Alborozo entre los xenófobos europeos y cautela de la UE ante la victoria de Trump
La Vieja Europa lo es un poco más después de la victoria de Donald Trump. Su triunfo supone el mayor exponente del hartazgo ciudadano contra las élites, que la UE ya experimentó con el Brexit. Y obliga a los líderes europeos a reaccionar con rapidez, si no quieren que los partidos populistas se acaben imponiendo en las elecciones que varios países celebran el año que viene.
En Francia, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, lidera la intención de voto en todas las franjas de edad, salvo entre los mayores de 65 años, según una encuesta publicada el pasado fin de semana. En Holanda, el xenófobo y antieuropeo Geert Wilders también encabeza algunos sondeos. Ambos han sido este miércoles los primeros en felicitar a Trump, incluso antes de que éste pronunciase su discurso de victoria. “Felicidades al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y al pueblo americano libre”, ha dicho Le Pen en Twitter. El holandés ha asegurado en esta red social que “las personas han recuperado su país y así lo haremos nosotros”.
El presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, ha sido hasta el momento quien mejor ha expresado la consternación con la que están recibiendo la noticia todos los mandatarios. “No sabemos qué podemos esperar de Estados Unidos”, ha dicho en un comunicado. Son varios los analistas que ya vaticinan un cambio con el orden institucional creado tras el fin de la Guerra Fría, incluso con el aparecido en 1945, después de la Segunda Guerra Mundial. Jan Techau, experto de la American Academy de Alemania, cree que se avecina “un cambio estratégico tectónico”.
Los ministros de exteriores de la UE se reunirán de urgencia este domingo en Bruselas para analizar cómo se deben abordar las relaciones transatlánticas, después de la victoria imprevista de Trump. La Alta Representante, Federica Mogherini, les ha convocado a una cena informal, justo antes del Consejo de exteriores que ya estaba previsto para el próximo lunes.
Los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y del Consejo Europeo, Donald Tusk, han felicitado a Trump en una carta conjunta y le han invitado ya a viajar a Europa para encauzar las relaciones transatlánticas tras su victoria. “Tenemos que consolidar los puentes que hemos construido a través del Atlántico. Los europeos confían en que América, cuyos ideales democráticos han sido siempre un rayo de esperanza alrededor del planeta, continúe invirtiendo en sus amigos y aliados”. Mogherini ha incidido en el mismo mensaje: “Los lazos entre la UE y Estados Unidos son más profundos que cualquier cambio político”.
Antes que ellos, ha hablado el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, diciendo que “Trump se ha convertido en el estandarte del miedo de millones de americanos y estas preocupaciones tienen que abordarse con políticas y propuestas creíbles”.
Dudas e incertidumbre
El triunfo de Trump deja profundas dudas sobre la seguridad en Europa, después de que el nuevo presidente electo haya dicho en la campaña que no apoyaría a sus socios europeos ante una hipotética agresión rusa, si no aumentan su gasto en defensa. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha sido otro de los líderes que ya han reaccionado, asegurando que “el liderazgo americano es más importante que nunca. Una OTAN fuerte es buena para Estados Unidos y buena para Europa”. La Alianza espera recibir a Trump en la cumbre que celebrará en la primavera de 2017.
La incertidumbre se ha instalado también en la política comercial de la UE, ya que Donald Trump ya ha mostrado en numerosas ocasiones su rechazo al TTIP. El tratado comercial que están negociando la UE y Estados Unidos ha quedado hoy más enterrado, después de que tanto la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente francés, François Hollande, anunciaran su muerte política. Jan Techau espera “un incremento de la inversión de China en Europa. El vacío se llenará”.