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The Guardian en español

El golpe de la tercera ola: autobuses de Londres convertidos en ambulancias

Una conductora de la empresa GoAhead con mascarilla dentro de uno de sus autobuses

Denis Campbell

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El personal del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) ha adaptado dos autobuses londinenses para convertirlos en ambulancias improvisadas con el objetivo de trasladar a pacientes, una muestra de la saturación del sistema sanitario de la capital británica a causa de la COVID.

A estos autobuses de una sola planta les han retirado la mayoría de los asientos para que en cada uno de ellos puedan ser atendidos cuatro pacientes, en un intento por aliviar la presión que están padeciendo los hospitales y el servicio de ambulancias de Londres. 

Go-Ahead, la empresa de transporte propietaria de los autobuses, los ha prestado al NHS para ayudar a trasladar pacientes incluso al hospital de campaña London Nightingale, reabierto recientemente. 

En los autobuses habrá médicos y enfermeras del Servicio Nacional de Salud especializados en cuidados intensivos, así como voluntarios de la organización benéfica de primeros auxilios St John Ambulance.

Reino Unido ha registrado en las últimas 24 horas 1.290 muertes por el virus y 37.892 nuevos contagios. Por otro lado, casi 5 millones de personas han recibido la primera dosis de la vacuna y 464.000 ya se han puesto la segunda dosis.

Go-Ahead también proveerá cuatro de sus conductores para los vehículos, que han sido formados para que el equipamiento médico de emergencias, que incluye bombas de infusión y monitores, pueda ser utilizado para mantener estables a los pacientes y permita observar su estado. Los conductores ya han recibido la vacuna contra el coronavirus. A la empresa le llovieron ofertas de sus conductores para ayudar.

Para fijar las camillas se ha agujereado el suelo de los autobuses y se han incorporado ruedas fabricadas por una empresa llamada Stryker para así asegurarse de que estas no se muevan cuando el autobús está en movimiento. Durante el viaje, los pacientes que lo necesiten podrán recibir asistencia respiratoria o medicación intravenosa. 

Los autobuses también llevarán oxígeno a bordo para los pacientes que lo necesiten, incluidos aquellos con COVID-19. El equipamiento médico podrá recargarse con la batería de los vehículos, ya que estos son eléctricos.

Está previsto que en los próximos días ya puedan viajar los primeros pacientes. Al principio probablemente serán pacientes de los hospitales londinenses que deban ser trasladados al Nightingale, ubicado en el centro de exposiciones ExCeL, ya que necesitan cuidados menos intensivos antes de recibir el alta.

El hospital de campaña reabrió la semana pasada, pero a diferencia de la primera ola, esta vez solo está acogiendo a pacientes menos graves, en lugar de enfermos con grandes complicaciones por la COVID-19.

Se cree además que es la primera vez que el NHS ha tenido que utilizar autobuses adaptados especialmente para el traslado de pacientes. El personal a bordo llevará equipo de protección personal.

El personal del NHS que viaje en los autobuses serán médicos y enfermeras que trabajan en el Servicio de Traslado Especializado en Cuidados Intensivos y Rescate (Sprint), un servicio que lanzó el NHS en marzo, cuando comenzó la pandemia, para trasladar pacientes de una unidad de cuidados intensivos a otra en el sur de Londres y asegurarse así de que ninguna colapsara. 

Se han creado paradas especiales fuera de los hospitales King’s College y Guy’s, en el sur de Londres, para que los autobuses puedan aparcar, recoger pacientes y tener prioridad. Los lados de los autobuses además contarán con pegatinas grandes que dicen 'Transporte de pacientes del NHS', con el logo del servicio de salud.

El objetivo de esta medida es aliviar la carga al servicio de ambulancias de Londres, que se encuentra muy saturado y lucha por poder atender la enorme cantidad de llamadas de emergencia que recibe desde que la capital británica volvió a ser el centro de la segunda ola de coronavirus, durante las vacaciones de Navidad. 

El hospital de campaña London Nightingale abrió sus puertas en marzo, en medio de gran algarabía, y el objetivo inicial era que fuera una enorme unidad de cuidados intensivos de coronavirus con capacidad de 4.000 camas. Sin embargo, la dotación de personal resultó problemática y durante la primera ola de la pandemia únicamente se atendieron allí a algunas decenas de pacientes. Ahora está siendo utilizado para recibir a hasta 300 pacientes no de COVID que estén próximos a recibir el alta médica. También funciona como uno de los grandes centros de vacunación del NHS.

Traducido por Lucía Balducci.

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