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Análisis Assassin’s Creed Chronicles: China, de turismo por el gigante asiático

AC chronicles

Daniel Moreno

Que ‘un Assassin’s Creed al año no hace daño’ es algo que no pocos jugadores ponemos en duda abiertamente, pero este hecho no impide en absoluto a su editora, la francesa Ubisoft, cumplir no ya a rajatabla esta norma, si no ir varios pasos más allá ofreciendo más de un juego de la franquicia por año. Ya lo hicieron con Assassin’s Creed III y el por entonces exclusivo de PS Vita Assassin’s Creed III: Liberation, y lo volvieron a hacer con aun más fuerza el pasado año con el lanzamiento de tres juegos distintos: la versión HD de Liberation, el cumplidor Assassin’s Creed: Rogue para la vieja generación y el decepcionante Assassin’s Creed: Unity para la next gen. Y todo esto olvidándonos de las otros tantos títulos lanzados para iOS, Android y similares desde que la franquicia existe.

Teniendo en cuenta tal currículum, a nadie podrá sorprender que para 2015 tengamos un Assassin’s Creed exclusivo para PC y la nueva generación, el filtrado antes de tiempo Victory, y algún que otro título ideado para que los fans puedan ir abriendo boca hasta su más que previsible lanzamiento en otoño. Se trata del spin off Assassin’s Creed Chronicles una nueva trilogía que nos llevará por diferentes periodos históricos y localizaciones largamente solicitados por los jugadores, apostando por un estilo mucho más plataformero en 2.5D.

Su primera entrega, Assassin’s Creed Chronicles: China, aterriza hoy mismo en PC, Xbox One y Playstation 4. Nosotros ya hemos tenido ocasión de disfrutarla, y a continuación os contamos qué nos ha parecido.

Sí, veníamos pidiendo Assassin’s Creed ambientados en el Japón Feudal, en el antiguo Egipto y en la propia China desde hace ni se sabe los años. Y desde luego todo parece indicar que esta trilogía en 2.5D ha nacido con la intención de satisfacer de alguna forma dichas peticiones a sabiendas de que no, la idea de utilizar una ambientación tan exótica como esta para uno de los ‘grandes’ no termina de cuajar entre sus responsables. “¿Un Assassin’s Creed en Japón? ¡Ya hemos visto demasiados juegos con ninjas!”. Puede que estas no fueran las palabras textuales, pero algo así leímos no hace mucho de boca de uno de los cerebros pensantes tras la serie.

Así que bueno, el caso es que llevar a los Asesinos de paseo a la lejana China puede sonarnos realmente llamativo, casi a algo que nos entra por los ojos, que lo queremos ya, como sea y al precio que sea. Y no se puede negar que dicho encanto está ahí, en su apartado artístico, en el diseño de los personajes, en las animaciones de la protagonista. ¡Ah sí, no lo habíamos comentado! Por segunda vez en la serie una chica se lleva el papel principal, y eso es algo que quizás debería ocurrir un poquito más a menudo.

La historia nos pone en la piel de Shao Jun, una joven china que oh, casualidades de la vida, ha sido entrenada por el mismísimo Ezzio Auditore da Firenze, lo cual hace que nos preguntemos hasta qué punto era necesario forzar este encuentro. Vale que Assassin’s Creed destaca por su mezcla de historia y fantasía, pero sinceramente, hace falta algo más que fantasía para que el hecho de que una joven viajara desde China hasta Italia en el siglo XVI sólo para conocer al asesino más famoso de todos los tiempos sea creíble. Teniendo en cuenta que un viaje así iría de la mano de incontables peligros y no pocas semanas o incluso meses de travesía, ¿no sería más fácil quedar para entrenar con el maestro asesino de yo qué sé, Mongolia, Corea o Japón? Que seguro que los hay, no te creas.

A lo que vamos, esto suena tanto a excusa para explotar el nombre del personaje más querido de la franquicia como a chiste en plan ‘entra un italiano, un chino y un español a un bar y…’, pero venga va, como queremos ser buenos chicos aceptaremos pulpo. El caso es que el recién nombrado Emperador Jiajing ha instigado la purga de la Hermandad China de Asesinos, y sobre los hombros de Shao Jun cae la responsabilidad de reinstaurar la orden tratando de dar caza a los Templarios que, como siempre, andan detrás de las decisiones del Emperador, moviendo los hilos como suegras resentidas.

Sin entrar demasiado en la trama, baste con decir que tiene lo que puedes esperar de cualquier Assassin’s Creed. Artefactos misteriosos, guerra de ideales, venganzas, etcétera. Por supuesto nadie esperaba que Chronicles fuera a tener el argumento más profundo y mejor hilvanado de la serie, y efectivamente así ha sido. Está ahí para cumplir sin más, para crear un contexto que justifique nuestro viaje al país asiático, porque la excusa de ‘hacer turismo’ no habría cuajado demasiado bien.

Aunque un poquito de turismo sí que haremos, en concreto por escenarios tan reconocibles como La Gran Muralla, La Ciudad Prohibida y el Puerto de Macao. Puede que no impresionen tanto como subir a lo alto del Coliseo en Assassin’s Creed: La Hermandad o deambular por la Constantinopla de Assassin’s Creed: Revelations, pero el caso es que tampoco podemos quejarnos. Por norma el diseño artístico de escenarios y personajes es de lo que más resalta, aunque ciertamente no está al nivel de otras producciones similares. Tiene un toque cel shading que le sienta bien, pero en su conjunto ni resulta un juego visualmente tan cuidado y especial como Child of Light, ni es tan reconocible como por ejemplo Mark of the Ninja.

Pero si empezamos a comparar con otros títulos, es la faceta jugable la que más pierde. Ya hemos citado a Mark of the Ninja, y sinceramente este Assassin’s Creed nos sabe un tanto a ‘superproducción descafeinada’ puesto al lado del genial título de Klei Entertainment. Por supuesto no es ninguna superproducción al uso, pero no cabe duda de que tanto por nombre como por recursos sí que podría serlo comparado con tantos otros juegos indie como este.

Frente a la riqueza de posibilidades, la exigencia y la libertad de acción de Mark of the Ninja, Chronicles: China sólo tiene limitaciones. El diseño de los escenarios recurre en exceso a los pasillos, impidiendo que podamos tomar caminos alternativos para cumplir un objetivo, pero lo que es peor, a la hora de avanzar no hay prácticamente una penalización palpable a la torpeza del jugador, en gran parte por la casi nula inteligencia artificial de nuestros oponentes.

Si avanzamos con sigilo ganaremos más puntos, por supuesto. Pero es que el juego no nos motiva a ello. Por poneros un ejemplo, si nos pillan bastará con dar cuatro o cinco pasos, escondernos diez segundos y todo volverá a la normalidad como si nada hubiera ocurrido. Esto permite que la táctica ‘mata a un tipo sin importar que te pillen, escóndete y vuelve a matar’ se convierta en la tónica general. Nos da en la nariz que el hecho de haber querido hacer de Chronicles un título accesible ha conllevado la muerte precipitada de esa tensión que tan bien sienta a las propuestas de infiltración y sigilo.

Los enemigos son tontos no, lo siguiente, hasta el punto de que sentiremos ser dioses a su lado por nuestra capacidad para, simplemente, dar un salto y pasar a la siguiente zona del escenario dándoles esquinazo. Que nos sigan es algo tan inviable como que el Alcorcón le meta cuatro goles al Real Madrid (¡ups!) dando lugar a situaciones absurdas como por ejemplo que podamos matar a uno tras otro desde unas escaleras, o peor aún, que se caigan por estas suicidándose, ahorrándonos el trabajo de pulsar botones para acabar con su miserable e incluso inexplicable existencia.

Si acaso alguien no es demasiado ducho a la hora de controlar a la joven Shao Jun, tranquilos, porque se dan casos en los que ni siquiera hay que pensar antes de actuar, clavar el salto o ser diestro con la espada. Los propios enemigos cuentan con unas mecánicas preestablecidas de las que no salen ni bajo amenaza de bomba, en plan ‘nos pondremos aquí a parlotear mirándonos el uno al otro fijamente a los ojos sin posibilidad de ver lo que ocurre a nuestras espaldas’. No varían sus rutinas, y no se alteran salvo que te hayan visto u oído, algo para lo que tendrás que caer en su campo de visión (perfectísimamente señalizado) y permanecer en él durante unos segundos mientras un medidor amarillo se llena.

Y si suena la alarma ya sabes, son diez segundos contados de guardias un tanto inquietos, pero ya te decimos que no van a ponerse a buscar por el escenario como suponemos que haría cualquier guardia al que se le cuela un intruso, no vaya a ser que te detecten. Ah, y por si con todo esto no bastase, en este juego hay indicaciones para todo, incluso para indicarte cuando van a girar la cabeza para mirar a su espalda, y también tienes la famosa ‘vista de águila’ que puedes usar en cualquier momento sin limitación alguna y que te señalará su ruta preestablecida… ni que vinieran con GPS de fábrica.

En cuanto a las habilidades de nuestra heroína, la verdad es que hay que destacar las ejecuciones, quizás más por las animaciones que por cualquier otra cosa. Por supuesto contamos con artimañas vistas decenas de veces en los títulos del estilo, como silbar para llamar la atención de los enemigos, lanzar cuchillos para cortar cuerdas y que caigan lámparas o lo que sea al suelo, o lanzar una especie de petardos que ciegan temporalmente a los guardias. Lo básico también está ahí claro, como correr, saltar cual Assassin’s (amortiguadores anti-roturas en los tobillos), escondernos en puertas oscuras, trepar por los paredes y techos habilitados para ello, deslizarnos por el suelo, etcétera.

A la hora de combatir, podemos sortear al enemigo dando una voltereta sobre él. Después tenemos el bloqueo y dos tipos de ataques, rápido y poco fuerte o lento pero más fuerte. Cabe decir que nuestra chica se desenvuelve bien por norma, tanto que, pese a que con dos toques que nos den estamos muertos, que se nos pongan por delante dos o tres rivales de los básicos tampoco supone ningún problema. Y decimos de los básicos porque hay varios tipos, aunque no demasiados. Están los de las ballestas, los guardias normales, los que van con escudo, los que tienen lámparas para buscar en los rincones ocultos, etcétera.

Como punto positivo toca remarcar que el juego intenta aprovechar las 2.5D, de hecho más que buena parte de los exponentes similares. Esto nos permite alcanzar un número mayor de escondrijos, aunque bien es cierto que, de llevar todo esto a las 2D a secas, tampoco se perdería gran cosa, puesto que a efectos prácticos nada cambia entre esconderse en el suelo debajo de un enemigo o hacerlo en un saliente a la altura de sus pies pero en un plano de menor profundidad visual.

Lo mejor:

  • ¿Un Assassin’s Creed ambientado en China? Ponme media docena. No me importan ni los ingredientes ni la fecha de caducidad.
  • Hablando de su ambientación, destaca su apartado artístico, aunque… ¿cómo no iba a hacerlo estando ambientado en China? Pues quizás siendo un título de ‘Todo a 100’, pero por suerte no lo es.
  • La joven Shao Jun, porque nos gusta que las chicas se vistan de Asesinos y se dediquen a cazar templarios. Lástima que en Ubisoft sólo cuenten con ellas en el papel protagonista para los juegos ‘menores’.
  • Es accesible. Cualquiera puede jugarlo sin demasiadas complicaciones e incluso disfrutar haciendo turismo por La Gran Muralla y La Ciudad Prohibida.

Lo peor:

  • Tiene buenas ideas, pero ninguna realmente innovadora. En materia jugable no hay nada que resalte, y los ‘peros’ pesan más de lo que deberían. Falta variedad de acción y sobre todo caminos por los que optar.
  • La inteligencia artificial es poco menos que cuestionable. ¿Qué nos detectan? No pada nada, nos escondemos diez segundos y volvemos a matar.
  • Su accesibilidad excesiva es también uno de sus mayores pecados. No plantea un desafío a tomar en serio, ni nos motiva a darle al coco.

Conclusiones

ConclusionesAnálisis Assassin’s Creed Chronicles: China, de turismo por el gigante asiático

En definitiva, muchos temían que este Assassin’s Creed no fuera más que un título desarrollado para contentar a los fans que pedían una ambientación exótica tratando de servir de mero aperitivo hasta la llegada del ‘gran’ Assassin’s Creed de otoño. Y creemos que finalmente así ha sido: Ubisoft se ha sacado de la manga un título que podría haber dado mucho más de sí, que realmente podría haberse convertido en una joya especial, en un auténtico regalo para los fans. Cierto es que tiene alguna que otra idea buena, pero poco innovadora. No hay nada rompedor, nada que realmente nos ate a los mandos: Assassin’s Creed Chronicles: China cumple sin más con las bases que plantea, dejándose en el tintero todo aquello que podría haber hecho de él algo único.

Adoramos esta franquicia por todos los grandes momentos que hemos vivido con ella, que no son precisamente pocos. Sin embargo creemos firmemente que entre las filas de Ubisoft no escasean ni las ganas de apostar por cosas nuevas ni el talento y saber hacer como para llevarlas a cabo como tan bien han demostrado con apuestas recientes del calibre de Child of Light, Valiant Hearts: The Great War y el curiosísimo Grow Home. Estas tres son las ‘pequeñas-grandes joyas’ de la compañía gala, y creemos que este debería ser el camino a seguir en vez de tratar de sacar más punta a un lápiz cuya mina comienza a resquebrajarse. De hecho si fuera por un servidor, este año no habría más Assassin’s Creed, porque esta franquicia se ha ganado un más que merecido descanso.

Por: Daniel Moreno

Análisis Assassin’s Creed Chronicles: China, de turismo por el gigante asiático

04/21/2015

6 / 10 estrellas

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