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El Gobierno estudiará reconocer a las víctimas del 'Caso Almería'

Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria.

Rubén Vivar

Han pasado 35 años, uno tras otro, desde que la Guardia Civil torturara y asesinara a tres jóvenes inocentes a los que confundió con un comando terrorista de ETA. Los familiares de las víctimas consiguieron, pese a todas las argucias que el poder de la Benemérita y del Estado pudieron armar para encubrir lo sucedido, que un tribunal condenara a tres de la docena de agentes implicados en el conocido como Caso Almería.

Aquella sentencia que pasó casi de puntillas ha sido el único reconocimiento que en todo este tiempo han obtenido las víctimas, a las que el Estado jamás ha reconocido. La 'modélica' Transición española prefirió correr un tupido velo sobre aquellos lamentables hechos y optó por enterrar los 'excesos' de las fuerzas de seguridad que tuvieron lugar en 1981 en el barranco de Gérgal, donde los santanderinos Luis Montero y Luis Cobo y el almeriense Juan Mañas perdieron la vida de forma cruel.  

“Lo que pasó, pasó y no tiene vuelta atrás, pero podían haber sido declaradas como víctimas del terrorismo. Tener un reconocimiento, una evidencia para que esto no se olvidara”. Son las palabras de Lola Liquete, sobrina de Luis Cobo, que ha decidido dar un paso adelante e intentar acabar lo que su madre inició: “dignificar” a los tres jóvenes, según explica en una vídeoentrevista coordinada por el colectivo Desmemoriados y publicada por eldiario.es Cantabria con motivo del 35 aniversario de los hechos.

El año pasado, en la plaza de Pechina, localidad de nacimiento de Juan Mañas, se levantó una placa en homenaje y recuerdo de lo acaecido. En Cantabria, tierra de nacimiento o de adopción de todos ellos, jamás se ha realizado un acto de homenaje oficial ante sus asesinatos.

Sobre ello se ha pronunciado este martes el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, quien a preguntas de este diario ha reconocido que hasta ahora el Ejecutivo no se había planteado una “reparación” a la víctimas aunque, al mismo tiempo, ha opinado que sería “absolutamente necesaria” y ha asegurado que “lo estudiaremos”.

Revilla ha valorado aquel suceso como “una historia terrible” y “truculenta”; un “exceso sin posibles paliativos de las Fuerzas de Seguridad del Estado” que a día de hoy “no tendría cabida”. “En aquellas épocas que parecía que todo valía para luchar contra el terrorismo se llevaron por delante a tres inocentes”, un hecho que, según ha dicho el presidente, le tuvo “traumatizado durante muchísimo tiempo”.

“Aquello fueron las cloacas del Estado”, ha enfatizado el líder regionalista, que tras manifestar todo su “recuerdo y apoyo” a las víctimas de ETA, también lo ha trasladado a “aquellas tres personas inocentes” que “bajo la disculpa de que había que luchar”, fueron víctimas de “excesos y errores”; unos crímenes que trataron de justificarse inicialmente con una historia “rocambolesca”.

“Toda mi condena”, ha insistido el presidente, para quien una reparación sería “absolutamente necesaria” porque las víctimas “no tienen color, sean del Estado, que si ha cometido un exceso, y no digamos las otras víctimas”, en alusión a las “1.000 personas” asesinadas por ETA y las “3.000 que todavía tienen secuelas”. Un terrorismo, el etarra, que “afortunadamente ha desaparecido aunque no hayan entregado las armas”, ha concluido.

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