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Mujeres cansadas de ser víctimas

Un momento de la grabación del documental 'Mujeres al frente, la ley de las más nobles' en Colombia.

Isabel Ceballos

La librería La Vorágine acoge este jueves 7 de julio a las 20.00 horas la presentación del documental 'Mujeres al frente, la ley de las más nobles'. El evento contará además con su realizadora, la escritora y periodista madrileña Lula Gómez. En su trabajo destaca la denuncia de la situación de las mujeres.

La autora cuenta con publicaciones en medios como El País, Arcadia, Ethic, TintaLibre o La Marea. Actualmente dirige su propia agencia, Lula Ink, desde la que propone contenidos, edita, crea y ejecuta ideas de comunicación en forma de memorias corporativas, folletos, discursos o guiones. Sus más de 15 años dedicándose a la comunicación en diferentes ámbitos avalan los proyectos en los que se embarca.

El documental

'Mujeres al frente, la ley de las más nobles' es un proyecto que nació en 2015 debido a la negativa de los medios a contar la historia de siete mujeres colombianas que, hartas de la guerra, decidieron inventarse alternativas diferentes para llegar a la paz y a un mundo más solidario, diverso y justo.

El resultado fue una producción de 50 minutos con siete entrevistas y siete testimonios de siete guerreras que hablan de una paz posible, de reinserción, de cese de armas y que reniegan del patriarcado y de la espiral de violencia que mata.

Se escribió también un libro con el mismo nombre, que recoge sus testimonios íntegros y que busca editor. El libro cuenta con aportaciones de Baltasar Garzón y Manuela Carmena en el prólogo y en el epílogo.

Siete guerreras

Las siete protagonistas de este documental se cansaron de la situación de violencia de Colombia. Simplemente contando su historia ya se juegan la vida. Todas tienen vidas diferentes pero les une un denominador común, el rechazo a la violencia que sufren las mujeres en su país.

Patricia Guerrero, abogada y fundadora de La Ciudad de las Mujeres, tuvo que salir de Colombia porque seguir allí suponía un peligro para su vida y para la de sus familiares. Tuvo que emigrar a Estados Unidos, pero al volver a su país natal decidió ayudar a las mujeres maltratadas dándoles refugio y formación como albañiles, fontaneras y electricistas para que pudiesen levantar sus hogares. Comenzó así su creación de La Ciudad de las Mujeres donde actualmente viven alrededor de 500 mujeres con sus hijos y algunos hombres que cumplen su ley de no violencia.

Luz Marina Becerra recibió amenazas de tres hombres que la esperaron durante horas a la salida de su oficina por su decisión de defender los derechos de los afrocolombianos desplazados. La experta en género se convirtió en el blanco de grupos armados ilegales que amenazaban su vida y la de su familia. Desde 2010 cuenta con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que le exigen el Estado colombiano implementar medidas que garanticen su seguridad y la de su familia.

Vera Grabe formó parte del M-19 en la clandestinidad. Comenzó su militancia a los 21 años pero se cansó de la violencia, las pérdidas de compañeros, la clandestinidad y el machismo del M-19, que censuraban su deseo de ser madre. Actualmente trabaja en el Observatorio por la Paz de Bogotá.

Luz Marina Bernal es la líder de las Madres de Soacha. En 2008 su hijo Leonardo desapareció y no volvieron a saber nada de él en ocho meses. Finalmente apareció en una fosa común en la que el ejército había enterrado a 14 guerrilleros de las FARC. Leonardo era discapacitado y tenía una pierna y un brazo paralizados, pero el ejército aseguraba que era un dirigente de las FARC. No era el único caso, el ejército hacía montajes para conseguir ascensos y recompensas.  Desde entonces Luz Marina lucha para que estos delitos se reconozcan y se condenen.

Nelly Velandia comenzó su andadura en temas sociales reclamando justicia para los campesinos. En 1988 comenzó su lucha para promover y defender los derechos de las mujeres en la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas Negras e Indígenas de Colombia.

Mayerlis Angarita es la cabeza visible de la Red de Mujeres Narrar para vivir. Su forja como líder de víctimas se produjo tras la muerte de su tío a manos de paramilitares en Aguachica, Colombia. Narrar para vivir es una organización formada por 840 mujeres sobrevivientes que reconstruyen sus historias a través de cuentos, relatos orales, mapas, cantos y dibujos, enseñando de este modo sus derechos en la Ley de Víctimas.

Beatriz Montoya dirige la Asociación de Mujeres del Oriente Antioqueño (AMOR), un espacio que lleva más de 20 años tratando de transformar la cultura patriarcal y exigiendo el desarrollo de las comunidades. Estas son sus principales herramientas contra la guerra y la violencia.

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