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Revilla acepta al jefe de policía de Cantabria a pesar de sus antecedentes penales por tortura
La polémica desatada por el nombramiento de Héctor Moreno como nuevo jefe superior de la Policía Nacional de Cantabria, -que fue condenado por torturas y detención ilegal en 1994 por la Audiencia Provincial de Madrid, y su pena fue conmutada por el Gobierno de José María Aznar en 1998 junto a la de los otros cuatro policías que fueron condenados en el mismo caso-, comienza a apagarse a escasos días de su toma de posesión.
Tras conocer estos hechos, varias partidos políticos con representación parlamentaria levantaron la voz y exigieron explicaciones al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, una reclamación que hizo suya el presidente de Cantabria a través de una carta dirigida al máximo responsable de este controvertido nombramiento.
Miguel Ángel Revilla, sin embargo, ha recibido este martes una comunicación por escrito del ministro y ha aceptado las explicaciones de Zoido sobre el nombramiento del Héctor Moreno. Incluso, el jefe del Ejecutivo autonómico ha confiado en que su mandato sea “ejemplar” y se ha prestado a mantener un encuentro institucional con el jefe de la Policía Nacional en la comunidad para ofrecerle “la máxima colaboración institucional del Gobierno de Cantabria”.
Así lo ha comunicado el jefe del Ejecutivo autonómico a través de una nota de prensa enviada a los medios, en la que ha dado a conocer que en una extensa carta fechada ayer lunes, Zoido detalla tanto la trayectoria profesional como las circunstancias que provocaron la condena de Moreno por un delito de torturas, a raíz de un dispositivo que tuvo lugar en 1982.
Torturas y detención ilegal
El ministro precisa en esa misiva que Moreno participó en aquel operativo policial como “un miembro más” para la localización y detención del autor de un atraco a un miembro de la Policía Nacional, a quien le fue sustraída su arma reglamentaria, con la que se intentó dispararle en la cabeza.
Según relata Zoido, durante el dispositivo un grupo de personas rodeó un coche policial “agrediendo a los agentes que estaban en el interior, motivo por el cual pidieron ayuda a otros compañeros, que se personaron en el lugar, produciéndose varias detenciones, entre ellas la de una persona que denunció a los policías”.
El suceso, según el detalla el ministro, fue instruido por el juzgado número 12 de Madrid, que lo envió a la Audiencia, la cual lo devolvió al juzgado por haber obviado la investigación sobre las lesiones a los agentes y por no existir en el sumario actuaciones que desprendiesen responsabilidad para ellos.
Por lo tanto, continúa la carta, “el caso fue archivado, pero se reabrió en 1994 a instancias de uno de los detenidos. El juicio se celebró en la Audiencia Provincial, siendo condenados los componentes del grupo en el que se encontraba el comisario Moreno, aunque la propia Audiencia proponía el indulto, que fue avalado por el Tribunal Supremo, por lo que la pena fue conmutada en 1998”.
Zoido agrega que, desde entonces, el comisario Moreno ha continuado con su carrera profesional durante 19 años, “ocupando diferentes puestos de relevancia de manera brillante, sin que aquella circunstancia haya supuesto nunca un inconveniente, puesto que su responsabilidad ya quedó dirimida”. Por ello y por entender que reunía “las mejores condiciones y cualidades, fue nombrado jefe superior de la Jefatura de Cantabria, después de un proceso de convocatoria pública”.
Reconstrucción de los hechos
Además de disculparse por no haber contestado antes, el ministro aclara que no ha querido hacerlo “sin disponer de toda la información” y, “una vez conocidos todos los detalles del nombramiento”, afirma que Héctor Moreno es “una persona adecuada para ocupar este puesto”. También subraya que hace ya 35 años que ocurrieron los hechos por los que pidió explicaciones el presidente cántabro.
Asimismo, destaca que tanto la Constitución como el sistema judicial español determinan que cualquier persona en la situación de Moreno “tiene pleno derecho a ejercer su profesión con la dignidad y respeto que merece, por lo que no puede tener vetada la posibilidad de proseguir con plenitud con su vida y su carrera profesional”. “Y tanto su trayectoria como su hoja de servicios demuestran que está absolutamente capacitado para desempeñar esta responsabilidad”, añade.
En este sentido y después de relatar los principales cargos y operativos policiales en los que ha participado, el ministro expone las distinciones que ha recibido a lo largo de su carrera, entre las que figuran 69 felicitaciones públicas, reconocidas con varias cruces y encomiendas.
Contradicciones con la versión del denunciante
Las explicaciones del ministro Juan Ignacio Zoido en la carta enviada en las últimas horas a Miguel Ángel Revilla difieren de la narración de los hechos que hace una de las víctimas de las torturas, que recuerda que las agresiones se produjeron también en dependencias policiales y a personas que no estaban implicadas en el suceso que protagonizó el nuevo jefe de la Policía Nacional de Cantabria.
Según ha explicado en la Cadena SER de Cantabria el abogado Luis María Figueroa Cuenca, que también fue detenido en esa operación policial, tras identificarse como letrado e intentar parar las agresiones que se estaban produciendo en el barrio madrileño de Malasaña, recibió “un rodillazo en la ingle”, golpe que le causó una hernia que requirió de intervención quirúrgica. Figueroa, según ha subrayado en la SER, también fue “detenido y humillado” en laComisaría, tal y como también recoge la sentencia de la Audiencia de Madrid.