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Sobre este blog

Así inicia el alter ego de Herman Melville el relato del viaje del capitán Acab a bordo del Pequod para cazar a Moby Dyck, la ballena blanca. Como Acab, el blog persigue a un monstruo: la verdad, que resultará mortal. Pero, Fèlix Martínez, periodista, elige el papel del cronista, que, a pesar de convivir con caníbales, piratas y proscritos, para ser testigo de la aventura suicida, y acabar como el único superviviente del Pequod.

Narcís Serra autorizó a su sucesor a cobrar más de veinte millones de CatalunyaCaixa entre salario y pensión

Adolf Todó, a la izquierda, sucedió a Narcís Serra en la presidencia de Caixa de Catalunya. / Efe

Fèlix Martínez

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La generosidad de Narcís Serra con sus subordinados era ilimitada. Al menos con el que fue su director general en la antigua Caixa de Catalunya (hoy CatalunyaCaixa) y posteriormente su sustituto en la presidencia de la entidad financiera, Adolf Todó. Serra autorizó a Todó a cobrar de CatalunyaCaixa más de 20 millones de euros entre salario y pensión cuando la caja ya estaba inmersa en el proceso de fusión con las cajas de Manresa y Terrassa y ya se había anunciado que la nueva entidad fusionada iba a necesitar del FROB más de 1.200 millones de euros. Finalmente la cantidad ha superado los 5.000 millones de euros.

Las elevadas retribuciones de los directivos de CatalunyaCaixa han originado las actuaciones de la Fiscalía Anticorrupción, que ha logrado que el titular del juzgado de instrucción número 30 de Barcelona impute hasta a 52 personas, la mayoría miembros del consejo de administración de la entidad, aunque los principales imputados son precisamente Serra y Todó.

En la declaración que Serra prestó ante el juez el pasado 21 de octubre, aseguró que las subidas salariales que habían experimentado los directivos de CatalunyaCaixa durante su mandato habían sido “legales, leales e incluso convenientes en aquel momento”, a pesar de que la mayoría de ellas se produjeron durante 2010, cuando la entidad ya encaraba una situación crítica de insolvencia.

Fue a propuesta de Serra por lo que CatalunyaCaixa contrató a Adolf Todó como director general de la entidad para sustituir al hasta entonces en el mismo cargo, Josep María Loza, a quien buena parte de las fuentes del sector consultadas consideran responsable de la ruinosa situación que abocó a la caja catalana a tener que ser rescatada por el FROB. Aun así, Loza abandonó su puesto en CatalunyaCaixa con una indemnización próxima a los 10 millones de euros.

Todó era, en aquel momento, director general de Caixa Manresa, una de las entidades que acabarían por integrarse en la ya nacionalizada CatalunyaCaixa. Y, desde el principio, recibió tratamiento de ejecutivo estrella a la hora de negociar su fichaje por la que entonces era Caixa de Catalunya. El propio FROB mantuvo ese estatus en 2010, cuando finalmente se produjo la fusión de las tres entidades que dieron origen a lo que hoy es CatalunyaCaixa y le nombró presidente ejecutivo de la entidad en sustitución del propio Narcís Serra, que abandonó la entidad cuando la concentración se completó.

Serra negoció con Todó para su incorporación un salario de 600.000 euros anuales en 2008. Al entonces presidente de Caixa de Catalunya no debió de parecerle un salario desproporcionado, ya que él mismo iba a ingresar gracias a los consejos de administración en los que estaba presente, más el salario como presidente de la entidad, una cantidad que rondaba los 1,2 millones de euros anuales.

Pero ya en 2009, Todó negoció con Serra su retribución anual, a pesar de que en el momento de renegociarse sus condiciones laborales, la caja ya tenía previsto despedir a 1.300 personas. Fruto de esa renegociación, Todó percibió en 2009 un salario de 700.000 euros, 100.000 euros más que el año anterior. Y la cantidad siguió ascendiendo: 800.000 euros en 2010, y 824.000 en 2011. En 2012, y pese a que ya ocupaba la presidencia ejecutiva de CatalunyaCaixa, los ingresos de Todó descendieron de forma abrupta, básicamente porque ese año la entidad fue nacionalizada. El salario de Todó en 2012 fue de algo más de 270.000 euros. Este año sólo ha percibido 113.000 euros porque en junio fue despedido por mala gestión por decisión del FROB.

A pesar de que durante el tiempo que Todó ha permanecido en CatalunyaCaixa, primero como director general y luego como presidente ejecutivo, se ha embolsado la nada despreciable suma de 3,3 millones de euros, lo que realmente constituía la parte del león de lo negociado con Narcís Serra era el fondo de pensiones del ejecutivo bancario.

Tres años más

Todó tenía previsto permanecer al frente de la entidad al menos durante tres ejercicios más. Lo que a un salario de 300.000 euros tras la rebaja por el FRPB después de la nacionalización da una cifra de 900.000 euros. Además, CatalunyaCaixa había provisionado otros 3,6 millones de euros para hacer frente a los primeros años de vigencia del ejecutivo bancario. En total, 4,5 millones que Todó ha dejado de percibir con motivo de su despido y que piensa reclamar en los tribunales.

Pero hay mucho más. Cuando Serra y Todó renegociaron el contrato de este último, pactaron que el entonces director general percibiría casi 14 millones de euros periodificados en concepto de plan de pensiones. Y, en caso de fallecimiento prematuro, habría sido la esposa de Todó quien habría percibido buena parte de esa cantidad. Por esa razón, CatalunyaCaixa tuvo que suscribir a finales de 2009 una póliza de crédito de 13,5 millones de euros para poder hacer frente a la pensión de Todó.

Al ser despedido en junio de este año, Todó ha perdido los derechos a cobrar esa pensión. Para los fiscales encargados de acusar a Serra, Todó y al resto de miembros del consejo de administración de CatalunyaCaixa eso no cambia nada, porque lo cierto es que sólo autorizaron al ya expresidente ejecutivo de la entidad a embolsarse más de 20 millones de euros entre salario y pensión, aunque nunca los llegue a ver.

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