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Los latinos de Florida pueden acabar con las esperanzas de Trump

Personal pagado por las campañas de varios candidatos, cerca de un colegio electoral donde ya se vota en Miami.

Iñigo Sáenz de Ugarte

Miami —

Todos los análisis sobre las elecciones de EEUU indican un hecho casi incontestable. Si Donald Trump pierde en Florida, está muerto. Las diferencias se han estrechado en las encuestas nacionales, pero la clave sigue estando en los estados clave en los que los sondeos no dan ahora mismo un claro ganador. Entre ellos, están Florida (29 votos electorales), Pennsylvania (20), Ohio (18) y Carolina del Norte (15). Las combinaciones son muchas, pero Florida se destaca una vez más sobre los demás estados con sus 20,2 millones de habitantes.

Una encuesta encargada por la cadena Univision entre votantes latinos de Florida y otros estados indica que la victoria de Hillary Clinton sobre su rival será arrolladora en esa comunidad con un 60% frente al 30% de su rival republicano. La importancia del dato depende del nivel de participación de los latinos, muy por debajo habitualmente de los porcentajes habituales entre los negros y los blancos no latinos. De ahí que tantas veces se haya llamado a los hispanos el “gigante dormido” de las campañas electorales norteamericanas.

Los ataques de Trump a la inmigración procedente de México, o llamar violadores y narcotraficantes a la mayoría de los inmigrantes que llegan del sur, pueden hacer que ese electorado despierte. El gran perjudicado será el Partido Republicano, y no sólo en Florida. “Estos números de Florida no son sólo tenebrosos para Donald Trump. Son totalmente terroríficos para los republicanos en todo el país”, dijo a Político Fernand Amandi, uno de los responsables de la encuesta hecha pública por Univision.

En estas elecciones, el 15,7% de los votantes registrados en Florida son latinos. Hace cuatro años, eran el 13,9%. Los votantes de raza negra no cambiado mucho en porcentaje. La diferencia está en los de raza blanca que no son latinos. Han pasado de ser el 66,5% al 64,2%. Cada punto cuenta. 

Si los latinos fueran el 16% de los votantes en las urnas, eso concedería a Clinton una ventaja de más de 400.000 votos en esa comunidad, tomando como referencia los datos de la encuesta de Univision. Es un extra que Trump tendría muy difícil compensar en otros sectores demográficos.

Cómo aumentar la participación

En el departamento electoral del condado de Miami-Dade han trabajado en los últimos años para aumentar la participación en una zona de gran presencia hispana. Allí están registrados 1,3 millones de votantes. Los que se registraron como demócratas (unos 564.000) superan claramente a los republicanos (367.000). Cuanta más gente vote, mejores noticias para Clinton y los aspirantes demócratas a otros cargos electos. Carolina López, la supervisora adjunta de la oficina, explica a un grupo de periodistas qué han hecho para aumentar el número de votantes. 

En primer lugar, han intentado simplificar la papeleta, escrita en inglés, español y creole. Ahora tiene dos páginas, en vez de seis. La elección presidencial no es la única que aparece. También se vota a los candidatos a las cámaras legislativas nacionales y locales, jueces de distintos tribunales y otros cargos locales. Nada que ver con la infame papeleta mariposa que se hizo conocida en el accidentado recuento del año 2000.

La papeleta, aun así de dimensiones que sorprenderían a un votante español, se ha enviado antes a la gente por correo o incluido en los periódicos para que todos se familiaricen con ella.

La segunda medida, también fomentada en otros estados, es invitar a la gente a que vote antes del martes 8 de noviembre. La jornada electoral no es festiva en EEUU y para mucha gente siempre ha sido muy difícil conseguir tiempo para votar, o casi imposible si están obligados a tener dos empleos en zonas de la ciudad alejadas entre sí. “Hemos puesto en marcha 30 lugares, diez más que antes, donde se puede votar ya a lo largo de 14 días”, explica Carolina Lopez. “El horario de apertura es de doce horas diarias y cada persona puede votar donde quiera”. El día de las elecciones, sólo se puede votar en el colegio electoral que cada uno tiene asignado.

El impulso dado al voto por correo y al voto adelantado presencial ha tenido resultados inmediatos. El voto por correo ha crecido desde 2012 en un 67% (hasta 240.945 personas). El voto adelantado, en un porcentaje incluso mayor: un 159% (para un total de 270.112). Eso quiere decir que en Miami-Dade habían votado a fecha de 1 de noviembre 511.000 personas, un 37% del total que puede hacerlo. Lopez calcula que para cuando llegue la jornada electoral casi la mitad de los votantes registrados haya ejercido ya su derecho al voto en ese condado.

Todo el drama de los últimos días, incluida la cobertura de los medios, es ya irrelevante para los que ya han votado. Además, en Florida no pueden cambiar de opinión y presentarse el día 8 para depositar otro voto. Su decisión no se verá afectada por las encuestas finales ni por los llamamientos desesperados del candidato que vaya por detrás.

Fomentar la participación electoral puede tener un beneficiario claro en Florida –Clinton y los demócratas– si se confirma que los latinos votan ahora por Clinton como mínimo con la misma intensidad que lo hicieron por Barack Obama. Pero en cualquier caso la diferencia no será muy alta. El actual presidente ganó en Florida a Mitt Romney por menos de un punto (en votos, 74.309) en 2012. Entre los latinos, el 60% apoyó a Obama, el 39% a Romney.

Es probable que la ventaja entre los latinos sea mayor ahora con Clinton y que voten más hispanos que hace cuatro años. En ese caso, lo mismo que fue decisivo para catapultar a la victoria a Trump en las primarias republicanas –su ataque a la inmigración latina teñido de intenciones xenófobas– se convertirá ahora uno de los principales motivos de su derrota. Trump habrá despertado al gigante latino, quizá para siempre, y los republicanos tendrán ocasión en el futuro de lamentar haber apostado por el multimillonario.

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