Santander ha perdido casi 2.000 habitantes en lo que va de año
Santander continúa sufriendo una hemorragia preocupante. Una sangría de vecinos, concretamente. La crisis poblacional que sufre la ciudad en los últimos años se ha agudizado a lo largo de 2015, con un éxodo masivo de los más jóvenes hacia otras localidades del entorno que ha provocado que la capital descienda de los 175.000 habitantes por primera vez desde la década de los años 80. Un descenso acusado que contrasta con el planeamiento urbanístico del equipo de Gobierno (PP), que aprobó un plan general que está diseñado para acoger a 270.000 personas.
Sin embargo, según los datos consultados por eldiario.es Cantabria, Santander ha perdido casi 2.000 habitantes entre el 1 de enero y el 5 de mayo de 2015, última actualización del padrón municipal hasta el momento. En concreto, han sido 2.149 bajas desde principios de año, que están muy lejos de compensarse con las 220 altas en el registro que se han producido en estos cinco meses. La conclusión es que Santander ha perdido 1.929 habitantes a lo largo del año y se sitúa actualmente en los 173.807 vecinos.
En lo que va de legislatura, los datos oficiales del Ayuntamiento de Santander indican que la ciudad ha perdido 6.114 habitantes. Las tendencia, además, se sostiene en el tiempo: desde que tomó posesión en 2007 el actual alcalde, Íñigo de la Serna, hay casi 10.000 vecinos menos. Mucho más lejos quedan los 191.079 habitantes que tuvo la ciudad en el año 1991, el punto más alto de la pirámide.
En el cruce de los datos que aporta el padrón municipal se pueden extraer también algunas otras claves importantes, como la edad de los vecinos que abandonan la ciudad. Es el tramo entre los 20 y los 40 años el que más se resiente. Los jóvenes tienen que dejar Santander y lo hacen hacia localidades del entorno, como Bezana, Camargo o El Astillero, que siguen sumando habitantes. El precio de la vivienda, sobre todo, precipita este traslado.
De los que se van, casi 700 continúan viviendo en Cantabria, mientras que otros 600 cambian su residencia por otro lugar dentro de España. Madrid, Vizcaya o Barcelona son las provincias más elegidas por los santanderinos para iniciar una nueva etapa profesional y vital. Además, 83 personas decidieron emprender su viaje fuera de las fronteras de nuestro país -57 son españoles- y emigraron en dirección a Reino Unido, Ecuador, Perú o Estados Unidos, principalmente. La diferencia por sexos es casi imperceptible, con la baja en el padrón municipal de casi el mismo número de hombres que de mujeres.
Donde sí existe una brecha relevante es en el número de bajas por defunción, como muestra del envejecimiento progresivo de la población de Santander. De las bajas en el padrón municipal que se han producido a lo largo de 2015, un total de 431 fueron consecuencia del fallecimiento de un vecino. Mientras, durante este periodo solo se han registrado 220 altas, que no incluyen exclusivamente los nacimientos, sino los traslados por cambio de residencia con independencia de la edad.
De espaldas al problema
De espaldas al problemaCuestionado por este asunto hace unos días, el alcalde de Santander negó que la pérdida de población fuera un problema para la ciudad y reivindicó la política municipal para atraer a la capital un mayor número de vecinos. A preguntas de los periodistas durante la presentación de su programa electoral, Íñigo de la Serna explicó que los planes de su equipo de Gobierno para la dinamización comercial del centro, la construcción de viviendas protegidas o las acciones en materia de movilidad tienen una “gran influencia” en el desarrollo futuro.
También defendió su política urbanística y la necesidad de seguir ejecutando un plan general que prevé el crecimiento hasta “agotar el territorio”. Tanto como que el PGOU de Santander prevé una ocupación de 270.000 personas, casi 100.000 más de las que viven actualmente en la capital de Cantabria, lo que ha provocado infinidad de críticas de los grupos de la oposición y de las organizaciones ecologistas.
Uno de los representantes de estos movimientos, el presidente de la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria (ARCA), criticó en una reciente entrevista con eldiario.es una legislación que le parece “aberrante”. Y va más allá en su crítica: “Santander es una ciudad diseñada para una pequeña minoría de especuladores inmobiliarios. No está diseñada para satisfacer los intereses vitales y la calidad de vida de la población”, aseguró Carlos García.
La justificación del veterano activista, además, fue muy explícita. El responsable de ARCA recordó que, si una ciudad que no crece desde el año 1985, que está estancada, eleva su crecimiento hasta los 270.000 habitantes “estás pensando en forrarte, en que se forren uno o dos promotores y en construir todo lo que se pueda sin importar cómo quede”.