
Ser emprendedora y no encajar con el relato de éxito masculino: de pedir perdón a soportar risas en eventos
Patricia Araque
Sobre este blog
Un espacio en el que está implicada toda la redacción de eldiario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Puedes escribirnos a micromachismos@eldiario.es para contarnos tus experiencias de machismo cotidiano.
“Mi nieta es lesbiana y no hace esas cosas”, “y dicen que son normales”, “el circo ha llegado”, “fuera de redes sociales y chiringuitos vivirían de fregar escaleras” o “eso es porque no han conocido a un macho de verdad”, son algunos de los comentarios que se pueden leer en una de las publicaciones de Instagram de la cantante Mar Muñoz, conocida como La Mare. Su nuevo single, Bollera, en colaboración con el grupo Roba Estesa, agitó las redes el pasado 27 de junio y consiguió montones de interacciones, la mayoría buenas, pero también recibió mensajes cargados de homofobia y machismo.
“Es una canción que narra una mezcla de situaciones reales que he vivido yo por el hecho de pertenecer al colectivo. Mi intención era que el uso del término 'bollera', que para muchos es un insulto, se viera como un símbolo de empoderamiento, de algo que no nos avergüenza”, explica la artista. La propia Mar Muñoz reconoce haber sentido dudas tras ver la oleada de comentarios homófobos. “Tuve que preguntar a mi círculo más cercano '¿oye, he hecho algo mal, he ofendido a alguien?', porque no me esperaba tanta violencia, tanto odio por algo que para mí es una canción bonita, reivindicativa”, añade.
Bollera salió a la luz el pasado 27 de junio, un día antes de la celebración del Día del Orgullo y entre sus estrofas pueden leerse frases como “Y mira cómo me resbala, y mira cómo me empodera. Cuanto más me insultes, más orgullo que me da de ser bollera”. Dentro del impacto generado por la canción, una de las cuestiones que más llama la atención a la cantante es la presencia de insultos y comentarios vejatorios “incluso de gente que pertenece al colectivo”. “El mensaje que creo que se lanza es el de que puedes hacer lo que quieras, pero mientras lo hagas calladita. Como si el hecho de ser lesbiana está bien pero sin llamar la atención”, interpreta Muñoz.
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