Las obras del Centro Botín retoman el pulso
Superado el escollo de la fachada, las obras del Centro de Arte Botín han retomado el pulso. Después de haberse visto relentizadas debido a los problemas con una de las subcontratas, el ritmo de los trabajos se ha acelerado de nuevo y la intensa actividad es visible desde los Jardines de Pereda. Especialmente ahora que se han retirado las vallas, lo que permite contemplar con gran nitidez el esqueleto del edificio. Un esqueleto que este mismo martes han comenzado a cubrir con las piezas de cerámica elegidas para la ocasión. Serán nada más y nada menos que 280.000.
Así lo han dado a conocer el director general de la Fundación Botín, Íñigo Sáenz de Miera, y el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna (PP), en una rueda de prensa celebrada en una improvisada caseta de obra, y tras la cual se han desplazado hasta el pequeño anfiteatro, situado junto a la zona verde, para enseñar varias muestras de la cerámica.
La Fundación ha mantenido el hermetismo sobre la fecha en que concluirán las obras. A pesar de la insistencia de los periodistas, Sáenz de Miera no ha querido apuntar las previsiones que maneja el Banco y ha insistido en que lo más importante “no es el cuándo sino el para qué y el cómo”. “Dentro de tres años, esto quedará en una anécdota”, ha afirmado el director, que ha optado por no marcarse un objetivo e ir “día a día, partido a partido”.
En esta línea, el responsable de la institución ha comenzado por hacer “autocrítica”, al haber generado unas expectativas que no han podido cumplir, tal y como él mismo ha reconocido. La inauguración del Centro cultural estaba prevista para el verano de 2014, haciéndola coincidir con la celebración del Mundial de Vela en la ciudad. Un sueño que el alcalde no ha podido ver cumplido debido a los problemas con las fachadas de vidrio que cubrirán las partes norte y sur de los dos edificios que componen el Centro.
Ante este contratiempo, la UTE formada por OHL y Ascán rescindió el acuerdo con la subcontrata responsable del montaje. Ahora “volvemos a la normalidad”, según ha expresado Sáenz de Miera, que ha detallado que durante ese impasse, los trabajos se han centrado en los interiores, los sótanos y la urbanización de los jardines, que pese haber ser sido inaugurados el verano la reforma todavía no ha concluido. Aún están pendientes el cierre del estanque de los cisnes, la mejora del parque infantil y el plantado de arbolado, entre otras cosas.
La Fundación tampoco ha querido aportar el dato del sobrecoste que ha conllevado esa rescisión y el retraso en las obras, y se ha limitado a subrayar que hará el “máximo esfuerzo” para que su coste sea el menor posible, manteniendo los estándares de calidad. “Igual que si el dinero fuera público”, ha apostillado. El presupuesto inicial anunciado para las obras, que también incluyen el soterramiento del tráfico, ya en funcionamiento, asciende a 77 millones de euros.
Las obras del Centro, que ha despertado críticas tanto por su ubicación en pleno paseo marítimo de Santander como por su voluminosidad, se concentran en instalar la cerámica. En esta primera fase se hará de forma manual, atornillando cada pieza a la estructura del edificio, mientras que en una segunda etapa las bandejas de metal que recubren el hormigón llegarán ya con el gres adosado, de forma que los trabajos se agilizarán.
El director de la Fundación ha destacado la complejidad técnica de diseñar la “piel” que tapiza el exterior de la construcción debido a su geometría, con una doble curvatura. “El edificio no es muy grande pero es complejo”, ha señalado. Fue en noviembre de 2011 cuando contactaron por primera vez con Cerámicas Cubella, la empresa que, junto al equipo de Renzo Piano -arquitecto del proyecto-, ha diseñado el envoltorio del Centro Cultural.
Después de múltiples estudios y prototipos, han configurado cinco tipos de tamaño, de unos 15 centímetros de diámetro. Cada una de las piezas tiene su propia posición, y son de color blanco nacarado para reflejar las distintas tonalidades de la luz de la bahía, el cielo y los jardines. Ya se han fabricado el 35% de las piezas, cuyo montaje concluirá al mismo tiempo que las obras de construcción.
Finalmente, Sáenz de Miera ha reiterado el “compromiso” con el proyecto, “el más importante de la historia de la Fundación”, y del que está convencido servirá para promover el desarrollo social y generar riqueza en Cantabria.
El alcalde, por su parte, ha abundado en la importancia del Centro cultural, “un agente fundamental en el proceso de transformación que vive la ciudad”. Además, ha considerado una “excelente noticia” que se recupere el ritmo de las obras, en las que actualmente trabajan directamente cerca de 60 empleados más los puestos indirectos. Como recuerdo, De la Serna se ha llevado una de las piezas firmada por el gerente de la empresa, Toni Cumella, que también ha estado presente en el acto, al igual que el concejal de Obras, César Díaz.