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Cantabria se suma a la huelga feminista del 8 de marzo: “Nos unimos todas para luchar contra una opresión común”

Manifestación feminista. | OLMO CALVO

Rubén Alonso

Después de que el año pasado se fraguara el caldo de cultivo para la convocatoria de una huelga feminista a nivel estatal durante el Día Internacional de la Mujer, en este 2018 se han sentado las bases para que se lleve a cabo de manera oficial con varios meses de antelación y con respaldo sindical. Así pues, Cantabria ha decidido sumarse a lo que será una cita “única” y que englobará “todos los ejes de reivindicación de los derechos de las mujeres”.

La principal característica de esta huelga es que “nos unimos todas para luchar contra una opresión común, contra la explotación que sufrimos como mujeres”. De esta manera ha resumido Patricia Manrique la esencia de esta concentración que ya se llevó a cabo el año pasado en Argentina y en diversos países de América Latina.

Lo ha hecho ante los medios junto a otras cuatro representantes de las Asambleas abiertas feministas de Cantabria con el objetivo de dar a conocer las diferentes actividades que organizará este colectivo antes, durante y después del 8 de marzo. Charlas, mesas informativas, espacios de debate, fiestas y acciones de calle intentarán llevar a diferentes puntos del territorio las reivindicaciones que se plantean a nivel global pero también las problemáticas que afectan de una manera específica a Cantabria.

El objetivo de la huelga, tal y como ha señalado Carmen Alquegui, es conseguir “visibilidad”, que llegue “al máximo de gente posible”.“No se plantea únicamente en el ámbito laboral, sino también en el estudiantil, de consumo y de cuidados”, ha detallado. De esta forma, recuerda que se parará ese día “con el supuesto de que si las mujeres paramos se para el mundo”.

Su presentación oficial tendrá lugar el próximo domingo 25 de febrero a partir de las 12.00 horas en lo que han denominado como un 'Guateque feminista' en el espacio cultural L'Asubiu (Plazoleta de Marqués de la Hermida), y que contará con pinchos, bebidas y sesiones musicales de Djs mujeres.

En lo que respecta al eje laboral, Manrique ha enfatizado que “sobran los motivos para parar”. “Es inadmisible que la división sexual del trabajo haga que por el mismo trabajo cobremos menos”, ha denunciado. Y es que hablar de desigualdad laboral es hablar de “brecha salarial, de diferenciación en los tipos de contrato o de feminización de empleos con remuneraciones más precarias”, ha explicado. Como consecuencia de ello, esta activista ha lamentado que los puestos de trabajo a los que suelen acceder muchas mujeres “están marcados por la temporalidad, la incertidumbre, los bajos salarios y las jornadas parciales no deseadas”.

Manrique ha puesto sobre la mesa datos recientes de Cantabria que reflejan estas afirmaciones. Concretamente ha detallado que la brecha salarial se encuentra entre un 28,9% y un 34%, lo que puede suponer que las mujeres cobren hasta 5477€ menos que los hombres al año. “Ellas también ocupan el 64% de los empleos peor remunerados y copan el 78% de los contratos a tiempo parcial, indicadores que profundizan en la pobreza, la desigualdad y la dependencia”, ha manifestado.

Las mujeres desempleadas o pensionistas, según ha sostenido, “también sufren las consecuencias de un sistema discriminatorio”. Como ejemplo ha expuesto que “seis de cada diez paradas no recibe prestación y la media de las pensiones para ellas es de 727 euros al mes frente a los 1.233 que cobran de media los hombres”. Esa discriminación “también se percibe en la feminización de trabajos desempeñados por mujeres como el de empleadas de hogar, auxiliares de clínica o enfermería, camareras de piso o Kellys”, que, tal y como ha destacado Manrique, “a menudo son menos valorados económicamente a pesar de su alto valor social”.

Además, ha recordado que la cultura machista “condena a las mujeres a una doble jornada de trabajo fuera y dentro de casa, ya que no hay corresponsabilidad ni de los hombres ni del Estado en las tareas domésticas ni de cuidados”. Esto acarrea que ellas se vean obligadas a escoger empleos a tiempo parcial con “consecuencias importantes en salarios, carreras y condiciones de vida”.

Asimismo, ha apuntado que todo ello afecta a las mujeres “de forma diferente” en función de su estatus migratorio, edad, si están racializadas o de su condición sexual. “Si negamos esta diversidad estaríamos invisibilizando el dolor de muchas mujeres”, ha recalcado Manrique.

Otros ejes

Por su parte Nieves Gutiérrez ha abordado las reivindicaciones sobre cuidados. “Tanto en el espacio doméstico, como en la crianza o en las profesiones que suponen 'cuidar', el peso mayor de la responsabilidad sigue recayendo sobre las mujeres, el 85% en España y eso que es occidental y blanca”, ha denunciado. Se trata de “trabajos gratuitos o fuertemente precarizados que no obtienen ni un reconocimiento ni una dotación de recursos imprescindible para su desarrollo y que además se encuentran con políticas de recortes -sanitarios, educación, servicios sociales- que limitan aun más su desempeño”, ha recalcado.

“El patriarcado ha producido una invisibilidad y una falta de reconocimiento económico y social de los cuidados y, además, la estructura del Estado capitalista funciona en connivencia con la división sexual del trabajo”, ha manifestado. A continuación se ha cuestionado cómo podemos denominar este escenario de “abuso sobre las mujeres, de segregación, explotación y esclavismo”. Gutiérrez ha concluido subrayando que el paro feminista del 8 de marzo “da con la bisagra que une la dominación patriarcal y la explotación de clase”. “Ni cuidadora natural, ni trabajadora que explotar y ni una menos, por supuesto”, ha sentenciado.

En lo que respecta al ámbito de consumo ha intervenido María López, quien ha resaltado que las mujeres son “el eje en la vida diaria porque sin nosotras las compras no se producirían”. “Durante la jornada del 8 de marzo, pero con una invitación a un consumo responsable durante todo el mes, se pretenden construir estrategias que respeten los derechos y las vidas de las mujeres”, ha enfatizado.

Sobre el eje de la educación ha hablado Yolanda Ceballos recalcando su pretensión de una educación “pública, laica y feminista, que transversalice la perspectiva de género en todas sus disciplinas”. “Tenemos nuestro derecho a una educación afectivo-sexual diversa, libre de estereotipos heteropatriarcales y que no nos reduzca a meros objetos”, ha expresado.

“El sistema educativo es el principal espacio de socialización en el que se reproduce el actual sistema capitalista y patriarcal, y está muy lejos de ser un espacio en el que se crece en equidad e igualdad social”, ha señalado Ceballos. De esta forma, desde los colectivos de estudiantes feministas se hace un llamamiento a parar también durante esa jornada.

Por otro lado, sobre las afirmaciones de algunas mujeres del mundo de la política contrarias a la huelga por considerar, en el caso de Inés Arrimadas (Cs), entre otras, que “esconde cuestiones ideológicas”, Manrique ha recalcado que se trata de mujeres que “desconocen el feminismo”. “Si Inés Arrimadas conociera lo que es el feminismo y conociera lo que es esta huelga -que la conocerá- estoy segura de que se habría sumado”, ha asegurado.

Papel de los hombres

Desde las Asambleas abiertas feministas han invitado a los hombres a que “cubran a sus compañeras para que puedan hacer huelga”. Para avanzar socialmente en este aspecto, según ha detallado Manrique, el trabajo es tanto de hombres como de mujeres. Sin embargo, tal y como ha explicado, el papel de los hombres en la manifestación debería ser el de situarse “detrás como muestra de apoyo a las mujeres”. “Los hombres feministas, que los hay, saben que para conseguir avances tienen que retroceder en privilegios”, ha sentenciado.

Asimismo, desde estas agrupaciones feministas han recordado que el 22 de febrero y el 1 de marzo habrá mesas informativas para que las mujeres acudan si lo necesitan a consultar cuál es su cobertura para llevar a cabo el paro laboral, estudiantil o de cuidados. “Queremos que todas las mujeres sepan que tienen cobertura para hacerlo y animamos a todas aquellas que por sus circunstancias laborales y precariedad no puedan a que cuelguen de las ventanas delantales, pañuelos o lo que sea para mostrar que estamos todas juntas”, ha concluido Manrique.

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