“Quien se meta en la música por dinero lo lleva clarinete”
Mala Reputación tiene este mes de junio una doble cita en tierras cántabras. La banda de rock asturiana, con una trayectoria de más de 20 años sobre los escenarios, presentará su nuevo disco, 'El Arte de la Guerra', el día 10 en el festival 'Beltane Fest', en Comillas, y una semana más tarde, el día 17, en la vigésima edición del ‘Festival Camargo Joven’.
¿Qué podemos encontrar en vuestro último trabajo?
La verdad que estamos muy orgullosos del disco. De nada sirve que nosotros digamos que es el mejor porque cada vez que sacamos uno estamos encantados, pero lo que estamos notando a nivel de repercusión del público es que en cuestión de muy poco tiempo ya lo valoran como el disco más clásico de Mala Reputación, y eso para nosotros es lo más grande. Son canciones que tienen su peso y que van a perdurar.
Lo habéis titulado ‘El Arte de la Guerra’. ¿Por qué?
‘El Arte de la Guerra’ es un libro que un gran porcentaje de la población lee en su adolescencia porque te lo mandan en el instituto. Es un libro que contiene tácticas de guerra que se pueden adaptar a diferentes disciplinas, militares, políticas, económicas… Para nosotros falta un toque, que es el que reivindicamos poniendo este nombre al disco. Ese toque que falta es que a día de hoy la juventud y no tan juventud nos vemos desvinculados de las guerras de políticos, de países, de patrias...
Estamos muy desilusionados con el ambiente reinante y lo que exigimos con este disco es el arte de la guerra pero la guerra interior, que se declare una guerra dentro de nosotros mismos para encontrar nuestra mejor versión posible y así poder afrontar lo que nos venga delante.
¿Está la sociedad en general un poco adormecida?
Nos quedamos adormecidos e incluso cosas peores. Como los grandes se portan mal, nos creemos los ciudadanos de a pie con el derecho a portarnos mal con nuestros semejantes. Y eso es una cosa que no deberíamos tolerar. Nos metemos con el ambiente político de todo el planeta, no solo de España. No es cuestión de que estemos bien aquí una temporada y nos olvidemos de lo que pasa en Siria, de los senegaleses que venden cds en nuestras calles y que se les mira mal...
Después de venir de tocar en uno de los festivales más importantes de España, el Viña Rock, ¿cómo afrontáis estos dos conciertos en Cantabria?
La motivación siempre es la misma. Para nosotros no hay escenario pequeño ni escenario grande. Un escenario es un lujo y una oportunidad para salir a tocar y hacer lo que más nos gusta. Nos da igual que sea en un pueblo pequeño, siempre vamos a tener gente que nos va a apoyar. Y lo curioso es que cada vez que vamos a Cantabria nos sentimos muy arropados. Voy a mojarme y voy a decir que quizá nuestro mejor público se encuentre en Cantabria. Cada vez que vamos se nos infla el pecho y tenemos una energía extra. La gente responde y nosotros nos sentimos en deuda con ellos y lo intentamos hacer lo mejor y lo más sincero posible.
Siguiendo con este tema de los nombres, ¿por qué Mala Reputación? ¿Creéis que el rock no está bien considerado en España?
El rock no está bien considerado, solo tienes que ver los grupos que se supone copan los medios de cultura entre comillas. Estamos un poco atrás. El nombre tiene algo que ver con Camargo, con Comillas… Nosotros somos de Cangas de Onís, de un pueblo pequeño. Y en los pueblos pequeños hace 20 años, cuando tenías el pelo largo decían que eras un drogadicto, un delincuente, un ladrón, un sinvergüenza... pero poco a poco te vas dando cuenta de que ese desprecio te hace más fuerte. Y nosotros, para poner el nombre al grupo, tomamos como estandarte esa mala reputación con la que la sociedad se refiere a nosotros.
¿Cómo ha evolucionado vuestro estilo desde el primer disco que publicasteis hace cerca de dos décadas a este último trabajo?
Todo grupo ha de evolucionar. Nosotros somos un poco incorformistas. Cuando empiezas solo te fijas en un estilo de música, incluso igual ni te atreves a salir de ese estilo y es un poco contradictorio porque para nosotros el rock, la música, es un sentido de libertad, de hacer lo que nos dé la gana. A medida que te vas haciendo mayor esos estilos musicales se van ampliando, y esas influencias poco a poco las intentamos acercar a lo que nosotros hacemos.
No somos tan cañeros como antes, hacemos más medios tiempos, intentamos que las canciones se te queden pegadas a la piel, que tengan un peso tanto a nivel lírico como a nivel melódico e intentamos que la gente haga suyas las canciones y parece que, con este disco, como te decía antes, lo estamos consiguiendo.
Como todos los grupos empezasteis con una maqueta, disteis el salto a una discográfica, después rompisteis el contrato y creasteis vuestra propia productora y hace dos años os habéis incorporado a Rock Estatal. ¿Cuáles son las diferencias a la hora de trabajar con una productora ajena o hacerlo con una propia?
Cuando entramos con la primera discográfica el ambiente en el mundo de la música era muy diferente al que es ahora; era una era preinternet en la cual las discográficas deberían apoyar a los grupos, cosa que a nosotros no se nos hizo. Se nos tomó un poco por el pito de un sereno y claro, cuando te ponen una piedra en el camino, intentas apartarla y lanzarla lejos. Eso nos llevó a la autogestión, que, tal y como está el patio, es la iniciativa más coherente para los grupos como nosotros.
Con el paso del tiempo, te vas haciendo mayor, vas teniendo familia, trabajo… Vas adquiriendo responsabilidades y el tiempo que tienes para dedicar a la autogestión, que es un trabajo arduo, no lo puedes llevar a cabo con la eficacia que quisieras. Así se nos apareció Rock Estatal. Aunque te parezca muy extraño, es difícil encontrar gente de discográficas en tus conciertos, que se interesa por la música, por cómo está la escena, y no simplemente por hacer números. Esta gente está en la música por vocación, como nosotros, y eso nos lleva a un grado de confianza mayor con ellos.
En el mundo de la música, ¿es todo más difícil para los grupos de rock?
No creo que el rock sea más sufridor que cualquier otro estilo. Toda la música emergente de toda España hace cinco o seis años sufrió un varapalo enorme. Somos víctimas de Operación Triunfo. A día de hoy es muy triste que un grupo novel no encuentre sitios donde tocar, que no haya una escena consolidada. En este país se paga el alquiler de una sala, tenemos que pagar por tocar y eso es una gran zancadilla a la cultura.
En los últimos años han aparecido nuevas generaciones de chavales que tienen un abanico de miras más amplio que el que teníamos nosotros y que apuestan por el directo. Nosotros lo estamos notando mucho. En el último Viña se nota que quizá los grupos con menos nombre que los gigantes tuvimos un gran apoyo del público. Creo que poco a poco se va a ir haciendo justicia y llegaremos a conseguirlo.
Pero a vuestro nivel, que lleváis casi una decena de discos publicados, 20 años en los escenarios, que ahora podéis hacer en un año más de cincuenta actuaciones para presentar vuestro último trabajo, que estáis en los principales festivales… ¿A ese nivel no se puede vivir de la música?
No. Es una utopía. A día de hoy no conozco a ningún músico, y en estos 20 años he conocido a muchos, que no tengan un trabajo aparte y que no tengan que negociar con sus jefes los fines de semana para ir a tocar o cuadrar horarios con sus compañeros para ensayar. Siempre tienes que tener un extra. Es muy, muy, muy difícil llegar a vivir de la música. Y eso es una putada, una zancadilla. Por eso te decía antes de intentar arrimar las fuerzas y que todo fuera más cómodo para todos.
Desde luego que quienes estáis en la música no es por dinero sino por amor a lo que hacéis.
El que se meta en la música por dinero lo lleva clarinete a día de hoy.
Hablabas antes de la relación especial que tenéis con el público en Cantabria. También hay una banda con la que mantenéis un trato muy cercano, con Poetas de Botella. ¿Creéis que puedan llegar a dar ese salto para tocar en festivales como el Viña Rock? ¿Lo ves más cerca que lejos?Poetas de Botella.
Ya están tardando. Poetas de Botella ya tiene una trayectoria consolidada, llevan más de diez años en los escenarios y hacen una música de puta madre. Lo que falta es que les den la oportunidad. A nosotros nos costó muchísimo trabajo, pero nunca tiramos la toalla. Y esto es una cosa que tenemos hablada con Poetas, que no se desesperen nunca y que nunca esperen nada. El tema es no esperar nada, sino seguir pasándolo bien, amar lo que haces y el día de mañana el tiempo te dejará en tu sitio. No creemos que sea justa la escena musical pero no nos queda otra cosa que lucir con orgullo que somos rockeros y en el escenario sacar el pecho y gozar el tiempo que estás ahí encima.
Te iba a preguntar por alguna recomendación para los grupos más jóvenes pero creo que lo acabas de dejar bastante claro.
(Ríe). Que vivan la música pero que no quieran vivir de ella porque es muy difícil.