menos pintorescas como el entierro de varias personas fallecidas a causa de la enfermedad. A la vez, conocemos West Point, un suburbio de Monrovia de donde Davis es oriunda y que estuvo aislado durante 13 días por culpa del ébola. Aunque intenta concienciar acerca de la epidemia, 'Waves of Grace' es también un relato “sobre amor, pérdida y renacimiento”, según sus autores.
El último de sus cortos en realidad virtual es 'My mother’s wing', que presentó nada más y nada menos que ante los poderosos líderes reunidos en el último Foro de Davos. En este caso, seguimos a una madre de Gaza rota por el dolor tras perder a sus dos hijos y que lucha y busca fuerzas para seguir adelante. El corto fue también exhibido en el pasado Festival de Tribeca.
Cuando se le pregunta por qué eligió la realidad virtual para contar estas historias, Arora explica que el casco evita que nos distraigamos con otras cosas: “No puedes mirar tu teléfono móvil”, toda tu atención está en lo que hay ante tus ojos. El espectador se sumerge directamente en la historia y puede “entenderla”.
Al terminar la proyección, “creo que la gente está un poco impactada” por lo que han visto, pero también por el uso innovador de esta tecnología. Para Arora, cuando los líderes mundiales ven estos vídeos, “se sienten forzados a tomar cartas en el asunto o hacer algo. Se sienten más facultados para actuar o más inspirados para hacer algo”.
La máquina no para y siempre hay nuevas ideas: “Estamos muy ocupados”, dice entre risas. “Estoy estudiando nuevas historias que contar”, a la vez que se interesa por los lanzamientos de otros autores en realidad virtual o acude a foros internacionales para discutir las posibilidades de las nuevas tecnologías, como hizo recientemente en la Berlinale o en el Festival de Sundance.
También tiene en mente producir contenidos serializados, episódicos, por supuesto con realidad virtual. En definitiva, va a seguir trabajando para que la gente se dé cuenta “de que pueden usar esta tecnología para hacer el bien, no solo para el entretenimiento o la evasión”.
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