Un espacio en el que está implicada toda la redacción de eldiario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Puedes escribirnos a micromachismos@eldiario.es para contarnos tus experiencias de machismo cotidiano.
“Las negras no valéis para nada más que follar”: los estereotipos racistas y machistas con los que me acosaron
Sobre este blog
Un espacio en el que está implicada toda la redacción de eldiario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Puedes escribirnos a micromachismos@eldiario.es para contarnos tus experiencias de machismo cotidiano.
Era un domingo por la tarde y fuera llovía con fuerza. Abrí la app de citas. Él, blanco, atractivo y aparentemente interesado en conocerme. Yo, joven, ingenua y entusiasmada porque nuestros perfiles hubieran hecho match. Parecía interesante, aunque no contaba mucho en su biografía. Después de hablar unos días de manera intermitente, la conversación pasó al WhatsApp y la cosa se empezó a poner turbia. Comenzó a insistir en lo mucho que yo le excitaba y en cómo estaba deseando que nos viéramos para tener relaciones sexuales, llevando todas las conversaciones a un campo erótico-sexual que no me hacía sentir para nada cómoda. Todo llevaba a lo mucho que yo le ponía y las ganas que tenía de “probar una chica como yo”.
A pesar de que lo ignoraba, la intensidad solo aumentaba a niveles cada vez más desagradables. Me enviaba mensajes de manera persistente, fotografías e incluso amenazas que aludían a lo que podía pasar si no le respondía. “Te estoy viendo en línea, morena”. “¿Qué pasa, que vas a pasar de mi?”. “Sé donde vives, no te hagas la loca y contéstame de una puta vez”. “Si es que las negras no valéis para nada más que follar”.
Al principio parecía que había entendido mi silencio e iba a dejar de insistir, pero entonces dejó de sexualizarme y sus mensajes se llenaron de un odio que nunca llegaré a comprender. “Eres un mono de mierda”. “¿Quién te crees que te va a querer follar con esa cara?”. “No vales para nada. Vas a contestarme porque yo lo digo. No me cansaré de llamarte”. “Te voy a joder la vida negra de mierda”.
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