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“Nos venden la moto”: la lucha de los 'riders' de Deliveroo es solo el comienzo

Los 'riders' de Deliveroo no prestarán servicio entre las 20 y las 24 horas del próximo domingo

Lucía Caballero / Álvaro Hernández

“Cuando vas a la charla informativa te aseguran que te van a dar un mínimo de 20 horas semanales. Y es una mentira”. Esta es la situación a la que se enfrentan los repartidores o ‘riders’ de Deliveroo, la empresa británica de reparto de comida a domicilio que desde 2015 tiene presencia en nuestro país. Se trata de uno de los motivos por los que la semana pasada cientos de ciclomensajeros, coordinados bajo la plataforma Riders x Derechos, se congregaron en Madrid y BarcelonaRiders x Derechos para reivindicar unas mejores condiciones laborales.

Las movilizaciones continúan y ya hay convocada una huelga para este domingo, 2 de julio, entre las 20 y las 24 horas, una de las franjas de más actividad para los ‘riders’. Piden que se cumpla esa promesa con la que les convencieron, así como tener garantizados al menos dos pedidos por hora para reducir su inseguridad salarial.

Los ciclomensajeros que prestan servicios a la ‘startup’ son autónomos, como ocurre en el caso de otras aplicaciones como Glovo o Stuart. Les une una mera relación mercantil: las empresas hacen la labor de intermediarias entre los establecimientos, los ‘riders’ y los clientes. “Para ellos es mucho más económico que solo cobremos cuando entreguemos pedidos, les saldría más caro tener una plantilla de asalariados”, razona Laura, repartidora de la empresa británica, que ha explicado a HojaDeRouter.com la realidad que vive diariamente. Los que van en bicicleta como ella (también hay motoristas) reciben ocho euros y medio por hora trabajada, más una cantidad que ronda los cuatro euros por entrega.

El problema no radica únicamente en que el volumen de pedidos sea variable –depende del día, de la franja horaria, de la época del año–. Además, los ‘riders’ no tienen posibilidad de prever las horas que trabajo que podrán realizar, pues la empresa se las asigna semanalmente en función de sus estimaciones. “Te venden la moto de que eres libre para trabajar cuando quieras, pero en realidad estás supeditado a la forma que tiene cada empresa de repartir los horarios y el problema es que cada vez hay más repartidores y no hay volumen para todos”, denuncia otro mensajero de la empresa británica.

El proceso se gestiona a través de una 'app', donde los repartidores no solo escogen turnos, sino que también se enteran de que la compañía ha decidido prescindir de sus servicios cuando los ‘desconectan’, uno de los muchos difusos eufemismos que utilizan. “Si tienes algún problema puedes escribirles un correo, pero no hay teléfono de contacto. Puedes presentarte en la oficina, pero si no has pedido cita antes –nunca te la dan–, ni te abren la puerta”, cuenta Laura.

Aunque lo presentan como el trabajo perfecto para estudiantes o personas que lo compaginen con otros empleos, “hay muchos que viven de esto, yo también”, afirma Marco, un repartidor italiano de Deliveroo. Por eso un buen número de 'riders' acaban prestando el servicio para varias compañías de entrega a domicilio, aunque la empresa británica es de las pocas que exige exclusividad en este sentido. “Mis ingresos rondan los 800 euros al mes. A eso tengo que descontarle la tasa de autónomos y los impuestos”, asegura Laura. “A mí me da para vivir, a alguien que tenga hipoteca o hijos, probablemente no”, dice otro de los repartidores.

“No sé si es un trabajo precario, pero sí un ejemplo del tipo de trabajo del siglo XXI. Se aprovechan de las circunstancias y de una legislación muy favorable”, indica el mensajero. Por este motivo han decidido crear la Asociación Nacional de Ciclomensajería y la plataforma Riders x Derechos, con ramas en la capital, Valencia, Zaragoza y Barcelona, donde se adhiere a la Intersindical Alternativa de Catalunya. La iniciativa agrupa a ‘riders’ de distintas empresas de reparto a domicilio y coordina las movilizaciones en defensa de sus derechos, contra una explotación laboral enmascarada y en denuncia de la figura del falso autónomo.falso autónomo

Deliveroo, a la que han informado del paro del domingo por correo electrónico, ha contestado únicamente a los ‘riders’ catalanes. Por un lado, ha advertido que ya no se garantizan dos pedidos a la hora. Por otro, anuncia un “nuevo plan de incentivos” de cara al verano y ofrece la posibilidad de acogerse al modelo de autónomo económicamente dependiente, siempre que obtengan más del 75 % de sus ingresos de la compañía. “Una medida tomada únicamente para guardarse las espaldas con la ley”, considera Laura, y que no satisface a los huelguistas. Los mensajeros de la Ciudad Condal pedirán hoy a la empresa, que no ha respondido a las preguntas de este medio, la readmisión de todos los despedidos tras las movilizaciones.

Un problema en pleno crecimiento

A pesar de las condiciones que denuncian los ‘riders’, o precisamente por ello, lo cierto es que los puestos de trabajo creados por la conocida como ‘gig economy’ no harán sino crecer. Sin ir más lejos, el ritmo de contratación de Deliveroo se ha incrementado en los últimos tiempos. “La semana pasada contrataron a 50 personas y esta semana ya van 100”, señala Laura. “Como hay tantos mensajeros, están dando un número de horas ridículo”.

El suyo no es un caso aislado. Un reciente estudio pronostica que este tipo de empleo bajo demanda se duplicará en los próximos cuatro años en Estados Unidos, superando así los 9 millones de trabajadores.

Este tipo de puestos de trabajo seguirán creciendo en paralelo con las 'startups' del sector. Según el último informe sobre los nuevos modelos de prestación de servicios y la economía colaborativa publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la inversión mundial en plataformas de economía colaborativa se multiplicó por siete entre 2014 y 2015.

“Sí, categóricamente estas plataformas van a generar mucha actividad y va a haber cada vez más personas que van a desarrollar actividades a través de ellas”, afirma José Luis Zimmermann, director general de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) y portavoz de Sharing España. “Puede que en Europa no vaya tan rápido, pero seguro que habrá un aumento significativo y lo mismo intuyo para el mercado español”, apunta por su parte Albert Cañigueral, creador del ‘hub’ Consumo Colaborativo.

El modelo se aproxima cada vez más al de otros esquemas de empleo no cualificado y sueldos bajos, donde predominan jóvenes y extranjeros. “Es muy fácil acceder, no pasas una entrevista; mandas un correo, te hacen cuatro preguntas, les presentas los papeles de autónomo y empiezas”, explica un mensajero de Deliveroo. Los que llevan más tiempo con la compañía oscilan entre los 20 años y los 30 y pocos, pero también los hay que superan los 40, “personas que necesitan empleo y que se agarran a lo que encuentran, dada la precariedad laboral generalizada que hay en la sociedad”, razona Laura. La edad media de los repartidores que viajan en moto es un poco más elevada, debido al menor esfuerzo físico que exige.

Las nuevas incorporaciones hacen aún más patente esta tendencia: “La mayoría de la gente que están contratando son chavales jóvenes de alrededor de 20 años”, señala la ‘rider’. También abundan los repartidores extranjeros. Los latinoamericanos suponen casi el 40 % de la plantilla, según Laura, “aunque hay gente de todas partes”. Lo mismo ocurre en otras empresas de mensajería, como Glovo. Uno de sus mensajeros dice “tener la sensación de que hay más gente de fuera de España que de nuestro país”.

Es un empleo al margen de la legalidad vigente, al margen del derecho laboral y al margen de cualquier derecho fundamental como seres humanos”, denuncia Desiderio Martín, secretario de Formación de CGT. “Hacerlos autónomos es una manera de precarizar el empleo, y lo hacen además como un modelo a seguir”, coincide Juan Luis García, portavoz del Sector Carretera de Comisiones Obreras. “Los márgenes de beneficio están, sobre todo, en esta explotación laboral de los trabajadores que tienen a su cargo, y es algo que se repite en todos los países en los que están implantados”.

“Venden la idea de que su negocio gira en torno a la tecnología, pero todo esto son pantallas de humo que esconden nuevas formas de explotación laboral”, critica un ‘rider’ de Deliveroo. Mantenerlos en régimen de autónomos y con bajos ingresos les conviene, afirman desde la asociación, “porque contribuye a que no haya sentimiento de grupo, a que compitamos entre nosotros por las horas y siempre haya un repartidor disponible”.

“Habrá que regular todo esto”, admite Zimmermann. Para ello, el portavoz de Sharing España propone que se desarrolle la figura del autónomo a tiempo parcial, aprobada en nuestro país pero pospuesta un año tras otro en los Presupuestos Generales del Estado. “Por ello también hay que establecer algún tipo de criterio para ver cuándo una actividad es puntual y cuándo una actividad es profesional”, agrega Cañigueral. “Y todo esto requiere hacer experimentos y probar”.

Desde los sindicatos no comparten este punto de vista ni ven en la flexibilización una salida. “No hay que adaptarse a esto, sino que son ellos los que deben adaptarse a la legislación vigente: tienen que entrar cumpliendo”, afirma el representante de Comisiones Obreras. Tras las condiciones laborales de Deliveroo y otras plataformas similares, García ve un modelo “de precarización laboral y economía surgida”. Se trata, a su juicio, de “un modelo muy peligroso, un futuro bastante negro para los trabajadores”.

“Es explotación pura y dura y que es peor que el esclavismo, porque encima le dan otro nombre”, sentencia Desiderio Martín. “La sociedad tiene que movilizarse en contra de esto”. Por lo pronto, en unos días los ‘riders’ de Deliveroo harán historia con la primera huelga en una de estas plataformas.

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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Sam Saunders, Kevin Jones y #HuelgaDeliveroo.

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