La empresa yeclana Graphenano ya es una de las mayores productoras de grafeno
Una fábrica de Yecla se ha convertido en una de las mayores productoras mundiales de grafeno al generar 45 kilos al día de este material, que está revolucionando la computación, la arquitectura, la sanidad, la automoción y la energía. Los hermanos Martínez Rovira, propietarios de Graphenano, comenzaron a interesarse a principios de 2010 por el grafeno cuando leyeron que se proponía para el Nobel de Física a los descubridores de este material, los rusos Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov.
En declaraciones a Efe, Martín Martínez recuerda que, tras hablar con científicos de todo el mundo, acabaron en Ciudad Real, donde el catedrático de Ingeniería Química José Luis Valverde se interesó por esta sustancia cuya ligereza era parecida a la de la fibra de carbono pero más flexible, con mejor conductividad que el cobre, una alta elasticidad y dureza y que parecía ser el material hasta entonces más resistente, y que soportaba la radiación ionizante y consumía menos electricidad que el silicio.
“Nadie se atrevía, porque entonces, cuando todavía no les habían dado el premio Nobel, era todo muy teórico y no se conocía nada y algunos ni lo habían oído nombrar”, explica el presidente de Graphenano, quien asegura que todavía hoy es un material desconocido.
Graphenea Nanomaterials, en Guipúzcoa; Granph Nanotech, en Burgos, o la compañía riojana Avanzare no han alcanzado las producciones de la planta del polígono La Herrada, en Yecla: “Ellos hablan de 5 kilos al año y nosotros hacemos 45 al día, y ni su proceso, ni su forma ni su precio puede competir con el nuestro”. Este empresario explica que han desarrollado un sistema que permite fabricar cantidades industriales en láminas, cables, en polvo, en piezas tridimensionales y también en nanofibras y nanoesferas, “algo que no puede hacer nadie en el mundo”.
A pleno rendimiento, la fábrica de Yecla será capaz de producir 900 kilos de grafeno al día, pero necesitarán unos meses para llegar a esta plena capacidad productiva.
Comenzaron con un capital social de 3.000 euros, pero llevan invertidos todos sus ahorros y propiedades, lo que, sumado a la aportación de socios españoles, alemanes y argentinos, alcanza los 4 millones de euros. Con la Universidad de Córdoba trabajan en unas baterías de grafeno que cargan en 10 minutos y que quieren aplicar en los satélites, porque pesan un 70 por ciento menos que las que se utilizan en el espacio actualmente.
Además, han anunciado para el próximo día 17 una rueda de prensa en el Instituto Tecnológico del Calzado, en Elda (Alicante), que “va a revolucionar ese sector”, sobre la que no pueden hablar por confidencialidad.
Hasta el momento se ha comercializado una raqueta de pádel con grafeno; el casco de ciclista Mixino, de la empresa murciana Catlike, la pintura ecológica Graphenstone o prótesis dentales. Martínez se lamenta de las dificultades que tienen para lograr ayudas públicas y dice que son criticados y desprestigiados por sectores económicos a los que no les interesan tales avances, que suponen vender menos hormigón y medicamentos.
Un campo muy ambicioso del grafeno es el de la nanotecnología aplicada a la sanidad, al ser un material poroso en el que se introducen medicamentos anticancerígenos, pero hay todavía ciertas reticencias a falta de demostrar su ubicuidad para la salud. “Todo está certificado por instituciones independientes y universidades y hacemos lo que podemos porque somos pequeños y humildes, pero esto podría ir mucho más rápido”, ha manifestado.
Una de las facetas que más ilusión le hace al presidente de Graphenano, la sensorización para detectar azúcar en el sudor, un extraordinario avance para los diabéticos que acabaría con los pinchazos del glucómetro. Por el momento, solo se permiten trabajar en cuatro aplicaciones al mismo tiempo, porque se ven abrumados con todo lo que les está ocurriendo.