La escolarización de una niña con una discapacidad del 90% enfrenta a la madre y a la Consejería
“Me están pidiendo que firme algo en contra de los derechos de mi hija”, así de tajante es Virtudes para hablar del problema de escolarización que está sufriendo su hija Marina. La niña de 2 años, con una parálisis cerebral y con grado de dependencia 3, sólo será escolarizada en el centro que desea su madre, si ésta firma la renuncia al servicio de comedor.
Marina nació con una parálisis cerebral del 90% que le impide tener la misma autonomía que los niños de su edad. Por ese motivo, la Comunidad Autónoma le concedió el grado 3 de dependencia, el máximo grado existente, por el cual le pertenece una cantidad económica que tampoco llega por la situación de limbo en el que se encuentra la ‘Ley de Dependencia’.
Debido a su parálisis, Marina se alimenta gracias a un ‘botón gástrico’ –un sistema que introduce el alimento por un tubo-. Es esta forma de alimentación la causante de la falta de acuerdo entre la Administración y la madre de la niña.
Desde la Consejería de Educación afirman que no se oponen a la escolarización de Marina; es más, la Consejería plantea que la niña sea matriculada en un Centro de Educación Especial. Este tipo de centros, según Educación, disponen de todo el personal especializado para atender a niños con cualquier tipo de discapacidad, y de servicios de comedor apropiados para las características de sus enfermedades. De lo contrario, para que Marina sea escolarizada en un Centro de Educación Infantil con Aula Abierta, le exigen a Virtudes que renuncie al servicio de comedor, al que la niña tiene el mismo derecho que el resto de alumnos.
La Administración se ampara en que para que Marina tenga servicio de comedor en el CEI de San Basilio –centro que le corresponde por zona-, habría que dotar al centro de personal especializado para dar de comer a la niña, un coste que la Administración cree que se puede ahorrar sin causar perjuicio a Marina, ya que el traslado a un centro especializado va a suponer el cuidado por parte de especialistas. Virtudes no ve con buenos ojos dicha solución, porque cree que la entrada en un Centro de Educación Especial puede ser perjudicial para su hija.
eldiario.es Región de Murcia ha tenido acceso al documento que la Consejería de Educación remitió a Virtudes, madre de Marina, y por el que le pedían la renuncia al servicio comedor. En el impreso se puede leer: “Reunida la Comisión Específica de Escolarización, el día 22 junio de 2015, y estudiando la admisión de la alumna Marina (...) se decide la adjudicación condicionada en el Aula Abierta de la EEI de San Basilio, siempre que la madre de la alumna firme la circunstancia de escolarización en horario lectivo de 9.00 a 12.00 horas por la mañana y 15.00 a 17.00 horas por la tarde, sin la asistencia al servicio de comedor y merienda”.
Este hecho que ha indignado a la madre de Marina y le ha llevado a la recogida de firmas en la página de peticiones change.org, bajo el lema ‘El cole de Marina’. En una semana, la petición ha conseguido más de 11.000 firmas.
Virtudes dice sentirse “frustrada”: “No entiendo por qué tengo que luchar tanto por los derechos fundamentales de mi hija”. Tras saltar el caso a los medios de comunicación de la Región de Murcia, la Consejería de Educación se ha vuelto a poner en contacto con Virtudes y le han señalado que existe la posibilidad de que la niña, el año que viene, pueda asistir a una Escuela Infantil con un Aula Abierta sin tener por ello que renunciar al servicio de comedor.
Especialistas pedagogos consultados por este medio, señalan que Virtudes tiene todo su derecho a reclamar la escolarización de Marina en un Centro de Educación Infantil con Aula Abierta, pero señalan que la propuesta planteada por la Consejería de Educación puede ser beneficiosa para Marina, y con ello se pueden evitar situaciones como las vividas durante este curso en un colegio de El Palmar, donde un incidente con un niño con una enfermedad rara evidenció la falta de personal sanitario en los Colegios Públicos y obligó a la Consejería a la contratación de personal especializado, pero sólo en este centro.
En el caso del niño de El Palmar, la reivindicación expuesta por los padres a las Consejerías de Educación y de Sanidad fue la necesidad de contar con la figura del Enfermero escolar en todos los centros, que además de proporcionar asistencia y atención a niños y niñas con necesidades sanitarias especiales, pueden prestar servicios como los de prevención en cuestiones de salud.