Se veía venir. El escenario escogido era simbólico, una vuelta a los orígenes, y Tim Cook ha querido aprovecharlo para distanciarse de la herencia de Jobs (de hecho, ha pasado de puntillas por los dos nuevos modelos de iPhone 6) y rebautizar el futuro de la firma de la manzana mordida. Ahora se llama Apple Watch. Ahora se llama Apple Pay. La era de iGod ha tocado a su fin.