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Las colas del hambre se plantan frente a Almeida: “Estamos en situación límite, no podemos aguantar”

Una fila de personas pide al Ayuntamiento que se haga cargo de la emergencia social y del hambre.

Sofía Pérez Mendoza

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Las colas del hambre se plantan frente al Ayuntamiento de Madrid. Alrededor de 200 personas, entre voluntarios y vecinos que acuden a los bancos de alimentos, se han concentrado este jueves en la sede municipal del Palacio de Cibeles para exigir al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, un plan de emergencia social que evite que 50.000 personas, las atendidas en redes solidarias paralelas en estos meses, se queden sin comer en verano. “Muchas despensas que han cuidado de los vecinos y las vecinas estamos en una situación límite, no podemos aguantar más”, advierte Jordi Gordon, de SOS Malasaña.

Los manifestantes han formado una larga fila que emula a las colas que se han visto estos meses en los bancos de alimentos autogestionados por las entidades vecinales y que han cubierto las necesidades de decenas de miles de personas a las que no llegaban los Servicios Sociales. Con esta escenificación, piden al Ayuntamiento que “no mire para otro lado” ante la pobreza, como rezaba una de las pancartas más visibles. “Madrid pasa hambre”, decía sin ambages otro cartel gigante.

Al menos seis despensas solidarias han echado el cierre o están a punto de hacerlo y el Ayuntamiento tendrá que asumir de golpe centenares de casos que hasta ahora había amortiguado la solidaridad vecinal. Las redes -voluntarias y demandantes- hacen un llamamiento de urgencia al Consistorio para que se haga cargo de esa emergencia social. “El Ayuntamiento tiene medio y recursos. Queremos que se hagan cargo de la gente. Es una exigencia ética. Es su obligación y no hay excusas que valgan”, añade Gordon.

Las redes de alimentos están colapsando. Las donaciones han caído y cada vez hay menos manos voluntarias por la reincorporación a los puestos de trabajo, las vacaciones y porque dejan de disponer locales desde donde seguir con esa labor. Ahora que las fuerzas flaquean, las entidades hacen valer su trabajo en lo peor de la emergencia y exigen “responsabilidad política”. “Los vecinos vamos a trabajar por el bien común pero también exigir a los poderes públicos”, ha reivindicado Pepa Torres, de la Red de Cuidados de Centro. Los manifestantes alertan de que, si no hay un plan inmediato, “mucha gente se va a quedar sin recursos para poder comer y eso no lo podemos consentir”. “Un montón de gente que no era pobre ahora lo es, y los pobres son más pobres”, ha advertido Gordo.

La concentración ha partido a pie de diversos barrios madrileños, como Lavapiés o Malasaña, con una reivindicación trasversal de atención y dignidad para las personas más vulnerables. Entre las pancartas, una gigante que pedía la regularización para los vecinos sin papeles, especialmente sensibles a esta crisis. Los Servicios Sociales no atienden a las personas que no están empadronadas, un agujero para muchos migrantes que temen dar el paso por miedo a que se denuncie su situación irregular. El Consistorio asegura que tiene capacidad para absorber a todas personas que acuden a redes vecinales y dice que facilitará y agilizará el padrón para evitar estos obstáculos. Las personas sin papeles podrán acceder a la tarjeta monedero que ultima el Ayuntamiento –aunque es posible que se retrase hasta septiembre– para comprar en establecimientos de manera más autónoma, ha confirmado el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte.

La portavoz municipal, Inmaculada Sanz, ha dado una rueda de prensa en el Palacio de Cibeles mientras se producía la concentración en la calle. “Se está haciendo un esfuerzo importante y sensible. El Ayuntamiento está atendiendo a todas las personas que acuden a sus recursos”, ha afirmado Sanz. El relato oficial choca con el de las despensas solidarias, que han denunciado en estos meses que las trabajadoras sociales derivaban casos de extrema necesidad a estas redes de voluntarios. Uno de los problemas, coinciden los bancos de alimentos, es que el Ayuntamiento solo ha habilitado un cauce para entrar por primera vez en Servicios Sociales, el teléfono de atención general 010, que suele comunicar y termina disuadiendo a algunas familias.

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