El callejero de Madrid eliminará desde este viernes 52 denominaciones franquistas. Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos han aprobado en Pleno extraordinario el informe del Comisionado de Memoria Histórica, presidido por Francisca Sauquillo. El PP se ha abstenido.
El Comisionado de la Memoria Histórica proponía en su primer informe el cambio de nombres de 52 calles, plazas o espacios públicos de la ciudad, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Las nuevas propuestas han intentado recuperar el nombre anterior de las calles o rendir homenaje “a mujeres ilustres, instituciones pedagógicas, personajes relacionados con el mundo de la cultura o políticos que se caracterizaron por la defensa de posiciones conciliatorias”.
El Ayuntamiento va a destinar una línea de subvenciones para atender las reclamaciones de los afectados por el renombre de estas calles, según ha informado el tercer teniente de alcalde, Mauricio Valiente, aunque no existe todavía una evaluación exacta del coste del cambio.
El PP, única formación que finalmente no ha apoyado la propuesta, ha justificado su posición señalando que el Comisionado se ha “excedido” al proponer nombres, por lo que se incumple el acuerdo Plenario. En su intervención, el edil del PP Pedro Corral ha criticado la Ley de Memoria Histórica por “clasificar a vivos y muertos bajo el más absoluto de los maniqueísmos”: “La Ley de Memoria Histórica ha estigmatizado. Ha abierto el 'ellos y el nosotros', ha rescatado la consignas partidistas, ha mutilado la verdad histórica, para trasmitir falsa idealización... ha contribuido a clasificar a vivos y muertos bajo el más absoluto de los maniqueísmos, los republicanos todos buenos y nacionales malos”.
La portavoz socialista de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid, Mar Espinar, ha pedido al PP dejar de lado las diferencias ideológicas porque los cambios en el callejero “no son revanchistas” sino una cuestión “de justicia”. Por parte de Ciudadanos -que también ha dado el 'sí' al informe del Comisionado- han asegurado que la propuesta les parecía “razonable”, pero han criticado la celebración del Pleno extraordinario por ser “atropellado” y “rápido”.