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Cómo la financiación a través de los lectores está ayudando a salvar a los medios independientes de todo el mundo

Varadarajan y algunos de su equipo en la sede de The Wire.

Bibi Van Der Zee

Después de que the Guardian hablara hace tres semanas sobre el colapso de los medios de comunicación independientes en todo el mundo, rápidamente se hizo evidente que ésa era sólo una parte de la historia.

La libertad de prensa está en su peor momento del siglo. La combinación de gobiernos autoritarios y recesión económica ha llevado a la ruina a cientos de publicaciones. Sin embargo, empiezan a surgir pequeños emprendimientos independientes dispuestos a dar la pelea en todo el mundo. Y en muchos casos, lo que los sostiene es la generosidad de sus lectores.

Por ejemplo, cuando el sitio de noticias de Siddharth Varadarajan, The Wire, tuvo que enfrentar un juicio, podría haber sido un desastre. El editor residente en Delhi sabía que su emprendimiento -que él había financiado en parte- estaría en una situación económica delicada. El anuncio de que el hijo de un político demandaría al medio por un artículo podría haber sido fatal. Pero sucedió algo extraño. “La gente se escandalizó tanto de cómo estaban intentando intimidarnos, que comenzaron a enviarnos dinero”, explica Varadarajan. “Fue sorprendente.”

Fue un punto de inflexión. Rápidamente, The Wire encontró la forma de solidificar este apoyo. Inspirándose en nuestro esquema, y en nuestros lectores, el sitio web ahora está implementando una serie de programas de membresías basadas en el modelo de the Guardian. “Hemos estudiado el caso de the Guardian para resolver esto”, asegura Varadarajan. Así, la contribución de los lectores constituyó el 20% de los ingresos de The Wire del año pasado, y se espera que este año represente más del 40%.

No están solos. Desde Venezuela hasta Polonia, pasando por Hong Kong y Hungría, los editores decididos a evadir la asfixia que imponen algunos regímenes, los oligarcas y los estragos cada vez más brutales del mercado de la comunicación, encuentran formas de financiación que no sabían ni que existían.

“Había una sensación de cinismo resignado respecto de la idea de que la gente pudiera pagar directamente por el trabajo periodístico, luego de un período en el que la publicidad había tenido el papel principal”, dice Dave Boyle, experto en propiedad comunitaria que trabajó en un proyecto de crowdfunding para Positive News, con el cual recaudaron más de 280.000 euros, y en otro para el New Internationalist, en el que la revista superó su objetivo de 560.000 euros y recaudó 844.000 euros. “Resulta que los lectores sí están dispuestos a pagar, y pagan mucho más de lo que los editores se había atrevido a anticipar”.

Membership Puzzle lleva una base de datos sobre organizaciones de medios que están experimentando con modelos de financiación directa a través de los lectores y, según la directora de investigaciones Emily Goligoski, la lista crece semana a semana. “El nivel de experimentación es impresionante. Es realmente emocionante ver que cada vez más medios en todo el mundo están teniendo éxito con estos modelos”.

Cuando Ng Hiu-tung comenzó a pensar en montar una agencia de noticias independiente, le pareció que crowdfunding era la mejor opción. “Puse como objetivo 3 millones de dólares de Hong Kong (unos 337.000 euros) y Kickstarter dijo que no sería posible, ya que nunca habían tenido un objetivo tan alto. Pero yo sabía que si quería hacer esto bien, necesitaría todo ese dinero. Y si a la gente de Hong Kong le gustaba la idea, la iban a apoyar.”

Dos meses más tarde, cumplió el objetivo establecido. Desde entonces ha utilizado la estructura de propiedad de the Guardian como base del acuerdo legal de su propiedad sobre Factwire. “Nuestros abogados utilizaron muchas frases de los documentos de the Guardian para asegurarnos de que Factwire sea realmente independiente y no se vea afectado por cuestiones de propiedad”.

En Hungría, el periodista Gergely Dudás – hasta hace poco, editor de uno de los periódicos más grandes de Hungría- está en este momento llevando a cabo una campaña de crowdfunding para recaudar un millón de euros para abrir un sitio de noticias independiente. “El objetivo es ambicioso porque queremos hacer un periódico de verdad”, afirma Dudás.

En la vecina Polonia, el ex redactor de la Gazeta Wyborcza, Adam Leszczyński, fundó OKO.press, un sitio web de verificación de hechos e investigación, financiado colectivamente, que ha crecido para convertirse en el cuarto sitio de noticias más citado del país.

Las membresías y las donaciones de lectores son una importante parte del modelo para sitios que a menudo ofrecen un servicio muy específico. En Estados Unidos, han surgido sitios de noticias locales por todo el país -Civil Beats en Honolulu, The Charlotte Agenda, The Texas Tribune, La Voz de San Diego – que dependen de donaciones y apoyo de sus lectores como forma principal de financiación. También se están creando sitios sobre temas específicos, como What The Fuck Just Happened Today? (“¿Qué coño ha pasado hoy?”), que envía un boletín informativo diario sobre las actividades del día de Trump.

En Europa, todas las agencias de investigación como Correctiv, Investico, Krautreporter, Blankspot, e Inside Story piden donaciones. En el Reino Unido, el sitio de noticias locales The Bristol Cable le pide a sus lectores que donen entre 1 y 5 euros al mes. En Egipto, Mada Masr -que trabaja en condiciones increíblemente difíciles- declara en su sitio web: “Queremos estar a la vanguardia del movimiento del nuevo periodismo en Egipto, en el que las organizaciones están dirigidas por los propios periodistas y son financiadas directamente por los lectores…Queremos tener que rendirle cuentas sólo a nuestros lectores”.

eldiario.es en España y De Correspondent en los Países Bajos, ambas organizaciones de noticias financiadas por los lectores, han estado a la vanguardia de esta revolución. “Vemos una nueva ola de organizaciones de noticias en internet, en todo el mundo”, dice el profesor Rosental Alves, director y fundador del Centro Knight de Periodismo en las Américas de la Universidad de Texas.

“Existe una nueva generación fantástica de jóvenes periodistas que están creando modelos nuevos. Algunos están buscando formas de ser rentables, pero por otro lado hay una ola de pequeñas organizaciones sin ánimo de lucro que son financiadas por lectores y fundaciones”. Estos sitios están investigando cuestiones que los grandes medios no tocan. En Chile, el Centro de Investigación e Información Periodística (Ciper) ha estado monitoreando la financiación irregular en la política y ha sacado primicia tras primicia. En Venezuela, Nelson Bocaranda, uno de los periodistas más reconocidos del país, fundó Runrun.es y utiliza el sitio para publicar información espeluznante sobre la Operación de Liberación y Protección del Pueblo, una serie de grupos paramilitares respaldados por el Estado que recorren el país matando a cientos de personas.

El Daily Maverick en Sudáfrica se hizo un nombre gracias a la excelente cobertura que hicieron de la masacre en Marikana, en la cual la policía reprimió brutalmente a un grupo de mineros, resultando en 47 muertos; y este año lideró la cobertura de los Guptaleaks, revelando los vínculos financieros entre el multimillonario Guptas y el partido del gobierno (jugando un papel importantísimo en la caída de la empresa de relaciones públicas Bell Pottinger).

En Hong Kong, Factwire expuso el mal funcionamiento de un nuevo sistema de control del tráfico aéreo. El Spinoff en Nueva Zelanda, conocido por su sarcasmo y su sentido del humor, también comenzó el año pasado a cubrir historias de violencia sexual y acoso, incluso antes del escándalo de Harvey Weinstein, y ahora está llevando a cabo más y más investigaciones, según afirma su editor Toby Manhire.

“Tenemos que tener mucho cuidado en verificar una y otra vez cada cosa”, asegura Lisseth Boon de Runrun.es. “Si cometemos el más mínimo error, corremos el riesgo de que nos ataquen”. A largo plazo, estas son relaciones nuevas y tienen que pasar varias pruebas.

Finalmente, ¿cuán sostenibles resultarán estos sitios nuevos? Seguramente muchos desaparecerán. Pero Varadarajan – que ahora tiene una digna circulación de 3,5 millones de visitas al mes- se muestra tranquilo y confiado. “No estamos persiguiendo visitas a la publicidad, así que eso nos da mayor libertad editorial en términos de pensar qué noticias cubrimos, y a la vez eso nos ayuda a ser diferentes y llamar la atención del público. Tenemos la confianza de saber que podemos resistir distintos tipos de presiones porque nos apoyan nuestros lectores. Cuanto más nos presiona el gobierno, más probable es que los lectores acudan a ayudarnos. Ésa es la lógica, una especia de círculo virtuoso, que hemos logrado poner en práctica”.

Traducción: Lucía Balducci.

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