“Con 15 casos de cáncer llevo estas firmas hasta el infierno para que retiren las antenas”
Cuando miran las antenas se les ponen los pelos de punta. Viven con el corazón en un puño y llevan diez meses “de hospital en hospital batallando con el cáncer”. José Fernández Lynch y su familia, como muchos vecinos del barrio de San Sebastián, en Santa Cruz de La Palma, están convencidos de que la causa de los 15 casos de tumores y de otras enfermedades como Alzheimer, ictus y problemas cardíacos registrados en la zona, está en las antenas de telefonía móvil que se encuentran ubicadas, desde hace más de 10 años, en una vivienda de propiedad privada en Timibúcar. “Tiene que haber un detonante para que se estén produciendo estos elevados casos de cáncer en un entorno tan reducido, y estamos convencidos que el origen está en las antenas, cuyo radio de acción, hace algo más de un mes, han sido potenciado con dos nuevas instalaciones y tres amplificadores más grandes”, ha asegurado a LA PALMA AHORA José Fernández Lynch.
La familia de este joven, que tiene pareja e hijos pequeños, se ha visto afectada de lleno por el cáncer. Su madre ha superado con éxito dos tumores y su padre “desde hace diez meses lleva batallando de hospital en hospital con la enfermedad”. José Fernández, ante el incremento de esta dolencia en el entorno de San Sebastián, Calcinas, San Telmo y El Galión, decidió iniciar una campaña de recogida de firmas cuando era alcalde Anselmo Pestana. “Fuimos cinco personas a reunirnos con él, pero aquello quedó en nada”, recuerda. Hace unas semanas, y en vista de que se ha reforzado el radio de acción de las antenas, retomó la lucha y, junto a otros vecinos, ha comenzado de nuevo a pedir rúbricas por toda la ciudad. “Con 15 casos de cáncer y los problemas que tengo en mi familia, camino hasta el infierno con esas firmas para que quiten las antenas de ahí; exigimos que cumplan lo mínimo que estipula la ley: 600 metros alejadas de un casco urbano, eso es lo que pedimos”, dice. “Cuando termine este mes entregaremos las firmas al alcalde, al presidente del Cabildo, al Diputado del Común, al Seprona y a la Consejería de Medio Ambiente”, añade, y anuncia que “si no conseguimos que se retiren las antenas, acudiremos a la vía judicial para proteger nuestra salud”.
A José Fernández Lynch le preocupa “mi salud y la de toda mi familia, porque tengo padres, mujer, hijos, sobrinos… y también la de los niños de la zona, porque en el entorno hay un colegio, un instituto y una guardería”. “Tenemos informes que hablan de la nocividad de las antenas, y un estudio que se hizo en Tenerife reveló que donde están estos aparatos no hay ni un gusano en la tierra, ni vuelan las palomas en ese radio, así que si los animales se van, que no nos pasará a los humanos que convivimos con ellas”.
A este vecino de San Sebastián, de carácter afable y poco amigo de protagonismos y algaradas callejeras, no le ha quedado otra opción que movilizar al barrio para intentar proteger la salud de sus habitantes. “15 casos de cáncer son muchos, y cinco de los que lo padecieron, desgraciadamente, ya están enterrados”, subraya. “Está claro que vivimos en un mundo lleno de radiaciones, y que si usas el móvil te expones a esa radiación, pero lo que yo no quiero es que me instalen antenas de telefonía móvil a lado de mi casa, porque me las están imponiendo, no es una elección mía”, recalca. “En Fuencaliente hay otra plataforma que está denunciando algo similar a lo que ocurre en San Sebastián; donde hay una antena, hay cáncer, eso lo tengo clarísimo, así que no me digan que no son nocivas para la salud”.
El alcalde de Santa Cruz de La Palma, Juan José Cabrera Guelmes, afirma José Fernández, “se puso en contacto conmigo hace más de un mes para hablar del tema pero aún no me ha llamado, y el teniente de alcalde, Sergio Matos, se comprometió a reunirse conmigo la próxima semana, a ver si cumple”. “En el casco de Santa Cruz de Tenerife se van a retirar todas las antenas y lo mismo pedimos aquí”, precisa.
José también está dispuesto a convocar “una concentración pacífica, con la correspondiente autorización, ante la vivienda en la que están instaladas las antenas”. “Repito que voy hasta el infierno para que las retiren, porque estamos afectados al 100%, y llevamos meses saltando de hospital en hospital”, concluye.