De brisa a luz
Que el viento produce electricidad es tan obvio como pasar por algunos campos y obsevar las crestas de las lomas erizadas de gigantescos molinos que giran para trasformar la energía eólica en luz. Aspas de proporciones desmesuradas sobre postes altísimos conforman campos enteros al servicio del hambre inagotable de energía del estilo de vida occidental. Pero unas brisas mucho más livianas alimentan una versión más asequible de este proceso: la energía minieólica.
Se trata de aprovechar la tecnología de los molinos pero en una escala reducida para “producir electricidad en los puntos de consumo, adaptándose a los recursos renovables y a las necesidades energéticas de cada lugar”, explican en la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA). Es decir, colocar el generador al lado del consumidor para ahorrar infraestructuras, transporte, comercialización.... y extender esta manera mucho más sostenible y ecológica de abastecer pequeños núcleos de población, negocios...Una escala menor para solventar -o contribuir a hacerlo- un problema de gran tamaño como las emisiones contaminantes y el impacto en el proceso de obtención de electricidad.
Una empresa que se decidió a emprender en esa área es Kliux Energies que dice apoyar la “tercera revolución industrial que transformara el sistema de generación y distribuición energética en el mundo trasladando el poder al usuario como centro de generación”. En otras palabras... el consumidor es a la vez creador de la energía (pequeña escala).
El proyecto (riojano) consiste en colocar pequeños aerogeneradores verticales que pueden ser enganchados a la red general o suministrar a una instalación aislada. Como subrayan, “sirve para viviendas o comunidades de propietarios, para las zonas comunes de una finca, para establecimientos de turismo rural, agroexplotaciones, instalaciones deportivas...”. Permite adaptar la producción a las necesidades de consumo. El panorama energético va hacia “un desarrollo de modelo energético que no va a ser sostenible para abastecer el continuo crecimiento de la demanda mundial”, reflexionan.
Iñaki Eguizábal, fundador, relata que el proyecto nació en 2009 con Geolica Innovations que desarrolla los minigeneradores eólicos. Para 2011 se crea kliux para comercializar esta tecnología. 21 trabajadores llevan adelante este emprendimiento de carácter energético y medioambiental. Porque la colocación de estos recursos hace que se pueda extender el aprovechamiento más directo “de las fuentes inagotables de energía existentes y reducir la dependencia de fuentes de energía fósil”. Pero, además, da una vía de solución a zonas con difícil acceso de las infraestructuras convencionales -más complejas- para así “generar y almacenar energía en zonas aisladas y urbanas”. Eguizábal ha desgranado las fortalezas de los minimolinos: “Tienen una rápida y fácil instalación y el mantenimiento es nulo. Por su diseño, no impactan y, además, no hacen casi ruido [32,6 dBA a 10 m de distancia]”. En estos tiempos de crisis aseguran haber “aumentado la red comercial”.
Ejemplos de aplicacion que muestra Kliux son “la instalación híbrida aislada que cubre las necesidades energéticas del laboratorio de análisis del vino” de los laboratorios Dolmar, o el puerto en el club naútico gallego Porto Novo donde las rachas de viento alimentan la iluminación (un proyecto con planes de extensión a más puertos de la comunidad). Lo bueno de este desarrollo es que tiene un potencial de expansión tremendo. Viento hay en muchísimos sitios, y lugares donde se requiera energía al alcance también. “Instalar el producto en cualquier rincón del mundo donde la energía sea necesaria”....
Este sector está ahora mismo pendiente de la regulación por parte del Ministerio de Industria del autoabastecimiento y el balance neto que permitiría a quienes opten por esta vía renovable de sumistrar electricidad a sus casa o negocios obtener una buena eficiencia al no desperdiciar la energía producida pero no consumida. En Kliux aseguran que “todo el sector está pendiente del ministro Soria”. La cuestión es que enganchar a la red general estos (u otros mini generadores) “no puede implicar darse de alta como productor, pagar impuestos como tal...”, analizan en este emprendimento. “Si se despejan estas dudas, el campo de las minigeneraciones despegará en España como un cohete”.